Las trabajadoras de la vía pública hace un año que vienen teniendo problemas con el palacio municipal. Durante 2016, año en que las ferias americanas se vieron en aumento ante la caída del empleo formal, las manteras sufrieron desalojos de forma constante.
Ante esta situación, los concejales del Frente para la Victoria Nacional y Popular presentaron un proyecto para crear una mesa de diálogo en la que participen autoridades de Control Ciudadano, Desarrollo Social y las trabajadoras de la vía pública para buscar una solución concreta. Si bien se convirtió en ordenanza, el Municipio nunca llamó formalmente al diálogo.
Este mes, las trabajadoras sufrieron el primer desalojo del año, a pesar de que Roberto Di Grazia, el responsable de Control Urbano, se había comprometido para que esto no sucediera más.
Tras este incumplimiento, y ante la posibilidad de que vuelva a suceder, las trabajadoras de la vía pública están en estado de alerta conformando una comisión organizadora y una Asociación Civil, lo que les daría otro respaldo legal.
“Hay una ordenanza en La Plata que prohíbe la venta ambulante y a su vez hay otra sobre ferias francas donde señala que se pueden vender diferentes cosas no elaboradas, como la ropa usada acá” explicó a este medio Coralia Ojea, abogada de las trabajadoras, y agregó que el problema está en que “el Municipio no toma eso y no hace una política sabiendo que hay un montón de gente que se está volcando a la calle para hacerse un mango”.
Este tipo de ferias vienen creciendo de forma exponencial en toda la ciudad y las plazas resultan ser los principales epicentros. “Cada vez va a haber más. Cada vez hay gente con menos trabajo y por eso sale a la calle”, explicó a Contexto Dora, presidenta de la comisión que nuclea a las trabajadoras de Plaza San Martín.
Frente a gobernación, las manteras son mujeres, muchas de ellas con niños, otras jubiladas que tuvieron que salir a trabajar nuevamente porque el dinero no les alcanzaba para vivir y encontraron en la venta de ropa usada una fuente de ingreso.
Las vendedoras quieren que las dejen trabajar al menos tres días a la semana cuatro horas. Sin embargo, el lunes se reunieron con Fernando Ponce, presidente del Concejo Deliberante local, para pedirles que las autoridades correspondientes firmen un acta y no se comprometan sólo de palabra. El funcionario garrista les negó este pedido y no las dejó entrar junto con su representante legal.
“Ponce ya nos dijo que quiere limpiar las plazas porque no quiere que nadie salga a hacer estas cosas. El problema es que no entiende que queremos vivir. Este es nuestro trabajo”, sostuvo Dora.
“Nos dijo rotundamente que no”, comentó la mantera, quien agregó que Ponce, “burlandose, nos dijo ‘si quieren trabajar vayan a barrer 18 cuadras por un sueldo de cuatro mil pesos que les alcanza para mantenerse e invertir’.
La propuesta del presidente del Concejo fue incluirlas en las cooperativas de limpieza. El trabajo de barrido para estas mujeres requiere otro esfuerzo y resulta ser totalmente diferente al que hacen con un sueldo que no resulta tampoco atractivo, por lo que las trabajadoras se negaron. “No podemos vivir con cuatro mil pesos. No nos alcanza”, explican.