Por Héctor Bernardo
Miles de brasileños asistieron este domingo 19 de marzo al acto encabezado por el ex mandatario Luiz Inacio “Lula” Da Silva y la presidenta constitucional Dilma Rousseff (ilegalmente depuesta mediante un golpe de Estado parlamentario en agosto de 2016).
Rousseff inauguró una obra que brindará agua a los habitantes de la ciudad de Monteiro, en el estado de Paraíba, al nordeste de Brasil. Poco tiempo atrás había estado en ese lugar el golpista Michel Temer.
“El golpe todavía no ha terminado, está en proceso con mentiras sistemáticas como la vivida aquí en Monteiro, donde alguien que nunca levantó un dedo para el desvío de estas aguas se atreve a inaugurar una obra”, dijo Rousseff en clara referencia a Temer.
La obra de transposición del río San Francisco fue iniciada por el Gobierno de Lula Da Silva y estaba casi concluida en el momento del golpe parlamentario contra Rousseff.
El lugar se vio colmado por miles y miles de personas que se acercaron para apoyar a los dos referentes del Partido de los Trabajadores (PT) y para reivindicar las tareas hechas durante sus Gobiernos. “Estoy muy orgullosa de ver el agua venir aquí, luché mucho para esto junto con Lula”, remarcó Rousseff.
Por su parte, el ex mandatario señaló: “No soy un profesional, no soy letrado, no fui a la Universidad, pero desde mis siete años sé lo que es cargar tobos de agua para cocinar y bañarme, sé lo que es tener una barriga grande llena de cosas malas por tomar agua sucia, tengo honor, y estoy orgulloso de poder contribuir en que este pueblo tenga hoy agua”.
Lula Da Silva remarcó que será candidato en las elecciones presidenciales de 2018 y afirmó que “mientras ellos piden a Dios para que yo no sea candidato, yo les digo que si voy es para ganar y recuperar la alegría de este país”.
En ese marcó, Rousseff aseguró: “Tenemos una reunión prevista con la democracia y es en octubre de 2018”.