“La vacunación, luego de la potabilización del agua, es el hito sanitario que más vidas ha salvado en el mundo en la historia de la humanidad”, afirmaron el jueves en un comunicado conjunto a la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la Sociedad Argentina de Inmunología y la Fundación Huésped, luego de conocerse públicamente el proyecto impulsado por una diputada nacional del PRO que busca establecer como voluntaria la decisión de los padres de vacunar a sus hijos menores de edad.
“Declarar la no obligatoriedad es en primer lugar ir hacia un desastre sanitario”, advirtió a Contexto el exministro de Salud de la Nación, Daniel Gollán, sobre el proyecto impulsado por la diputada Paula Urroz, quien se reunió al menos una vez, hacia fines de febrero, con el actual ministro de Salud de la Nación, Jorge Lemus. La legisladora integra además la Comisión de Salud de la Cámara Baja.
“Este proyecto pretende avanzar sobre la obligatoriedad de la vacunación. Esto modifica la Ley 22.909 que rige en este momento y que pone la vacunación como un derecho del niño. Por lo tanto, los padres son los responsables de que ese derecho se cumpla y esto es así porque la vacunación no es solamente una cuestión individual, sino que es una cuestión social. Es obligatoria por ese motivo”, sostuvo Gollán.
Porque “cuando uno se vacuna se protege uno pero también protege al conjunto, porque no puede transmitir la enfermedad. La vacunación es un bien común que está por encima del bien individual”, afirmó el extitular de la cartera sanitaria nacional. Y advirtió que “en los países donde ha avanzado esta idea de no vacunar a los chicos, como en Estados Unidos o en países de Europa como Francia, nuevamente empezó a circular el virus del sarampión”.
«La vacunación es un bien común que está por encima del bien individual. en los países donde ha avanzado esta idea de no vacunar a los chicos, como en Estados Unidos o Francia, volvió a circular el virus del sarampión”, explicó Gollán.
Gracias a las campañas de vacunación, en la Argentina se registró el último caso de poliomielitis en 1984, el último caso autóctono de sarampión en 2000 y el último caso de rubéola y SRC (síndrome de rubéola congénita) en 2009.
En 2003, el Gobierno del entonces presidente Néstor Kirchner puso en marcha el Calendario Nacional de Vacunación gratuito y obligatorio, uno de los más completos de América Latina, elogiado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que con diecinueve vacunas hasta fines de 2015 y veinte en la actualidad abarca desde los recién nacidos hasta los menores de quince años, incluye a los adultos, a las mujeres embarazadas y en periodo de puerperio, y al personal de salud.
Carla Vizzotti, una de las más fervientes defensoras del Programa Nacional de Inmunizaciones, titular de la Dirección Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DINACEI) del Ministerio de Salud de la Nación durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, subrayó que “en Argentina la vacunación es obligatoria porque se obtiene un beneficio social. No sólo a quien se vacuna, sino a quienes lo rodean”.
“Es muy preocupante” el proyecto, dijo Vizzotti a Radio Delta. La exfuncionaria, a cuya Dirección las autoridades de la alianza Cambiemos le bajaron la jerarquía cuando todavía ocupaba su función, es miembro de la Sociedad Argentina de Infectología. “Es tranquilizadora la reacción de la sociedad”, afirmó la especialista.
El proyecto engañoso del PRO
El artículo 1º del proyecto, al que accedió Contexto, establece que las personas sean pasibles de vacunación obligatoria u opcional, y en el caso de que sean menores sus padres «deberán recibir previamente una información fehaciente acerca de los riesgos que la inoculación de la vacuna en cuestión implica, posibilitando la aceptación o no aceptación de ese acto médico”.
En su artículo 3º agrega que “en los lugares públicos y privados donde se suministren vacunas de cualquier tipo deberá exhibirse de forma visible un cuadro informativo donde se advierta sobre las contraindicaciones para la aplicación de las vacunas”.
Entre los fundamentos el proyecto de ley de Cambiemos, Urroz dice que las vacunas “intentan evitar enfermedades infectocontagiosas”, pero inmediatamente advierte que “contienen componentes de naturaleza tóxica” entre los que menciona “aluminio, mercurio, polisorbatos”, y “biológicos” como “virus y bacterias muertas o atenuadas, restos de ADN de células de cultivo humanas y animales que conllevan un riesgo”.
