El presidente del Partido Justicialista bonaerense, Máximo Kirchner, encabezó este fin de semana un acto en Mar del Plata junto a la dirigente local Fernanda Raverta, a diecinueve años de que Néstor Kirchner tomara la decisión política de saldar la deuda argentina con el FMI.
«El presidente Milei habló esta semana en cadena nacional de la intención de hacer un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Justo estamos en Mar del Plata, donde volteamos el ALCA y donde nuestra región dio una enorme muestra de dignidad. Avanzar en ese sentido es no entender que se trata de economías que compiten entre sí en muchos rubros. Cristina lo contaba, por ejemplo, con relación a los polos petroquímicos, que compiten, pero también competimos en materia de soja, de trigo», expresó Máximo.
Y agregó que el presidente de la nación también habló de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y recordó cuando el Gobierno de Alberto Fernández había firmado uno en 2022, el cual tuvo el rechazo de Máximo Kirchner, renunciando a la presidencia del bloque de diputados en el Congreso: «Estaba mal hecho… lo dijimos. Y se hacen tan mal, precisamente para que cada dos o tres años tengas que ir a sentarte de vuelta y te dan un acuerdito de morondanga que perjudica los intereses del país».
«Muchas veces nos cuesta explicarle a nuestra gente cómo funciona el endeudamiento. Miren, cuando se discutió en el Congreso el financiamiento universitario, un diputado oficialista del Gobierno decía que esa medida, esa ley, tenía un costo de 1.200 millones de dólares para el erario público. Tres días antes, un funcionario del Ministerio de Economía (Pablo Quirno) decía, orgulloso él, que ya la Argentina había depositado 1.200 millones de dólares en una cuenta del banco de Nueva York para pagar los intereses de deuda de enero del 2025. ¿Se entiende lo que es el endeudamiento? O sea, no están los 1.200 millones de dólares para el presupuesto universitario por el ‘costo fiscal’, pero no hablan del costo fiscal que significa la deuda para el pueblo argentino. Por eso nos opusimos al Fondo Monetario».
En este marco, Máximo Kirchner consideró que la política económica de Javier Milei no va a mejorar la situación del país: «¿Eso es convocar a la esperanza, acaso? Eso no es convocar a la esperanza, es patear fuerte al medio y seguir lo que te dice el consultor. Yo los vengo a convocar a un desafío enorme, que es enfrentar un poder económico totalmente desvergonzado, inmoral, construyendo una propuesta superadora, incluso también de lo que fueron esos doce años».
Peronismo
El encuentro en Mar del Plata se da luego de la reunión del consejo partidario bonaerense en Moreno, y de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner a la presidencia del Partido Justicialista nacional. En este sentido, Máximo Kirchner manifestó que «el peronismo tiene que leer bien el tiempo y el contexto que le toca y hacer el enorme esfuerzo de que los números cierren con nuestra gente adentro. Lo demás lo puede hacer cualquiera. ¡Con ser un poco cruel y desalmado, cualquiera puede llevar los números donde quiera!».
«El desafío es que la mayoría de nuestro pueblo esté dentro de un proyecto económico. Entre 2003 y 2015 entendimos que el desafío que venía en materia laboral y de producción eran las nuevas tecnologías. ¿O por qué se piensan que entregamos 5 millones de computadoras a pibes y pibas en la Argentina? Era para preparar a nuestros pibes y pibas para los Desafíos del Futuro. ¡Y nos quieren venir a hablar ahora de la inteligencia artificial y no sé qué cosa más! ¿O por qué se piensa que se terminó Atucha? Escucho que hablan de energía nuclear y reactores, ¿y el CAREM, el Conicet, el INVAP? ¿Qué creen que era eso? ¡Teníamos un país en la cabeza! ¡Teníamos un país en desarrollo y el macrismo lo destruyó! ¡Mauricio Macri lo destruyó! ¡El señor Caputo nuevamente ministro de Economía lo destruyó!».
