Por Roberto Álvarez Mur
A una semana de las torturas y abusos cometido por efectivos de Gendarmería y Policía Federal hacia dos chicos del colectivo barrial La Garganta Poderosa, la gestión macrista redobló la apuesta al anunciar ayer el refuerzo de presencia de fuerzas federales de seguridad en territorio bonaerense, que incluirán Prefectura Naval, Gendarmería Nacional y Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Mientras el ajuste económico hace mella en los sectores más vulnerables de la Argentina y Patricia Bullrich anuncia que se trabajará sobre “problemas muy duros que heredamos”, el fantasma de la militarización asoma en la provincia.
El anuncio fue realizado durante una reunión en la Casa Rosada entre Mauricio Macri, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, la propia ministra, el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo. Como ya lo hizo en la provincia de Santa Fe el mes pasado, el anuncio del incremento de fuerzas federales en colaboración con la Policía profundiza el modelo de choque que el macrismo tiene planeado para el Conurbano bonaerense, donde el propio Macri ya declaró tener las “zonas más calientes” de inseguridad, según su perspectiva.
La medida se contrapone a las prácticas para combatir la inseguridad que había comenzado a implementar el kirchnerismo desde 2010, cuando, mediante el Decreto 2099/2010, se implementó el operativo Centinela a fin de profundizar las actividades preventivas y de seguridad ciudadana en los municipios del conurbano bonaerense y en barrios de emergencia para implementar el Plan de Abordaje Integral AHÍ, que contaba con la participación de los Ministerios nacionales de Desarrollo Social, Salud, Educación, Defensa, Trabajo, Interior, Planificación y Seguridad.
«Para que no sea sólo ocupación ni criminalización, las medidas tomadas desde el Estado, tienen que estar acompañadas de un conjunto de políticas con anclaje fundamentalmente territorial que restaure derechos», explicó a Contexto la ex ministra de seguridad, Cecilia Rodríguez.
Vastos estudios han comprobado que a medida que empeoran los índices sociales y económicos, que aumenta la desigualdad social, aumentan los índices delictuales. «Esto no significa que la pobreza sea la generadora de la delincuencia, ni que haya que justificarlos en función de su procedencia social. Esto muestra en todo caso, que la respuesta nunca puede ser sólo policial», agregó Rodríguez.
En el mismo sentido, la ex Ministra destacó que el territorio te muestra un entramado de conflictos de los más variados, que no son necesariamente y siempre aquellos punibles, «no se pueden reducir a delitos complejos; no verlo de esta manera conduce a una criminalización de la marginalidad. Por lo tanto, es fundamental conocer la manifestaciones del delito para diseñar el mejor dispositivo posible».
El narcotráfico: la pantalla
Otro de los puntos clave en el anuncio de Patricia Bullrich fue la figura, tan promocionada desde el macrismo en los últimos meses, de la lucha contra el narcotráfico, tópico que tanto en las gestiones de Provincia como Nación funcionó como carne de cañón mediática en los debates sobre inseguridad.
“Hay una visión estratégica común entre el gobierno nacional, el de la provincia de Buenos Aires y el de la Ciudad en relación a que tenemos un objetivo fundamental que es la lucha contra el narcotráfico y que entonces tenemos que tener muchos efectivos en los lugares de frontera y en los lugares de origen donde se producen los mayores cargamentos de droga”, remarcó Bullrich, y volvió a poner el foco sobre “guerra contra el narcotráfico” como asunto de Estado, tendencia que pareciera arrimar problemas de coyuntura internacional, cada vez con más recurrencia a la agenda local. Este punto despertó especial preocupación en los últimos meses, tanto por su relación con las políticas de Defensa ligadas a la injerencia militar entre las Fuerzas Armadas y colaboración estadounidense, como por su visión de vigilancia de las fronteras como puntos de conflictividad.
“Esa insistencia por incrementar en el relato cotidiano que el país está sometido por el narcotráfico, sobre todo en la visión de la Ministra Bullrich, empuja en esa dirección. Eso es algo que hay que enfrentar, y hay que mantener a las Fuerzas Armadas por fuera de esa discusión”, dijo a Contexto el politólogo y especialista Jorge Bernetti. “Nosotros estamos en un contexto de Defensa en un marco latinoamericano, y no tenemos conflictos con países vecinos y fronterizos. Si hay poderes enemigos, esos son Inglaterra y EE.UU.”, dijo Bernetti y agregó: “como la Defensa Nacional goza de bajo prestigio, de bajo interés, creen que pueden tener algún éxito si colocan a las Fuerza Armadas de refuerzo de las fuerzas de seguridad”.
Bernetti analizó esta tendencia en comparación a la experiencia desarrollada en México en materia de Defensa nacional y militarización de la lucha contra el narcotráfico, en torno a las graves consecuencias que estas medidas provocaron:
“Eso sería un desastre, ya hay varios trabajos de investigación que demuestra el fracaso de esa idea de lucha. Han eliminado el último resguardo del Estado nacional mexicano. Acá en Argentina, no hay simpatía a nivel general por que las Fuerzas Armadas se involucren en esa clase de temas”.