“Todas las vacunas pueden tener efectos adversos”, explicó Vizzotti, pero aclaró que “los beneficios son infinitamente superiores a los peligros”.
“Todas las vacunas pueden tener efectos adversos”, explicó Vizzotti, pero aclaró que “los beneficios son infinitamente superiores a los peligros”.
En respuesta al proyecto impulsado por Urroz, de profesión socióloga, Vizzotti hizo algunas aclaraciones de rigor al afirmar que “ninguna vacuna llega al límite de mercurio que en cambio contiene una lata de atún”, de consumo diario. La experta subrayó que, además, “para que una vacuna sea registrada, tienen que pasar un proceso de aprobación, se prueba en animales y entres humanos sanos”.
“La reincidencia es mucho mayor en los que no se vacunan”, sostuvo, para descartar las aseveraciones de la legisladora.
Crítica de las sociedades científicas
Con el hashtag #LasVacunasSalvanVidasYNosIgualan, la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la Sociedad Argentina de Inmunología y la Fundación Huésped salieron al cruce, también por las redes sociales, del proyecto impulsado por el macrismo para cercenar una vez más derechos en materia de salud, como es el acceso a la vacunación financiada por el Estado de manera igualitaria.
“La vacunación, luego de la potabilización del agua, es el hito sanitario que más vidas ha salvado en el mundo a lo largo de la historia de la Humanidad”, afirmaron la Sociedad Argentina de Infectología, la Sociedad Argentina de Inmunología y la Fundación Huésped.
“Los programas de vacunación sistemática han permitido disminuir la mortalidad y las secuelas producidas por muchas enfermedades inmunoprevenibles que hasta hace menos de cien años eran un flagelo para la sociedad”, agregaron esas tres entidades de reconocimiento internacional.
“Vemos con mucha preocupación que nuestros representantes del Poder Legislativo propongan medidas tendientes a modificar la ley vigente”, afirmaron estas dos sociedades científicas al referirse a la Ley 22.909. “Consideramos que esto indudablemente significará un retroceso en política sanitaria, con serias consecuencias potenciales para la salud de nuestra población y de las futuras generaciones”.
Los proyectos de Cambiemos que van en la misma dirección
Gollán advirtió que esta iniciativa de establecer la no obligatoriedad de la vacunación “viene de la mano de una serie de medidas que van en contra de los programas de inmunización, como levantar el consultorio externo de vacunación del Hospital Garrahan, que en dos meses llevaba 10.200 dosis aplicadas, o desarmar el vacunatorio de calle Huergo del Ministerio de Salud de la Nación, donde se vacunaban unas quinientas personas por día”.
Tampoco “se están dando los recursos necesarios para mantener las cadenas de frío” en las que colaboraba la anterior gestión sanitaria. Tras afirmar que hasta “la mitad de este año se lleva ejecutado menos del 30% del Programa de Inmunización del Ministerio de Salud de la Nación”, Gollán precisó que los municipios no están recibiendo descartables ni folletería y que desde Nación tampoco “están enviando los recursos necesarios para la capacitación en los vacunatorios”, que hasta fines de 2015 ascendían a 8.600 en todo el país.
El exministro confió en que este proyecto de ley “no va a prosperar en el Congreso de la Nación”, pero lamentó el daño que ocasiona en la sociedad porque “desacredita la importancia de la vacunación” y, “si no es obligatoria, el Estado no tiene por qué pagarla. Entonces, el que pueda la pagará de su bolsillo”. “Nunca agregan un derecho, sino que siguen sacando”, advirtió el exministro.
El bloque de senadores del Frente para la Victoria (FpV-PJ) bonaerense expresó también su “profunda preocupación” por el proyecto de ley en cuestión.
Ortiz se despegó de la iniciativa macrista
Pese a pertenecer al mismo color político, el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires se despegó del proyecto macrista, pues emitió un comunicado en el cual defiende “a las vacunas como herramienta de prevención”.
Finalmente, y a medida que el rechazo crecía como una bola de nieve imparable, anoche también Nación se despegó del proyecto. Jorge San Juan, subsecretario de Estrategias de atención y salud del Ministerio de Salud de la Nación, aseguró que «el Ministerio va a seguir con su conducta pro vacuna».