El 16 de diciembre de 2016, Milagro Sala fue secuestrada por el Gobierno de Mauricio Macri. Fue llevada a la Comisaría de la Mujer y días después la trasladaron a un penal. Comenzaba a desplegarse todo el aparato de persecución judicial: causas judiciales inventadas, negocios de empresarios con políticos de turno. Milagro era acusada de «instigación a cometer delitos y tumultos».
Pasó la gestión de Mauricio Macri y siguió presa. Tras la derrota de 2019, volvió a gobernar el peronismo, pero Milagro siguió presa. Esta semana, cumplió 3.000 días como presa política.
«He perdido mucho, pero si me preguntas qué es lo que más perdí en todo este tiempo, ha sido el amor de mi familia, que hoy no lo tengo», resume Milagro Sala en una entrevista con Contexto.
3.000 días siendo presa política. ¿Cómo es transitarlo?
No es nada fácil, porque en los 3.000 días que fui presa, primero, no me dejaron defenderme en los distintos juicios. No dejaron que pusiéramos testigos.
Y a su vez, el hostigamiento que sufrió continuamente mi familia, amenazas a mis hijos, a mi hijo lo secuestraron, lo torturaron y lo violaron. He perdido también a una tía abuela, falleció mi hijo y mi marido. Hoy no los tengo a ninguno de ellos.
He perdido mucho, pero si me preguntas qué es lo que más perdí en todo este tiempo, ha sido el amor de mi familia, que hoy no lo tengo.
Aquel 16 de diciembre, cuando te secuestra el gobierno de Mauricio Macri, y después llegó el armado de las causas penales, ¿pensaste que podías llegar a ser una presa política?
No. A mí prácticamente me secuestran, ese día a las 2 de la tarde, y me llevan a la Comisaría de la Mujer, y veinte días después me trasladan al penal.
Ahí me comenzaron a armar las causas: primero fue por lo del acampe, después me comenzaron a armar las causas y luego decían que estaba mal presa. Había medios nacionales donde hablaban los mismos correligionarios de Morales que decían que estaba mal detenida.
Me quitaron todos los derechos, me avasallaron muchísimo. El sufrimiento que uno tuvo, como mi familia, fue el encarcelamiento también de mi familia, porque cuando uno está preso no solo está vos sino que también está la familia, porque la familia es la que sufre, la familia es la que va continuamente al penal, la familia es la que recibe las peores noticias cuando se siente mal psicológicamente, y ahí es cuando, por ejemplo, en el penal, apenas llegué comenzaron a poner cámaras por todos lados, tenía cámaras en la celda, tenía cámaras en los baños, tenía cámaras en los pasillos del pabellón, había una guardiacárcel que me seguía a todos lados y si me bañaba estaba en la avenida, o sea, no tenía ni siquiera intimidad.
El hostigamiento fue continuamente, nunca paró, y esto que yo nunca en mi vida tuve psicólogo, y comencé a tenerlo porque no aguantaba, no entendía por qué estaba presa. Hasta que llegué a entender que era una presa política.
¿Por qué sos una presa política?
Porque nosotros habíamos trabajado, habíamos construido viviendas, hicimos más obras de lo que teníamos, por ejemplo, nosotros construíamos viviendas y la plata que nos quedaba en la construcción hacíamos salitas, piletas, polideportivos.
La verdad que uno por ahí dice yo he trabajado, los otros trabajando, no robamos nada, nunca le hicimos nada, y hoy estamos presos, teníamos el papel al día, entonces hoy estamos presos, no entendemos por qué estamos presos, ¿qué es lo que hice mal?
Por supuesto que después, con el tiempo, te das cuenta de qué es lo que hiciste, te enfrentaste con el poder, te enfrentaste con los Ledesma, con los Blaquier, pidiendo tierras para que se pueda construir casas para los compañeros que no tenían en dónde vivir.
Sí nos enfrentamos al poder, y demostramos que con tan poca plata se podía construir viviendas. Por ejemplo, a nosotros nos daban 500.000 por cada vivienda, y a las empresas de construcción le daban un millón, cuando subían los materiales las empresas paralizaban la obra el tiempo que ellos querían, para que el Gobierno de turno les pague lo que correspondía. Pero a nosotros no. Nosotros firmábamos convenios de seis meses y teníamos que entregar sí o sí la construcción, haya aumentado el hierro o el cemento, porque sino no nos renovaban el convenio. Estábamos recontra controlados por la Nación, la Provincia y el Municipio.
Construimos más de 10.000 viviendas, 26 polideportivos con piletas, un centro de salud, colegios secundarios. Y esto es lo que nosotros destapamos y es por eso que nos hostigaban. Nos trataron muy mal e injustamente. Y nos siguen tratando mal.
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Milagro está presa en Jujuy. Desde allí relata en la entrevista que desde hace un tiempo comenzó a tener problemas de salud: «Mi estado de salud en este momento, no está bien. Yo era una persona sana, una persona que no tomaba medicamentos. Sin embargo, ahora estoy tomando cuatro pastillas por día. Tengo otro problema de trombosis en la pierna». Consecuencias de las injusticias.
¿Qué es la justicia?
Nosotros denunciamos desde el momento de mi detención que en Jujuy hay un laboratorio que aplicó el lawfare. Algunos no nos supieron escuchar, otros recién ahora se dan cuenta, porque ese laboratorio también está hoy instalado en la Argentina.
Muchas veces nosotros denunciamos los atropellos de este sector, pero aún así todo el mundo miraba para el costado. Muchos creían que no les iba a llegar a ellos. Sin embargo, hoy en Jujuy tenemos el 80 % de los dirigentes de organizaciones sociales imputados con causas. Sectores gremiales imputados por causas. Sectores gremiales, porque quieren mejoras salariales; organizaciones sociales, porque piden la comida para el comedor, para darle de comer a los que menos tienen. Sectores políticos también están imputados.
