Si hay una región del mundo que no puede eludir la necesidad de analizar los avances y retrocesos ocurridos durante el año y proyectar los desafíos para el futuro, esa es América Latina. Cada año, y aún más en uno tan particular como el 2020, la disputa entre los modelos sociales-políticos-económicos parece verse en este territorio con más claridad que en ningún otro.
Para realizar un balance sobre lo acontecido este año en la región, Contexto dialogó con Oscar Laborde, presidente del Parlamento del Mercosur (Parlasur), quien señaló que «el 2020 ha sido un año donde se expresó, con más claridad que nunca, la disputa que se vive en la región».
«En 2016, algunos plateábamos en soledad que no había un cambio de época, que la derrota que tuvimos con Macri no adelantaba una etapa de irreversibles victorias conservadoras. La derecha tuvo logros, pero no ha consolidado esa contraofensiva. Este año, eso quedó demostrado con la lucha del pueblo chileno, que logró cambiar una constitución que parecía de mármol, inmodificable; con la lucha del pueblo peruano, que detuvo un golpe parlamentario; con la lucha del pueblo boliviano, que logró recuperar la democracia, y con la lucha del pueblo ecuatoriano para poder superar una traición y estar en las vísperas de un triunfo popular», detalló.
El presidente de Parlasur remarcó que «se logró poner un freno al achicamiento de la democracia que se había producido por la ofensiva de la derecha. Lo más trascendente del balance del 2020 es la lucha de los pueblos contra las consecuencias de las medidas neoliberales. Aunque también hubo algún revés electoral para el campo popular. Lo que demuestra que no habrá éxitos indeterminados para un lado o para el otro. Por eso sostengo que se vio con claridad la disputa que existe en la región».
En relación con los retos que avizora para el próximo año, Laborde sostuvo que «en 2021, el gran desafío de la región es reagruparse. La derrota de Donald Trump en Estados Unidos y las elecciones municipales en Brasil dejaron muy debilitado a Jair Bolsonaro, lo que ahora lo deja con la obligación de participar de la integración».
«La única forma de vincularse con el mundo es agruparse. La región debe volver al camino de la integración. Eso no quiere decir pretender volver al principio del siglo XXI, el mundo ahora es otro, el contexto es diferente. Pero debemos volver a integrarnos, incluso con aquellos que políticamente estamos distanciados. La integración ya demostró que fue virtuosa. Les fue bien a los pueblos y a los gobiernos de la región con la integración», afirmó.
Por último, y en relación con el balance específico sobre el Parlasur, Laborde sostuvo que «luego de ser denostado durante mucho tiempo, durante nuestra presidencia el Parlasur se ha recuperado. Se visibilizó como útil. Colaboramos fuertemente para que se realizara la elección en Bolivia y se lo hiciera con todas las garantías de transparencia. Desde el Parlasur se hizo un aporte al tema de los corredores bioceánicos, se hicieron sobre este tema tres seminarios muy interesantes donde participaron diferentes gobernadores y el jefe de gabinete de Argentina, gobernadores de Brasil y del norte de Chile. Allí se reforzó la idea de que Sudamérica se debe concebir como un subcontinente bioceánico. Todo ese trabajo ha hecho que el Parlasur gane un prestigio y ahora tenga un gran desafío para el próximo año, en el que deberá consolidar y ampliar todo lo que se ha hecho».