La Subsecretaría de Educación, que depende de la Secretaría de Cultura y Educación, se ha convertido en una de las áreas que genera más controversias dentro de la Municipalidad de La Plata. Su titular, Marcela Canuti, se ha hecho un prontuario a fuerza del maltrato a autoridades escolares y de la elección a dedo de familiares y amigos.
La situación de Canuti contrasta con la consigna de transparencia para la Administración pública que aduce Julio Garro –en línea con el discurso de Cambiemos a nivel nacional– y que ha utilizado a lo largo de su gestión para diferenciarse de la anterior. De hecho, el año pasado Garro amagó con emitir una resolución antinepotismo, que finalmente no prosperó y quedó en una búsqueda de efecto mediático.
Canuti ingresó al Municipio de la mano de Javier Mor Roig, concejal de Cambiemos y uno de los hombres más influyentes dentro del Municipio.
Canuti ingresó al Municipio de la mano de Javier Mor Roig, concejal de Cambiemos y uno de los hombres más influyentes dentro del Municipio. Por ser jubilada en provincia de Buenos Aires, tras desempeñarse como inspectora general en la localidad de Necochea, hoy es subsecretaria ad honorem, ante la incompatibilidad de cargos.
Sin embargo, encontró otras formas de sacar provecho de la situación: dentro de la Subsecretaría nombró a dos de sus cuatros hijos, a su nuera –con un cargo administrativo y otro en el Centro de Formación Profesional, que funciona dentro del Pasaje Dardo Rocha– y a allegados; todos ellos, ingresando en mejores condiciones laborales que muchos trabajadores municipales con carrera en el área.
Los trabajadores municipales consultados por este medio, que prefirieron no dar su identidad por miedo a represalias, detallaron que los acomodos de Canuti van más allá: afirman que ubicó a un nieto en el Jardín Municipal N° 12, donde se ingresa por sorteo. A su vez, el diario El Día precisó también que el año pasado diez chicos fueron becados por el Municipio y el Instituto Manhattan Center para una beca completa de inglés. Uno de ellos, casualmente, lleva el mismo nombre y apellido que la nieta de la funcionaria.
Los casos de maltrato laboral
Una serie de casos exponen el mecanismo que ha llevado a cabo Canuti, una combinación entre atropellos hacia sus subordinados y la elección de personas conocidas en cargos del Estado municipal.
Según pudo saber Contexto, Emma Barchine era la directora de la Casa del Niño Ricardo Rojas de Gonnet cuando el 26 de diciembre fue notificada de que sería apartada de su cargo. Los argumentos esgrimidos desde la Subsecretaría eran que había que “premiar” a una directora de menor categoría próxima a jubilarse, ascendiendo a una dirección de primera. Esa mujer, Sonia de Castro, es muy allegada a Viviana de Cecco, inspectora de Enseñanza de La Plata. De esta forma, sin explicación alguna, Barchine sufriría una rebaja de su cargo y la consecuente disminución de sus ingresos.
Días después, la directora fue citada nuevamente en la Subsecretaría, donde mostró su negativa a este cambio. “No servís como directora, no servís para nada”, le dijo entonces a los gritos Canuti, con la presencia de la directora de Coordinación Educativa, Mariana Villarreta, y la inspectora municipal Viviana de Cecco, la única que queda tras la jubilación de sus pares. Luego de los insultos, Canuti amenazó directamente con rebajarle el puesto ya no a directora de tercera, sino a docente. Efectivamente, en enero, según un recurso de revocatoria al que pudo acceder Contexto, mediante un memo fue notificada de que Sonia de Castro ocuparía su puesto, mientras que ella sería desplazada al cargo de maestra de grado.
En este recurso, la directora manifiesta la nulidad de la notificación –con un memo sin firmas, en pleno receso– y la falta de transcripción de los motivos por los que fue reemplazada, siendo que en sus veintiún años de carrera jamás tuvo una sanción y que en el trabajo realizado en la institución, desde que fue nombrada por esta gestión en 2017, no ha tenido ninguna advertencia relevante.
Según detallaron trabajadores municipales en diálogo con este medio, son numerosos los casos de violencia laboral ejercidos por la subsecretaria.
Sin embargo, este no es el primer caso de maltrato y abuso de autoridad registrado por Canuti. Según detallaron trabajadores municipales en diálogo con este medio, son numerosos los casos de violencia laboral ejercidos por la subsecretaria, registrándose situaciones de tensión con directoras, que se han ido llorando del lugar. Uno de los últimos casos fue el de la directora de uno de los jardines municipales. Fue luego de que se haya hecho público que la institución no funcionaba por problemas de infraestructura, un escenario habitual en las escuelas públicas de la ciudad.
“Está destruyendo todo el sistema de educación local. Antes las docentes querían pasar de provincia al municipio y ahora es al revés”, sostuvieron fuentes gremiales.
Con los trabajadores de la Subsecretaría la situación es similar. Extrabajadores narraron a este medio que Canuti “tiene una personalidad muy fuerte” y ante la “mínima resistencia amenaza rápidamente con desplazarlos a otras áreas”, por lo que algunos de ellos han optado por irse por voluntad propia cansados del hostigamiento. “Ella juega mucho al desgaste en general, entonces la gente se termina yendo buscando el pase. Es muy común que te diga que ’si no hacés lo que yo quiero, te puedo mandar a otro lado’”, relató una trabajadora.
Uno de los casos más resonantes dentro de la Subsecretaría fue el intento de deshacerse mediante un traslado sin previo aviso de una cuadrilla de trabajadores que realizaba tareas de mantenimiento dentro de las escuelas, lo que generó un gran repudio por parte de los trabajadores. Dentro de este grupo había delegados y el accionar de Canuti desconocía las leyes laborales y sindicales.
Tras la intervención de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) y el Sindicato de Trabajadores Municipales de La Plata (STMLP) que abogaron por sus representantes gremiales, permanecieron dentro de la Secretaría, bajo el ala de Cultura comandada por Gustavo Silva, trabajando ya no en Educación, sino en el Pasaje Dardo Rocha.
La situación alrededor del accionar de la Subsecretaría de Educación de la ciudad describe un modus operandi de aprietes y nepotismo como forma de hacer gestión. Lo expone el miedo de las autoridades escolares a hablar por las futuras represalias que eso conlleva.