A lo largo de todo el país se realizaron movilizaciones y marchas para conmemorar este domingo el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, a 48 años del golpe de Estado de 1976 que dio paso a la más sangrienta dictadura cívico-militar. Como es costumbre, la marcha principal tuvo lugar en Plaza de Mayo, a la que acudió aproximadamente medio millón de personas.
Diferentes organismos de derechos humanos encabezaron una jornada conmovedora y de una dimensión contundente en tiempos de negacionismo y complicidad oficial. Miles y miles de personas marcharon pacíficamente en un domingo soleado que tuvo como eje el acto frente a Plaza de Mayo al mediodía.
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, leyó el documento elaborado entre Madres de Plaza de Mayo y otras organizaciones, apuntando a las políticas y discursos de Milei. «Los principales civiles del terrorismo de Estado continúan, en su mayoría, impunes. Son el poder económico y empresarial del poder económico. Para ellos también exigimos juicio y castigo YA», exclamó. Y exigieron «una ley contra el negacionismo, que sancione a funcionarios y funcionarias y representantes elegidos que desestimen los crímenes y a sus víctimas». Carlotto recordó que «las constantes provocaciones del Gobierno de Milei y Villarruel violan todos los pactos internacionales que tienen rango inconstitucional».
Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora, repudió «un protocolo represivo, destinado a impedir el legítimo derecho a la protesta social», e instó: «Hay 30.000 razones para defender la patria. La unidad política, sindical y de los movimientos de derechos humanos es mandato urgente para organizar la resistencia».
En el marco de un día sensible a la memoria de nuestra patria, sus entreguistas continuaron las provocaciones. El más claro ejemplo fue la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien apuntó contra Estela: «Carlotto, a vos no te votó nadie, votó a Javier Milei. Respetá al pueblo argentino que les dijo no a ustedes también». Y la irrespetuosidad cerró con un hashtag: «NoFueron30000».
