Por José Welschinger
Las primeras declaraciones del nuevo Presidente argentino acerca de lo que será su política exterior, en las que aseguró que sus prioridades están en la expulsión de Venezuela del Mercosur y en la anulación del Memorándum firmado con Irán, ya están causando repercusiones internacionales. El Presidente ecuatoriano Rafael Correa, criticó duramente las intenciones del flamante mandatario argentino, a quien acusó de participar de una campaña de desprestigio orquestada por la derecha; y sostuvo: “Demuéstrelo si hay perseguidos políticos en Venezuela; les guste o no les guste, en Venezuela claramente se vive una democracia».
Correa no dudó en señalar a esa operación mediática internacional como un ataque hacia los gobiernos progresistas de la región, y advirtió: «Si algún presidente o país se cree árbitro del bien y el mal en base a esas informaciones, sería muy grave, terrible». Para el Presidente de Ecuador, sancionar a Venezuela con la Cláusula Democrática del Mercado Común del Sur (Mercosur), significaría interferir en los asuntos internos de ese país. Además de salir en defensa del proceso bolivariano comenzado por Hugo Chávez, continuado actualmente por Nicolás Maduro, Correa aseguró que el camino hacia la integración económica y cultural continuará profundizándose; más allá de quién gane las elecciones, porque «La visión histórica de la integración sobrepasa ideologías».
Por su parte, también el vicepresidente boliviano Álvaro García Linera se refirió a los dichos de Macri en esta materia, y advirtió que la situación actual de Argentina es una muestra ejemplar de lo que está sucediendo en Latinoamérica: «El continente está ante una disyuntiva –afirmó-, o profundizar los procesos revolucionarios desde adentro, o el regreso de la derecha”, y agregó: “Sólo hay dos caminos”. En éste sentido, García Linera remarcó la importancia de la reforma constitucional boliviana, lograda mediante un referéndum, gracias a la cual Evo Morales pudo presentarse nuevamente a las elecciones nacionales y continuar el proceso político iniciado en 2005. El vice boliviano, consideró: “Está claro que en Argentina otro habría sido el resultado si la compañera Cristina iba a las elecciones”, e insistió en que la continuidad de su liderazgo hubiera seguido «Impulsando las transformaciones, radicalizando el proceso», en lugar del «retroceso, la derecha, el conservadurismo, y la regresión» que acompañan al proyecto liderado por Macri. Por ese motivo, remarcó que la presencia política de Evo Morales al frente de su país, es un factor que «Es decisivo para la continuidad del proceso revolucionario» en la región, que continúa transformando la realidad boliviana, respaldado por la «movilización social, y un exitoso modelo económico».
También el diputado del Parlamento Latinoamericano Ángel Rodríguez consideró que las declaraciones del nuevo Presidente Argentino suponían una amenaza para la estabilidad regional, y que generaban un nuevo nivel de agresión, “que torpedean la integración Latrinoamericana”. Según comentó Rodríguez, quien calificó las declaraciones de Mauricio Macri como “acciones injerencistas contra Venezuela”, la preocupación por el clima generado luego de esas palabras también se extendió a otros países de la región; como Nicaragua, Ecuador, y Uruguay.
Tras esos dichos, sostuvo Ángel Rodríguez, Venezuela teme que Macri se convierta “En el brazo ejecutor de la derecha internacional”. “Ni el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a pesar de las enormes diferencias que hemos tenido ha buscado llevar a Venezuela a organismos internacionales”, indicó el diplomático del Parlamento Latinoamericano, señalando el conflicto fronterizo sucedido este año entre ambas naciones. A su vez, Rodríguez señaló que la integración regional dentro del Mercosur fue un factor decisivo para la recuperación económica de Argentina, que le permitió levantarse de una de las peores crisis de su Historia, para resurgir después con las políticas sociales que significaron los mandatos de los Néstor y Cristina Kirchner.