Asimismo, el presidente del PJ bonaerense apuntó a quienes predican el ‘Dios, patria y familia’: «La pregunta es: ¿qué familia argentina va a haber con este plan económico? ¿Una familia donde el padre come en el trabajo y no se sabe a qué hora vuelve? ¿Dónde la madre hace lo mismo y los chicos comen en el comedor? ¡Eso no es una familia! Nosotros queremos que la familia argentina vuelva a comer junta, que pueda compartir más tiempo».
«¿Qué patria va a existir con el RIGI? Porque podemos discutir la característica de un modelo extractivista de la economía. Podrá gustarnos más o menos, pero si hay extractivismo tiene que haber remedios para los jubilados y las jubiladas; tiene que haber dinero para nuestras universidades y nuestra escuela pública; tiene que haber viviendas para nuestra gente […] Si hay extractivismo y no hay poder adquisitivo que alcance, y no hay remedios, y no hay educación pública, y no hay salud pública, y no hay un pediatra y no hay un oncólogo, ¡lo que hay es saqueo! Y nosotros no podemos permitir el saqueo de la patria», apuntó Máximo Kirchner.
«Fallamos, y creo que tenemos la oportunidad de volver a reconstituirnos. Creo firmemente en la capacidad de la Argentina, porque es un pueblo hermoso, con enormes asimetrías culturales, sociales y económicas de punta a punta. Un pueblo en la Patagonia, en el Cuyo, otro en el Norte grande, otro en la capital, otro en el conurbano, otro en el interior de la provincia. Vamos a encontrar una gran cantidad de argentinos y argentinas que esté de acuerdo con tener patria, con tener nación».
«Tengo enorme esperanza en la función de Cristina como presidenta del PJ. Primero, de volver a tener un partido político que se piense, que pueda ofrecerle al país una propuesta, que tenga debate, que tenga discusión, pero no debate y discusión nominal de nombres, sino de contenido e ideas para ofrecerle a nuestra sociedad y poder convocarla. Creo que ese desafío de organizarnos ante los nuevos anhelos, en esa construcción necesitamos un nuevo pacto intergeneracional en la Argentina», concluyó Kirchner.
Expulsión de Edgardo Kueider
Durante el encuentro con la militancia, Máximo Kirchner se refirió a la expulsión del senador Edgardo Kueider y aseguró que «el pueblo argentino recuperó una banca en el Senado, porque el senador que fue expulsado permitió la sanción de la Ley Bases habilitando el RIGI (Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones), las privatizaciones, que avancen sobre los ingresos de los argentinos y las argentinas, sobre los despidos. ¡Es lo que realmente tenemos que discutir! ¡Que no nos distraigan con las moralinas! Tenemos que ir al carozo del asunto derecho».
En este marco, el fin de semana la senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, Juliana di Tullio, habló sobre cómo fueron los entretelones de la expulsión de Kueider: «Nosotros como autoridades de bloque recibimos amenazas toda la semana, y seguramente el resto de mis compañeras y compañeras también las recibieron. Que ‘Te van a poner cualquier cosa en el auto, armas, drogas, te van a pescar in fraganti y es un precedente, que los servicios te van a meter cosas’… Había mucho miedo y mucha amenaza. La política no es para gente que tiene miedo, y tampoco podés tomar decisiones en función de los aprietes».
En relación con cómo el oficialismo construye mayorías parlamentarias con el resto de los bloques para la aprobación de leyes, la senadora detalló que «la compra de votos por cargos ha sido pública, como la Embajada de UNESCO o la representación de Kueider en Salto Grande. Hay una votación e inmediatamente hay un decreto del presidente poniendo cargos. En nuestra historia, cuando se generan leyes muy nocivas para el país y que la sufren la enorme mayoría de los argentinos, terminan en compra de votos o en escándalos institucionales serios».