Por Fernando M. López
Hace casi cinco años que el juez federal Julián Ercolini tiene en sus manos la causa que investiga la apropiación de Papel Prensa durante la última dictadura cívico-militar, pero hasta ahora evitó indagar a los principales imputados, entre ellos, Héctor Magnetto, Ernestina Herrera de Noble y Bartolomé Mitre, directivos de Clarín y La Nación.
Sus dilaciones se mantienen, incluso, luego del contundente dictamen de los peritos del Tribunal de Cuentas de la Corte Suprema, al que había condicionado el llamado a indagatorias. A fines de agosto último, el peritaje demostró que los dueños de esos diarios, junto a los de La Razón, adquirieron las acciones de la única productora de papel para diarios del país a un precio entre un 40 y un 80% por debajo del valor de mercado en 1976.
Sorpresivamente, una delegación de Madres de Plaza de Mayo, encabezada por Hebe de Bonafini, se acercó ayer hasta el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 10 para expresarle a Ercolini su “preocupación por la lentitud” de esta causa.
“No lo fuimos a increpar, fuimos a ejercer nuestro derecho como ciudadanas de saber qué pasa”, dijo Bonafini, acompañada por otras seis Madres: Evel de Petrini, Mercedes de Meroño, Visitación de Loyola, Celia de Prósperi, Elsa de Manzotti y Josefa de Fiore.
bonafini: «Le preguntamos por qué se negó a tomarle declaración indagatoria a Magnetto. dio algunas vueltas y no fue muy claro, pero dijo que no está ni de un lado ni del otro.»
La presidenta de la Asociación remarcó la doble vara con la que actúa el juez al acelerar la indagatoria de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner –citada para el 20 de octubre por supuestos desvíos en la adjudicación de obra pública–, mientras continúa demorando el llamado a Magnetto, Herrera de Noble y Mitre, medida que pidió el fiscal Leonel Gómez Barbarella en marzo de 2015.
“Nos dio diversas explicaciones. Dijo que en la causa de Papel Prensa tiene que tomar más indagatorias. Le preguntamos por qué se negó a tomarle declaración indagatoria a Magnetto. Dio algunas vueltas y no fue muy claro, pero dijo que no está ni de un lado ni del otro”, comentaron las Madres.
También calificaron como “extraño” que durante el encuentro el magistrado haya hecho “una valoración personal de la declaración de Lidia Papaleo en el expediente”. Según Ercolini, “la testigo principal no contó lo mismo que cuenta en los medios”.
Contexto se comunicó vía telefónica con la propia Papaleo, quien desde Estados Unidos desmintió al juez y lo instó a aclarar concretamente “cuál es la comparación que hace sobre mis declaraciones”.
papaleo: «ercolini tiene una responsabilidad histórica. Espero que pueda mirar a sus hijos a los ojos después de esta causa.”
“Si hay algo que he tenido en estos cuarenta años es coherencia. Jamás dejé de decir lo mismo. Esta historia no me la contaron, la viví y la sufrí. Yo estoy muy tranquila. Lo que declaré en la causa se puede leer porque es pública y, a su vez, se puede comparar con cada una de las entrevistas que me han hecho”, subrayó la viuda de David Graiver y querellante en la causa Papel Prensa.
Papaleo consideró “muy importante” que las Madres se hayan presentado ante el magistrado para pedirle explicaciones, “aunque parezca anecdótico”.
“Cuando me lo contaron, pensé: ‘¡Qué bien, se enojó Ercolini, ya es algo!’. Fue brillante, porque hicieron reaccionar a un juez que se cree omnipotente. Por fin responde de alguna manera”, ironizó, para luego añadir: “Él tiene una responsabilidad histórica. Espero que pueda mirar a sus hijos a los ojos después de esta causa”.
Lidia lamentó que, a cuatro décadas del despojo de Papel Prensa bajo secuestro, tortura y amenazas de muerte, aún no haya juicio y castigo a los culpables. “Ya se han perdido muchos años y creo que apuestan a que nos vayamos muriendo todos los de la causa. Quedamos dos”, dijo en alusión al otro querellante y ex socio de Graiver, Rafael Ianover, quien actualmente tiene 91 años.
No obstante, la mujer aseguró que “con todas las cosas que hemos hecho, no importa si estamos o no; lo importante es que esto siga hasta el final. Yo conté todo lo que ha pasado para dejar claramente la imagen de David para mi hija, para mis nietos y para el pueblo argentino”.
David Graiver, fundador de Papel Prensa, murió en agosto de 1976 en un accidente aéreo ocurrido en México y las acciones de la empresa pasaron a sus familiares. De acuerdo a la investigación del fiscal Gómez Barbella, dos meses después Papaleo, Ianover y los padres y el hermano de Graiver fueron “intimidados” a transferir las acciones a Fapel S.A., integrada por Clarín, La Nación y La Razón. Esto sucedió en las oficinas que La Nación tenía en la calle Florida, donde estuvieron Héctor Magnetto, Bartolomé Mitre, Patricio Peralta Ramos (entonces director de La Razón) y el abogado Bernardo Sofovich, en representación de Herrera de Noble.
Luego llegó el secuestro. Entre marzo y abril de 1977, todos los integrantes del grupo Graiver, incluidos Lidia y su hermano, Osvaldo Papaleo, serían trasladados a Puesto Vasco, uno de los centros clandestinos de detención a cargo de los genocidas Ramón Camps y Miguel Etchecolatz.
En varias oportunidades, la viuda de Graiver dijo recordar “claramente los rostros de quienes me torturaron”, pero “nunca olvidaré la cara del señor Magnetto, y su mirada, que me daba más miedo que quienes me custodiaban […] Él me amenazaba directamente con la muerte de mi hija”.