Están todos imputados porque salieron a denunciar la malversación de fondos de Morales, salieron a denunciar dónde está la recaudación de los impuestos por el litio, el petróleo, hay cuatro empresas mineras, tres ingenieros de azúcar: Ledesma, La Mendieta y La Esperanza. Tenemos tantos recursos y tantos emprendimientos muy grandes en nuestras provincias que tendríamos que estar teniendo no tres sino diez, pero no.
Sin embargo, hoy los sueldos son bajos, hay mucha pobreza, mucha deserción escolar, y cuando salen los sindicalistas, los sectores políticos o las organizaciones sociales a protestar, lo primero que hacen es hacer causas. Los han querido disciplinar a las organizaciones sociales, a los sindicatos, pero no lo pudieron y hoy no lo pueden.
¿Te sentís acompañada por la dirigencia política?
Los sectores políticos siempre me han acompañado, por supuesto, en la cantidad de sectores políticos hoy hay algunos, por supuesto, algunos han abandonado, como diríamos, el barco.
Las organizaciones sociales, hoy la Tupac Amaru está viva y sigue militando, sigue en el territorio dando de comida a los que menos tienen, sigue trabajando en las escuelas, tratando de capacitar a los niños, a los jóvenes, a los abuelos.
Una a veces se siente abandonada. Sí, se siente, pero después cuando uno mira un poco más allá te das cuenta que muchos organismos del derecho humano, Madres de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S., sindicatos y otras organizaciones sociales nos siguen acompañando.
Lo han demostrado ahora cuando se cumplieron 3.000 días, compañeros que han armado comités en Francia, en Canadá, en España, en Estados Unidos, en varios países de Suiza, en varios países que uno ni siquiera se imaginaba que estaban acompañando. Hay comité en Brasil, en Bolivia, en Venezuela, en Perú, en varios países hay Comité por la Libertad.
Yo siento que no es únicamente por la libertad, sino por la libertad de todos los presos políticos del país, porque en este momento en Buenos Aires también hay presos políticos. Por supuesto que no son tan viralizados como el mío, pero hay también, y yo considero que así como cuando en campaña levantamos carteles de los hombres nuestros, tendrían que seguir alzando los carteles continuamente, ¿no?
Fuiste secuestrada y luego presa política en el Gobierno de Mauricio Macri, pasaron los cuatro años y volvió un gobierno peronista. ¿Esperabas un pedido de indulto durante la gestión de Alberto Fernández?
Sí, pero realmente simplemente han decidido hacer grandes negocios. Algunos funcionarios de Alberto Fernández han preferido transar los acuerdos políticos a cambio de que yo siga presa.
Hubo funcionarios de él que han puesto inversiones en el litio, en energía, en petróleo, en el cannabis, a cambio del silencio de ellos, de no hacer nada. A cambio de que se silencien, cuando son atropellados los pueblos originarios, les quitan sus territorios de la noche a la mañana.
La persecución no fue únicamente la mía, sino que fue de muchos compañeros también que sufrieron persecuciones.
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La Tupac Amaru nace en los noventa, con las desigualdades del neoliberalismo del presidente Carlos Saúl Menem, que continuó con el estallido de 2001 y De la Rúa huyendo en helicóptero, y con Eduardo Duhalde con la masacre de Avellaneda.
Privatizaciones y despidos masivos. «En ese momento, era la secretaria gremial de ATE y ahí es cuando nosotros en el Congreso, con los compañeros de ATE, decimos ‘nosotros nos tenemos que hacer cargo de los otros compañeros, que están todos los días, que viven en el barrio, que van a comprar al almacén, son compañeros que hoy en día la están pasando mal'».
«Ahí es donde nace la Tupac Amaru como organización social, para contener a todos lo que se habían quedado sin trabajo; y sin embargo, nosotros muchas veces decimos que critican mucho a las organizaciones sociales, que somos planeros, que somos vagos, pero hoy en este momento hay muchísimas organizaciones sociales, no solo de la Tupac, sino en el territorio, trabajando, militando para dar un plato de comida».
«Somos los que estamos en el barrio, somos los que nacimos para ser la presa de los sectores políticos, porque los sectores políticos eran ellos y los argentinos que se jodan. Nunca fue la redistribución de la riqueza de abajo hacia arriba. Excepto cuando llegó Néstor, y Néstor dio vuelta, como estoy diciendo aquí, a la tortilla, y comenzó a trabajar y la reorganización fue para los que menos tienen. Hoy los compañeros siguen trabajando».
¿Por qué te mantienen presa?
Un juez, que era del Superior Tribunal de Justicia, hace dos o tres años dijo en un audio, que salió y se publicó por todos lados, que le decían que se dejen de joder, que me liberen. Pero este juez dijo que no me liberan porque sino Morales no podría gobernar.
Decían eso porque los grandes negocios que hacían con el litio, con el petróleo, con la energía, con el cannabis, lo hacían bajo poncho, y donde siempre se tenían la figura de Milagro, que era la mala, la que mataba, la que era un narcotraficante, de todo me acusaron.
Sin embargo, hoy uno se da cuenta que de todo los que nos culpaban al final eran ellos. Pero bueno, lamentablemente estaba en un Gobierno de Macri, después en el Gobierno de Alberto Fernández, que muchos funcionarios de ellos se equivocaron al salir y terminar de bancarlo a Morales, porque vos fijate, yo no escuché nunca en el Gobierno de Alberto Fernández que pidiera la rendición de cuentas de todos los fondos que se mandaron con Macri, y tampoco con el Gobierno de él.