En una elección histórica, Gabriel Boric, el candidato de la coalición de izquierda Apruebo Dignidad, fue electo presidente de Chile. Obtuvo más del 55 % de los votos y superó por 11 puntos de diferencia (55,9 % a 44,1 %) al candidato de la ultraderecha, José Antonio Kast, del Partido Republicano.
Para entender las implicancias del resultado electoral, Contexto dialogó con Oscar Laborde, parlamentario argentino del Mercosur y presidente del Observatorio de la Democracia del Parlasur, quien estuvo como veedor del proceso electoral chileno.
¿Qué evaluación hace del proceso electoral chileno?
El Observatorio de la Democracia del Parlasur fue uno de los pocos invitados a las elecciones presidenciales chilenas. Pudimos ver que el proceso fue transparente. Hubo algún ensayo, algún intento de las fuerzas de Kast para buscar enturbiar el proceso. Decían que si había menos de 50.000 votos de diferencia iban a pedir contar nuevamente los votos uno por uno. Pero la aplastante diferencia que hubo desalentó cualquier tentación que fuera en ese sentido.
El sistema electoral chileno es muy elogiado y respetado. Un sistema eficiente y rápido. Nunca hubo ninguna dificultad. Por eso llamaba la atención la postura que amenazaba tomar la derecha.
¿Qué análisis hace del triunfo de Boric?
Es muy interesante el triunfo electoral de Gabriel Boric, que genera muchos datos históricos no solamente desde el punto de vista estadístico, sino desde lo político. Es el presidente más joven de Chile. La Constitución dicen que hay que tener, como mínimo, 35 años de edad para ser presidente y es justo la edad que tiene Boric. Pero la edad de este nuevo presidente no solo habla de su juventud, sino de un cambio generacional. La derecha, la centroizquierda, la democracia cristiana y los socialistas, incluyendo a Michelle Bachelet, no pudieron dar respuestas a las demandas de la gente. Había una frustración importante, una gran desidia a la hora de la participación electoral y poco cariño hacia los partidos. Todo ello era producto de la defraudación que significó que el Gobierno de Bachelet no corrigiera lo que generó las protestas estudiantiles de 2011 ni modificara la Constitución en lo esencial.
Por eso, la juventud de Boric es un dato muy interesante, pero también lo es su experiencia. Boric en 2008 ganó la elección de la Federación de Estudiantes de Chile, donde votan centenares de miles de estudiantes. Esa elección se la gana a Camila Vallejo. En 2011 encabeza las luchas de los llamados «pingüinos», aquel reclamo de educación pública y gratuita para que no sea un privilegio y pase a ser un derecho. Boric luego fue diputado independiente en un país donde es muy difícil llegar a serlo, y tuvo un reconocido ejercicio político parlamentario. En su práctica es un hombre de acuerdos. Llega con una crítica a lo actuado por parte del socialismo y a la vez lo convoca para que se incorpore a esta nueva etapa.
¿Qué representa este resultado electoral para América Latina?
Para América Latina es fundamental. Luego de lo de Honduras, anteriormente lo de México, Argentina, Bolivia y Perú, lo de Chile confirma que hay una tendencia. No se ganó en Ecuador y, efectivamente, la derecha está muy activa, muy intensa y muy agresiva, pero hay una búsqueda de los pueblos que luchan. Este resultado electoral y la Constituyente que está funcionando tienen que ver con la lucha del pueblo chileno. El retorno del MAS al gobierno de Bolivia tiene que ver con la lucha del pueblo boliviano. Todo ello marca una tendencia, a lo que se suma la posibilidad de que Lula sea electo presidente de Brasil. Que Lula, después de estar injustamente preso, vuelva por la puerta grande habla de una modificación en la puja, en esta paridad que había en América Latina con éxitos cortos y derrotas cortas. Ahora pareciera haber una tendencia más clara y definitiva.
Para Argentina es muy importante este resultado en Chile. Recordemos que cuando ganamos hace dos años estábamos solos y ahora se fueron incorporando otros países limítrofes. El triunfo de Boric es una gran noticia para Chile, para Argentina y para toda América Latina, y para todos los que soñamos y luchamos para que la región se transforme en un polo dentro de este mundo multipolar.
