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Las calles se colmaron de verde: la sesión en los alrededores del Congreso

La cara de Ivana Bianchi era proyectada en gigante en una carpa blanca donde se transmitía en vivo la sesión de Diputados, justo en el instante en que se quiebra en llanto y convoca a «cuidar las dos vidas». De manera instantánea, estalla un coro de silbidos y abucheos de casi sesenta chicas de no más de veinte años sentadas frente a la pantalla. Fue una de tantas postales que dejó la jornada de ayer, que, puertas afuera del Congreso de la Nación, fue escenario de decenas de miles de mujeres que marcharon y festejaron el transcurso de un día histórico.

Desde las últimas cuadras de Avenida de Mayo antes de llegar a la Plaza de los Dos Congresos ya podía distinguirse la disposición pautada: una plaza vallada en su totalidad para dividir la concurrencia entre quienes apoyaran la aprobación de la Ley de IVE y quienes la rechazaran, nucleados en el sector autoproclamado por «las dos vidas». La magra convocatoria de estos últimos quedó remarcada ante la imponente marea de mujeres, hombres, jóvenes, adultas y niñas que pasaron por la intersección de las calles Rivadavia y Callao, hasta el escenario principal por donde estuvieron artistas y referentes como Malena Pichot, Jimena Barón, Miss Bolivia, Tonolec, Eruca Sativa.

«No nos dejan otra alternativa que desafiar a este gobierno. Que sean los vidrios del gobierno y no los cuerpos de las mujeres los que se quiebren», rezaba un cartel sostenido por una chica con la cara inundada de ‘glitter’, el maquillaje que supo convertirse en escudo de batalla. A su lado, decenas de banderas con estandartes de Pan y Rosas, La Cámpora, Mala Junta, Mumala, junto a decenas de banderas de centros estudiantiles.

«Esto es emocionante, siento que me va a explotar el pecho. Es algo que nunca se había visto en la Argentina y está sucediendo ahora», dijo a Contexto Patricia, una madre que acababa de filmar con su celular el pogo en el que se había mezclado su hija de dieciséis años, entre un sinfín de pañuelos verdes.

Entre la multitud podía distinguirse desde mujeres autoconvocadas, ya sea en familia o en grupos de amigos, columnas de organizaciones universitarias y sindicatos, hasta referentes políticos como el legislador porteño Pablo Ferreyra o el dirigente social Luis D’Elía. En dirección al escenario principal, ubicado sobre avenida Callao, se erguían carpas y stands de múltiples sectores militantes del movimiento de mujeres, desde las delegaciones de género de la CTA, banderas en portugués que recordaban a Marielle Franco –militante feminista asesinada este año en Brasil–- hasta un espacio de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), agrupación enfocada en la sindicalización del «trabajo sexual».

«Lo mismo sucedió cuando se discutió el matrimonio igualitario, que abrió un paso para que luego se discuta la Ley de Identidad de Género. Acá hay un montón que atraviesan tanto el aborto como el trabajo sexual: la clandestinidad, la ilegalidad, la hipocresía, el peso de la Iglesia. Estamos discutiendo sobre el poder de decisión sobre nuestros cuerpos», dijo a Contexto Georgina Orellano, titular de AMMAR.

Por su parte, el cuerpo de representantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito brindó una conferencia de prensa alrededor de las siete de la tarde, donde se celebró la presencia de «compañeras que han viajado desde todas las provincias». La referente Marta Alanis expresó: «Han venido unos treinta micros de Rosario. Se estima que un millón de personas han pasado esta tarde por la movilización verde. Le pedimos a los diputados que tenemos aquí enfrente que vean lo que ha sido el clamor popular por esta causa».

Sin dudas, el festival y la jornada significó la capitulación de un proceso que en los últimos meses combinó la fuerte militancia del movimiento de mujeres con múltiples sectores para instalar la discusión en los medios, en la cultura y la opinión pública. Desde periodistas, actores y figuras de la música y el espectáculo, hasta «youtubers» e «influencers», la consagración de la ola feminista se volcó en los cientos de adolescentes que esta semana tomaron unos once colegios de la Capital Federal en reclamo de la aprobación de la ley. La avalancha verde que colmó ayer la ciudad anunció que, en las calles, ellas ya ganaron y esto recién empieza.


 

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