Por Darío G. Martínez*
El martes pasado el gobierno nacional anunció un relanzamiento del PROG.R.ES.AR., creado por la Administración kirchnerista en enero de 2014. Las novedades que se presentaron estuvieron centradas en el reajuste de los montos de las becas y en el pago de una de sus partes atado al rendimiento obtenido por quienes se encuentren estudiando. Este anuncio ocurre luego de un tiempo donde muchos destinatarios y destinatarias de este programa sufrieron la suspensión de los pagos, la baja del plan por causas injustificadas y ni hablar de la pérdida de poder adquisitivo por tarifazos e inflación. Un número considerable de estudiantes de todos los niveles educativos atravesaron esta situación angustiante de no saber si contaban con los recursos para continuar con sus estudios.
El Ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, estableció que el PROG.R.ES.AR. estará divido en becas para la educación superior, formación docente, formación profesional y educación obligatoria. Para educación superior los montos son de 1.600 a 4.900 pesos y aumentan a medida que los estudiantes avanzan en sus carreras universitarias o terciarias. Para acceder a la beca deberán tener el 50% de las materias aprobadas según el año y el plan de estudio de la carrera en cuestión. Además, se otorga un estímulo a la excelencia para quienes aprueben todas las materias de su año y mantengan un promedio superior a 8, que recibirán un reconocimiento económico equivalente a diez cuotas de la beca.
Las becas de formación docente oscilarán entre 5.300 y 7.400 pesos, que aumentan si los y las estudiantes avanzan en sus carreras y llegarán al 70% del salario que tendrá al ingresar a la docencia. En este caso, deberán rendir un examen académico y las becas serán asignadas por orden de mérito. Los aspirantes que cursen profesorados estratégicos definidos por el INFOD podrán acceder a la beca mediante una certificación que demuestre el porcentaje de materias aprobadas.
Aquellos que se registren para la formación profesional recibirán 1.250 pesos. Las becas se cobran durante la realización del curso con una retención del 20% que se pagarán una vez que se presente el certificado de finalización del curso realizado.
Las becas de educación obligatoria también son de 1.250 pesos para jóvenes que quieran terminar sus estudios primarios o secundarios. Se les retiene el 20%, que se cobra al finalizar el ciclo lectivo, y es obligatorio aprobar el año en curso para continuar en el programa. Los y las estudiantes, además, tendrán que acreditar que son regulares presentando una certificación en las oficinas de la ANSES dos veces al año.
La lógica que trasunta a estos anuncios es una clara demostración de principios de la gestión macrista en política educativa: la meritocracia. Bajo el maquillaje de un esfuerzo que se debe atravesar para lograr finalizar una trayectoria educativa se esconden los desiguales puntos de partida que tienen los y las jóvenes de sectores populares para realizar ese proyecto de formación. Es decir, no se reconocen sus condiciones de vida y lo que implica comenzar a (re)vincularse con instituciones educativas que pudieron haberlos expulsado en otros momentos.
En el contexto inflacionario que nos atraviesa, es muy difícil suponer que un/a joven pueda concurrir a una Facultad o escuela con la beca PROG.R.ES.AR., sin además trabajar para contribuir a los gastos familiares. Panorama que se complejiza aún más si tienen hijos o adultos mayores a su cargo. ¿Cómo harán estos jóvenes para trabajar toda una jornada laboral –quizás en la mayoría de los casos, informalmente– de ocho horas y luego cursar una importante carga horaria diaria con la obligación de aprobar más de la mitad de las materias porque de ello depende cobrar la beca al año siguiente? Por ejemplo, ¿cómo harán en La Plata para salir de trabajar en Abasto o de El Pato para ir a cursar Agronomía al Bosque y bancarse los horarios irregulares del Oeste?
Sólo quien haya tenido unas condiciones de vida óptimas puede pensar que esto es fácil de lograr únicamente con una cuota de esfuerzo y dedicación. Por abajo del anuncio, está la lógica de la meritocracia. Está ahí, presente en el sentido común, en la instalación de expectativas de ascenso y en un sálvese quien pueda que fomenta la competencia entre compañeros y compañeras.
Mientras a un joven o una joven que quiere terminar la escuela primaria o la secundaria le retienen el 20% de la beca, que cobrará –inflación mediante– al finalizar el ciclo lectivo, una de las primeras medidas de Macri fue bajarle las retenciones a las sojeras y mineras.
* Becario Posdoctoral del Conicet, Comedi, FPyCS, UNLP.