Por Pablo Pellegrino
El economista argentino y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Jorge Fonseca, le preguntó a Nicolás Dujovne: “¿Cómo espera que vayan las inversiones a la Argentina si usted mantiene su patrimonio offshore?”. Visiblemente incómodo, el ministro de Hacienda se limitó a hacer lo que el manual de Durán Barba indica: responzabilizar al gobierno anterior.
“Con respecto a mi patrimonio, a diferencia de lo que ocurría con el gobierno anterior, está perfectamente declarado y presentado ante la Oficina Anticorrupción”, fue la explicación que dio el Ministro de Hacienda durante el nuevo “roadshow” que encabezó en el país ibérico.
El objetivo de esta gira fue, nuevamente, intentar convencer a algún inversor para que confíe en lo que la nueva Argentina puede ofrecer y pueda al fín concretarse la lluvia de inversiones que inunde al país de dólares. Hasta ahora, la sequía ha sido brutal.
El Observatorio de la Deuda Externa de la UMET realizó un informe en el que indican que el endeudamiento externo durante la era Macri se incrementó en 132.969 millones de dólares
Según el informe que elabora el Banco Central de la República Argentina (BCRA) sobre la evolución del Mercado de Cambios y el Balance Cambiario, el panorama sigue siendo desalentador: déficit de cuenta corriente cambiaria, más fuga de capitales y más inversiones golondrinas que aprovechan las bondades de la costosísima bicicleta financiera.
El primer mes del año refleja que el 85% de la inversión de no residentes fueron las denominadas “inversiones de cartera”, que en criollo significa “especulación financiera”, mientras que las inversiones productivas fueron del 15%. Es decir, que solo 1,5 de cada 10 dólares que ingresaron fueron a parar a la economía real.
“En el caso de inversiones de cartera de no residentes, es importante aclarar que, si bien a priori no es posible identificar el destino que tendrían dichos fondos, sí es posible diferenciar entre aquellos que se mantienen inicialmente en moneda extranjera y aquellos que, tras ingresar al país, fueron convertidos inmediatamente a pesos”, sostiene el informe sobre el Mercado Cambiario, y agrega: “En este sentido, en enero, las inversiones de cartera de no residentes fueron prácticamente en su totalidad destinadas a pesos”.
Cabe recordar en este punto la fórmula básica del bicicleteo: traer dólares de afuera, comprar pesos, especular con las siderales tasas que paga el Banco Central en Letras y, con la ganancia, volver a comprar dólares y sacarlos afuera.
Otro informe elaborado por el organismo que conduce Federico Sturzenegger, el IPOM (Informe de Política Monetaria), muestra el magro desempeño de la Inversión Extranjera Directa: en 2017 sumaron US$ 8.300 millones contra los US$ 9.577 millones registrados en 2015.
Como no está bien visto que en durante el kirchnerismo la inversión haya tenido casi 1300 millones de dólares más que durante el mejor año del macrismo, el BCRA decidió aclarar que esas inversiones no fueron genuinas porque se produjeron durante el denominado “cepo al dólar”, que limitaba la posibilidad de que las empresas giren utilidades a sus casas matrices para que las reinviertan en el país.
El informe del organismo que conduce Federico Sturzenegger, el IPOM, muestra el magro desempeño de la Inversión Extranjera Directa: en 2017 sumaron US$ 8.300 millones contra los US$ 9.577 millones registrados en 2015.
A los ojos de Sturzenegger, políticas económicas como estas distorsionan los resultados de las inversiones. Algo así como decir que la pobreza durante el kirchnerismo fue mayor si no tomamos en cuenta la Asignación Universal por Hijo, o que la tasa de analfabetizmo sería mayor si no tomamos en cuenta el Plan FINES.
Por otro lado, durante enero de este año, el balance cambiario indica que se fugaron 1.518 millones de dólares de residentes (es decir, argentinos que se la llevan afuera, como el propio Dujovne).
En este sentido, el Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), realizó un informe en el que indican que el endeudamiento externo durante la era Macri se incrementó en 132.969 millones de dólares, y la fuga de capitales contabiliza la estrambótica cifra de 82.087 millones de dólares.