El vaciamiento del Plan Nuclear que ya paralizó el complejo de centrales energéticas de Atucha continúa con las consecuencias iniciadas en 2015: 65 nuevos despidos tuvieron lugar en la firma Nucleoeléctrica Argentina (NASA), donde el gobierno ya planificó casi 250 despidos para lo que resta del año. Desde el sector denuncian que el ajuste es producto de las negociaciones que el macrismo ha iniciado con el Fondo Monetario Internacional.
“Los telegramas que llegaron fueron dirigidos a trabajadores de la Unidad de Gestión, que se encontraban en el área de planificación de las centrales Atucha 3 y 4. Muchos ya habían quedado trabajando después de la ola de despidos de 2015. Estamos hablando de técnicos, ingenieros, analistas, trabajadores de planta permanente”, dijo a Contexto Lucas Castiglioni, exempleado de NASA y concejal por Unidad Ciudadana en la ciudad de Zárate, distrito que junto a Lima y Vicente López nuclea a buena parte de los trabajadores de la central energética.
Desde 2015 ya habían iniciado despidos en la finalización de Atucha 2, durante el freno de la obra impulsado por el gobierno “para revisar contratos y licitaciones”. Desde entonces, el trabajo en el polo nuclear quedó paralizado de manera virtual y el gobierno ahora proyecto retomar el trabajo a futuro, pero mediante capital estrictamente asiático.
Los 65 trabajadores constituyen apenas una parte de la reacción en cadena que va desde administrativos, ingenieros, contratistas y trabajadores de la obra pública. “Ellos, como todos los demás, contribuyeron a la finalización y puesta en marcha de Atucha 2, e iban a ser los mismos que llevasen adelante la planificación y construcción de Atucha 3, pero este gobierno tomó las decisiones más equivocadas que existen en la historia de nuestro país en materia de ciencia y tecnología, que no es nada más y nada menos que soberanía nacional”, agregaron desde el sector en un comunicado.
En tanto, detrás del deterioro de la central nuclear los trabajadores apuntan contra intereses que condensan, por un lado, la injerencia del FMI en las decisiones del gobierno para profundizar el ajuste económico y, por otro, intereses corporativos de miembros de la propia cartera del gobierno.
“Ellos decretaron Emergencia Energética cuando llegaron al poder e instalaron centrales térmicas en todos los cordones industriales de la provincia. Casualmente, estas centrales están asociadas a un Caputo, a un Calcaterra. Acá está pasando, a quince kilómetros de Atucha han instalado una termoeléctrica de capitales canadiense. Quieren retirar al Estado de la industria energética”, expresó el concejal de Zárate, incluso las mismas centrales térmicas logradas con el Fondo de Garantía y Sustentabilidad de ANSES, con el que se generó Atucha 2.
Por su parte, desde la seccional de ATE en el sector observan el panorama con preocupación. El dirigente local, Fernando Pérez, manifestó: “Sin esta central no tenemos trabajo. La mayoría son profesionales y trabajadores con alta capacitación. Entre los despedidos hay ochenta ingenieros jóvenes, de los cuales seguramente muchos serán absorbidos por países extranjeros, ya que en el mundo se están construyendo 54 centrales. Estamos en la misma que en los noventa”. Asimismo, el gremialista advirtió que la central “será totalmente china y será entregada llave en mano”.
En esta línea, Castiglioni agregó: “En Zárate ya votamos el año pasado la Emergencia Laboral y no fue solamente por lo sucedido en Atucha, también el sector petroquímico está en crisis, el consumo ha caído y los comercios no venden. Tenemos también la planta de Honda en Campana, que tiene superproducción de stock porque no se compra y ya no toma más gente”.
Ante las escasas posibilidades de que el gobierno revierta la decisión de avanzar con los despidos, desde el sector de trabajadores no descartan la opción de encarar un plan de lucha para hacerle frente a los despidos.