El martes llegan al país 200.000 dosis de la vacuna del laboratorio chino CanSino que serán destinadas, según informó el Gobierno nacional, a «poblaciones de difícil acceso», como personas en situación de calle, migrantes, refugiados y otros colectivos dispersos, por tratarse de vacunas que al administrarse en una sola dosis «logran reducir las barreras logísticas».
Con la llegada de este cargamento en la madrugada del martes, Argentina llega a 57.407.120 dosis para continuar con el Plan Estratégico de Vacunación contra COVID-19.
De acuerdo con el Monitor Público de Vacunación, hasta el lunes se distribuyeron en todo el territorio argentino 51.604.874 y se aplicaron 44.731.271. De ese número, 28.356.254 personas recibieron la primera dosis y 16.375.017 ya cuentan con dos aplicaciones.
Según el informe difundido por las autoridades sanitarias del país, los sueros de CanSino se suman a los más de 1,7 millones de Sinopharm del pasado sábado, y de esa forma en la última semana Argentina acumula 6.838.500 entre las vacunas de esos dos laboratorios y las de AstraZeneca.
Paralelamente, la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, participó el lunes de una cumbre de ministros de Salud del G-20 en Roma, donde abogó por el acceso universal y equitativo de todas las personas a la vacuna.
«Para lograr una recuperación sostenible, inclusiva y resiliente, todos los países deben implementar medidas en línea con los principios de solidaridad internacional, colaboración y equidad garantizando el acceso de todas las personas a vacunas contra covid-19», afirmó.
Además, la titular de la cartera sanitaria señaló la necesidad de que la pandemia se convierta en una oportunidad «para fortalecer la preparación, la gestión y la respuesta coordinada y equitativa ante futuras emergencias sanitarias».
Por otro lado, Vizzotti remarcó la importancia de que «el G20 apoye el proceso de reforma que se está desarrollando en el seno de la OMS con el objetivo de fortalecer y agilizar la coordinación de la respuesta sanitaria mundial y mejorar la aplicación del Reglamento Sanitario Internacional».
