Este lunes se cumplió un nuevo aniversario de la Ley de Identidad de Género, una normativa con la que Argentina se puso a la vanguardia y logró ampliar un derecho del que ya gozan más de 12.000 personas en todo el país.
El 9 de mayo de 2012, el Senado de la Nación sancionó la Ley Nº 26.743, que llegó a esa instancia por el fuerte empuje de las organizaciones LGBTIQ+. Fueron 55 los votos positivos, ninguno negativo y una abstención.
«Creo que la sanción de la ley fue un gran avance en materia de derechos, pero no solamente para las personas que en ese momento no podían ejercer su derecho identitario, sino para todo el pueblo argentino, porque cuando se suma un derecho para parte de una población, lo que hace es marcar que una sociedad es mucho mejor», contaba la activista trans Paula Arraigada.
La ley, sancionada el 9 de mayo y promulgada el 23, entiende la identidad de género autopercibida como «la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales».
La Ley de Identidad de Género en Argentina resultó ser pionera en el mundo. Si bien ya otros países de la región habían sancionado medidas similares, tales como Uruguay y Panamá, la normativa argentina marcó un cambio respecto de la despatologización de las personas.
Según un estudio presentado por el Registro Nacional de las Personas (Renaper), desde 2012 a hoy 12.655 personas rectificaron sus datos de identificación en el DNI de acuerdo con su identidad de género autopercibida.
El estudio señala además que el 62 % de las personas que rectificaron su DNI optó por la categoría «mujer», el 35 % lo hizo por «varón», en tanto que, desde la implementación del Decreto N° 476/21, que desde el año pasado permite incluir una «X» para aquellos casos en que las personas se autoperciban con género «no binario», se realizaron 354 rectificaciones hasta el 31 de marzo de 2022.
De acuerdo con el informe del Renaper, la característica principal de la población que cambió su género en el DNI es que se trata de gente joven adulta, siendo el promedio de edad 33 años, mientras que la mitad de la población tiene menos de 31 años.
Datos complementarios sobre la estructura etaria señalan que la población que se autopercibe con género «varón» o «no binario» es más joven que las personas que eligieron el género «mujer».
Al analizar más aspectos sobre la edad de las personas que rectificaron su género, el informe refleja que quienes optaron por el género «varón» lo hicieron en edades más tempranas en relación con los demás géneros escogidos.