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La saña policial contra los seguidores de La Mona

Por Alejandro Palladino

La Mona Jiménez escribió en su Facebook un texto dirigido a sus seguidores en el que les pidió perdón por la violencia que ejerció la Policía sobre ellos en su último recital llevado a cabo el martes por la noche en Valle Viejo, en la provincia de Catamarca. Remarcó cómo los estigmas y prejuicios sociales que caen sobre los pibes que lo siguen son el caldo de cultivo para que este tipo de violencia sea algo recurrente en sus shows.

“Si yo causo que sean tan discriminados por no ser rubios ojos celestes y ser como yo Negros, si ustedes me piden yo renuncio a lo que más amo, renuncio a verlos al lado mío y me bajo del escenario para siempre”, lanzó el cantante popular, advirtiendo sobre un posible retiro debido a la constante agresión policial, lo que generó que rápidamente el posteo se viralice por la red social.

El día del show, previo a su inicio, la Policía catamarqueña detuvo a dieciocho jóvenes. Cuatro fueron por averiguación de actividades y medios de vida, esto es, “portación de cara”. La gran convocatoria en Catamarca, donde La Mona no tocaba desde hacía nueve años, despertó una fuerte alerta policial en los alrededores del anfiteatro «Atuto Mercau Soria”, al movilizar a efectivos de tres comisarías y de grupos especiales de fuerza.

“Si yo causo que sean tan discriminados por no ser rubios ojos celestes y ser como yo Negros, si ustedes me piden yo renuncio a lo que más amo, renuncio a verlos al lado mío.»

Los recitales de “La Mona” movilizan a jóvenes de los sectores más populares de la provincia de Córdoba, pero también de Mendoza, San Juan, La Rioja, Tucumán y Catamarca. Sobre el escenario, el ídolo cordobés estableció un vínculo con sus simpatizantes a partir de sus canciones, que tienen como protagonistas a los propios pibes de los barrios pobres de Córdoba.

“En los recitales de cuarteto, la Policía generalmente es muy violenta durante las previas, el ingreso, el durante y la salida de los bailes, donde es común este tipo de prácticas”, dijo a Contexto Magdalena Brocca, licenciada y ex integrante del Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Córdoba.

Brocca enfatizó que la preferencia cultural de los jóvenes por el cuarteto, por ese modo de divertirse, es razón por la que son estigmatizados, como también por el lugar en el que viven, la manera en la que hablan y la ropa que usan.

“El cacheo es violento y el ingreso es a los palazos para organizar la cola. Adentro, la Policía provoca situaciones de violencia para luego reprimir. El control es muy fuerte y a la salida terminan con detenciones”, afirmó Brocca, quien agregó que las amenazas de la Policía hacia los jóvenes son el modo mediante el cual preparan el terreno para la represión, ante la resistencia que genera el atropello.

El modus operandi de hostigamiento policial que motivó el mensaje vía Facebook de Jiménez, para Brocca, tiene como fin que “vivan amedrentados y con derechos devaluados en cuanto al acceso a la cultura, la educación, el trabajo, la libre circulación por la ciudad y el disfrute de los espacios públicos. Cuando lo hacen, cuando acceden, la Policía interviene”.

“En los recitales de cuarteto, la policía generalmente es muy violenta durante las previas, el ingreso, el durante y la salida de los bailes, donde es común este tipo de prácticas.”

Considerando el marco político y social en el que se realizó el recital en el que fueron detenidos los seguidores de Jiménez, en un contexto desfavorable para los sectores populares por las medidas de ajuste, Brocca afirmó: “Pensar este tipo de seguridad en situaciones donde lo que se profundiza es la desigualdad social, por lo que un sector se tiene que cuidar de otro. Ese otro son los jóvenes de los sectores populares que aparecen como la amenaza constante, hacia los que se dirige la represión de las fuerzas de seguridad”.

“Esto es sólo para ustedes que les debo todo, no para la gente bien de estatus. Perdón amigos lamento mucho lo que les hacen perdón perdón”, Cerró Jiménez en su posteo.

En Córdoba, un caso paradigmático de violencia en el ambiente del cuarteto fue la desaparición en 2012 de Facundo Rivera Alegre a la salida de un recital del cantante Damián Córdoba. En el suceso hubo fuertes sospechas por parte del abogado y la familia del “Rubio del pasaje”, como lo llamaban al joven, de participación de la Policía, aunque la Justicia no apuntó a su injerencia en el asunto.