Por Ramiro García Morete
“Voy a dejar lo que soy, lo que fui, lo que seré / y a estos hombres que cargo al andar” canta en “Lo que llevo al andar”. Saben las almas caminantes que no habla tanto del camino transitado un robusto equipaje sino más bien el despojo. Y algo así habrá pensado Matías Kekes López no solo para coronar su carrera (Licenciatura en Guitarra) en la Facultad de Artes. Sino también para abrevar su propio camino o parte de él con un álbum donde no hay más que voz, guitarra y –ante todo-canciones–”. “Esto también pasó” es el título de este material disponible en todas las plataformas digitales y donde –asegura– intentó “unir el mundo académico y el cancionísitco”.
“Lo grabé en vivo a fines de agosto en Mirifico Estudio en La Plata –introduce el músico–. En vivo, fueron tres o cuatro tomas de cada tema. Luego elegí la que más gustó y esa quedó. O sea no, hay ediciones. Así como canté y toqué, quedó. Como ensayé y estudié mucho estas canciones fue bastante rápido a la grabación: una hora y media para las seis canciones del disco. Luego lo mezcló y masterizó Juan Pedro Dolce.
“Desde lo sonoro puede ser que sea más sencillo un disco de guitarra y voz, pero la verdad es más complejo –aclara–. Tenés que sostener todo un discurso musical con dos instrumentos: tu guitarra y tu voz. Esto te lleva a explorar y explotar la mayor cantidad de recursos de esos dos instrumentos para que haya variedad, frescura y no se vuelva monótono o que no se perciba que falta algo. Se suma la exigencia de hacerlo en vivo y la decisión de no editar. Este disco es el disco con menos horas de estudio pero el que más horas tiene de ensayo y de llevar todo “perfectamente” calculado desde lo interpretativo, digamos que la mezcla ya la tenía resuelta antes de ir al estudio.
“Estoy contento con este disco –confiesa Kekes–. Siento que representa y expresa una profundidad necesaria para mí, mi historia, mi paisaje sonoro, mi identidad como bonaerense, el silencio, la pampa, Spinetta, Yupanqui . La voz de mi viejo y la mía conviven. Las escucho y eso me hace bien”.
Y esa suerte de recorrido infiere también abordar “la parte más oscura. Se habla de lo que duele, la sombra, lo “Plutoniano”. No se busca agradar, sino ser sincero y bucear dentro. Y adentro hay de todo. En estos tiempos y como en otros siempre se oculta lo oscuro. Se deja justamente en las sombras, se lo tapa, se muestra lo luminoso. Creo que si no habitamos esa oscuridad, ese monstruo crece y te devora. Hablo tanto desde lo individual como desde lo social. Me parece urgente habitar esos lugares y abrazarlos para convivir de con todas las energías que nos habitan y poder transitar este mundo de una manera mas sana y más armoniosa”.