Cuando Sebastián Coronel formó La teoría del Caos durante los primeros meses del 2011, el rock de la ciudad estaba atravesando uno de los momentos de mayor ebullición musical. A la inmensa cantidad de bandas nacientes se le sumaba la aparición de una multiplicidad de sellos independientes que buscaban una mejor organización cooperativa y asentar una plataforma de difusión seria y organizada. En este marco la banda editó su primer álbum homónimo –ya entrada la segunda mitad del 2012- bajo el sello Uf Caruf! e instantáneamente se convirtió en el grupo más visible de aquella asociación de músicos. Después, tras el debut discográfico, Pedro Bedascarrasbure dejó la banda y Nico Adrover cambió el bajo por la guitarra y en su lugar entró Álvaro Videla, quien completa la base rítmica junto al baterista Agustín Ramos Costa.
«Cuando empecé a escribir las canciones me convertí en un personaje bastante ciclotímico», dice Coronel
Desde sus comienzos, La Teoría del Caos sintetiza diversas vertientes sonoras que desembocan dentro del indie-rock, pero con firmes tintes pop que se materializan en las canciones más cordiales de Coronel. En diciembre planean editar una canción adelanto -a modo de simple- titulada «Figuras», donde se perciben armonías más luminosas y un desempeño vocal que parece heredado de Manuel Moretti.
Ya hace tiempo están trabajando en el segundo disco, ¿por qué se extendió tanto?
El proceso fue bastante largo porque lo empezamos a armar cuando todavía estábamos terminando el primero. Después surgieron cambios dentro de la banda y entonces tuvimos que retomar todo nuevamente y volver a plantearlo con la formación actual. Debe hacer casi un año y medio que lo estamos laburando al disco, pero desde hace seis meses entró Teo Caminos a trabajar con nosotros. Él nos está dando su visión y estamos experimentando entre los cinco, con esa ventaja que te da que te escuche alguien más aparte de nosotros, que a veces escuchamos poco. Después, nosotros manejamos con mucha tranquilidad los tiempos; recién ahora fuimos a grabar un simple para adelantar algo del trabajo que venimos haciendo. Eso calculo que saldrá para diciembre. Lo grabamos en Romafonic (ex Circo Beat) y vamos a grabar el disco ahí también. Tenemos fecha de grabación recién para Enero, y la mezcla y el master también van a llevar un par de meses de laburo. Creo que para marzo tal vez pueda estar el disco.
Por lo que escuché este segundo disco es un poco menos oscuro que el primero.
Si, en la gran mayoría sí. Igual es como una historia también. Cuando empecé a escribir las canciones me convertí en un personaje bastante ciclotímico, que a veces tenía algo de mí y a veces no. Es mucho más luminoso, las letras tienen otra temática. Obviamente hay cierta oscuridad. También hay bastantes referencias al día y la noche, y en la noche suceden cosas oscuras, y en el disco están reflejadas también. Pero en su gran mayoría es un disco más luminoso.
Pedro ya no toca más en La Teoría, y Nico -que tocaba el bajo- pasó a la viola, ¿cómo creés que terminó modificando el sonido de la banda?
Desde mi percepción Nico le aporta un sonido esplendido a La Teoría y tiene una forma muy especial de tocar la guitarra. Yo siento que tiene una cosa medio Harrison: es muy detallista pero tampoco se va al carajo haciendo arreglos de viola, mete los matices justos. A mí me encanta como guitarrista.
Entre el primer disco y este segundo fuiste papá, ¿cómo te afectó eso desde lo musical?
Lo sentimental me afecta a mí. Bueno, a los chicos también porque me conocen hace un montón, y son mis amigos. Y a mi chica también la conocen hace bastante así que nos afectó a todos emocionalmente para bien. Yo soy muy natural en estas cuestiones, si bien me emocioné y todo lo que le pasa a un padre, después, bueno, uno lo vive día a día. Pero en lo sonoro nos sentimos muchos más unidos, mas conectados a la hora de tocar. Por eso también replanteamos el disco y lo estamos llevando a cabo un poco más tranquilos en la manera de laburar.
Acá en la ciudad tocaste mucho solista, ¿tenés pensado volver a ese formato en algún momento?
No. En realidad el proyecto solista como «Sebastián Coronel» se vio solo acá en La Plata, porque yo en Junín siempre tuve bandas. Obviamente que siempre me acompañó la guitarra a todos lados, pero no sé… Hay cosas que estuve grabando acá en casa y tengo un montón de canciones que si algún día tengo ganas de sacarlas, serán llevadas al formato banda. Me siento muy cómodo con ellos. Estuve tocando unos boleros con amigos, pero ahora prefiero enfocarme en la grabación del disco que es un proceso bastante complejo.