Por Lucía García y Pablo Roesler
“Darle independencia económica a las mujeres las empodera, y en el Programa Ellas Hacen no son tratadas como víctimas de violencia, es un programa en el que se capacitan para trabajar, para estudiar”, explica Victoria Montenegro, nieta recuperada y titular de la Unidad de Coordinación Nacional para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, del Consejo Nacional de las Mujeres que depende de la Presidencia.
Hoy participará de la convocatoria contra la violencia machista con la consigna hashtag #NiunaMenos. “El proyecto político que yo milito quiere mujeres empoderadas en sus derechos”, dice. Y esa necesidad de mujeres empoderadas se pone en práctica desde una política de Estado: el programa Ellas Hacen. Esa política pública es clave: el programa incorporó a 100 mil mujeres, de tres o más hijos o víctimas de violencia de género o mujeres que tengan hijos con discapacidad, mujeres que por esas condiciones no pueden trabajar o que no pudieron terminar sus estudios.
“Funcionan en los barrios donde hay más mujeres con estas problemáticas y las capacitaciones también. Tenemos en cuenta los horarios de los hijos, y todas las situaciones que son necesarias contemplar para que puedan terminar el secundario y hacer los cursos”, explicó Montenegro.
-¿Cuál es la importancia para las mujeres de los sectores populares la posibilidad de la autonomía económica?
-Es una nueva condición. Todos los que transitamos violencia fuerte sabemos que hay situaciones difíciles de explicar. Sabes cuándo se viene el golpe pero no podes explicar qué pasó, esas experiencias son intransferibles, solo las conocen las que las vivieron en carne propia. Poder llegar a tener otra vida parece imposible. Ellas ahora tienen otra vida, tiene su tiempo su espacio, se le abren universos nuevos, y todo a partir de políticas de Estado. Queda en evidencia la lejanía que tienen los tribunales de lo que les pasa a las mujeres en los barrios. Darle independencia económica las empodera, además en el Ellas Hacen no son víctimas de violencia, es un programa en el que se capacitan para trabajar, para estudiar.
-¿Qué capacitaciones reciben las mujeres del Ellas Hacen?
-En Capital Federal vamos a hacer capacitaciones en instalaciones de agua y cloacas, en electricidad y en albañilería. En Ensenada hay un barrio de casas hechas por el Programa Ellas Hacen. Son casas íntegramente hechas por mujeres, y se nota porque tienen muchos detalles en la terminación. Además, tienen formación en Derechos Humanos. El mes que viene le sumamos al Ellas Hacen el Ellas Buscan que es para trabajar la historia de búsqueda con mujeres de Plaza de Mayo, porque muchas tienen dudas sobre su identidad. Son 100 mil mujeres que se sumarian a la red del derecho a la identidad, para trabajar con la búsqueda de los nietos y es el disparador para trabajar identidades, porque si bien sabemos que la dictadura, además de dejar desaparecidos dejó un modelo económico que es el que esas mujeres padecen. Salvando las distancias, ellas se suman a la búsqueda de los nietos que faltan, pero también son mujeres, también luchan.
“SIETE DE CADA DIEZ MUJERES ATRAVESAMOS SITUACIONES DE VIOLENCIA Y ESE ES UN NÚMERO ENORME ES PORQUE ESTÁ MUY INSTALADO EN LA SOCIEDAD”.
-¿Cómo funciona esa relación violenta que es tan difícil de romper?
-En lo que tiene que ver la violencia (tanto en una apropiación como en la violencia de género) no te podes escapar, recién cuando lo rompes te das cuenta que todo tiene una perversión terrible. Eso hay que empezar a deconstruirlo. La violencia genera esto, uno de afuera se pregunta cómo hizo para soportar todo eso y en realidad es que lo natural de la relación violenta. En el Ellas Hacen, las mujeres pueden acercarse desde un lugar de pares. Ese lugar es el que permite que se las espere un poco más, que les tengan paciencia para que después den el saltito y puedan salir.
-La educación sentimental de las mujeres está organizada en torno a un tipo que te elige o no. Esa es la bajada de línea de las novelas.
-Y fijate como hay casos de violencia que trascienden y otros no. Si son pobres no trascienden o se siembra la duda, o se dice que se la pasaba en los boliches. Como sociedad no construimos eso: la violencia es para algunas todavía. La violencia de género atraviesa a todos los estratos sociales. Algunas tal vez no necesitan un hogar, pero el entorno es igual de perverso, incluso si están bien económicamente se esfuerzan más en ocultarlo. Siete de cada diez mujeres atravesamos situaciones de violencia y ese es un número enorme es porque está muy instalado en la sociedad. Hay que entenderlo como un tema serio que tiene que atravesar la educación la justicia, las fuerzas de seguridad.
-Si bien se realizan acciones contra la violencia hacia las mujeres, la sensación es que falta mucho…
-Si bien se empezó a hacer y se hace, hay que seguir por más. Nos interpela permanentemente el tema. Cómo reaccionamos en un barrio, en las provincias, porque hay una ley que da un marco, pero hay comisarias en las que sigue pasando que les preguntan qué hicieron para que les peguen. La justicia tiene que democratizarse tiene que tener jueces que entiendan lo que está pasando, tienen que saber que hay preguntas que no deberían existir. ¿La perimetral en las villas cómo la instalamos? Si el hombre se va a lo de la mamá, que queda a 8 metros ¿cómo hacemos?
“A LA MUJER LA QUEREMOS EMPODERADA, ESTUDIANDO, TRABAJANDO. SI NO SE TERMINA POR CREER QUE LA VIOLENCIA SE RESUELVE EN LA JUSTICIA O EN LA COMISARÍA”.
-¿Cuál es la solución?
-¿Queremos mil albergues? No, no queremos eso. Queremos que no sean más víctimas de la violencia y que se vaya el violento. ¿Queremos más policía? No. Queremos más escuelas. Queremos que la sociedad no victimice a la víctima sino al victimario porque nos terminan corriendo el eje. A la mujer la queremos empoderada, estudiando, trabajando. Si no se termina por creer que la violencia se resuelve en la justicia o en la comisaría. En todo caso, la justicia le debe caer con todo el peso de la ley al victimario, pero sola no resuelve. Se resuelve empoderando a la mujer. A la violencia la repudiamos y automáticamente la replicamos, entonces nos horroriza un caso cuando vemos los golpes, pero después no tenemos ningún prejuicio en comunicar cuál es el ideal de mujer, cómo viene el hombre a salvarme, cómo tengo que estar divina para cuando él vuelva.
-¿Cuál es el rol de la mujer en la sociedad?
-Los argentinos, con los avances que tenemos en la sociedad y con los ejemplos que tenemos de mujeres, y sobre todo con la Presidenta que fue la que más batallas dio, la que más hizo por nuestro país. Entonces entendemos que tenemos que correr el eje del refugio, porque no es la solución. La solución es la mujer haciendo cosas, empoderándose.
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