Por Ana Carbonetti*
Milagro Sala ha sido acusada de innumerables delitos. Su detención ilegal está basada en al menos tres causas centrales: por administración fraudulenta; por encubrimiento y tentativa de homicidio; y una última – conocida como “la causa de los huevos”- que data del 2009, allí se la imputa a Milagro como instigadora de un hecho de escrache a Gerardo Morales, gobernador de la provincia de Jujuy, cuando Sala ni siquiera se encontraba físicamente presente en el lugar. Cualquier similitud con el caso de Fernando Esteche y su detención por Sobisch no es coincidencia: ambos son luchadores sociales, ambos han sido y son demonizados, ambos son símbolo de lucha y de amor en sus pueblos. Y como en la sinfonía que suena los 24 de marzo en la Plaza, pero al revés, a donde vayan la derecha los irá a buscar.
Milagro está detenida ilegalmente desde el 16 de Enero del 2016. Su detención es absurda, irracional y obscena. No sólo por las irregularidades con las que el poder judicial ha procedido en la causa: impidieron el derecho de Sala a declarar – y los medios dijeron que se negó- , designaron a una fiscal especial para el caso – de forma arbitraria y sin seguir los procedimientos establecidos-, desconocen su condición de diputada del Parlasur ignorando los fueros que la protegen, entre otras; sino también por el rol – que no sorprende- que han asumido los grandes medios de comunicación, tanto o más carceleros (quien tiene el oficio de cuidar y vigilar a los presos en la cárcel) de Milagro que el propio servicio penitenciario, han construido un relato difamatorio, demonizado y mentiroso sobre el recorrido de Sala, su accionar y el de la Tupac Amarú. Pero mucho más, han manoseado de modo tal los hechos que llaman detención a lo que, en verdad, constituye una privación ilegítima de la libertad.
Pero como si eso no bastara esta semana se dio a conocer una nueva denuncia, esta vez contra Luis Paz, uno de los principales abogados defensores de Milagro. Se lo imputa por un “delito” que no existe como categoría tipificable penalmente, es decir, que la imputación y consecuente llamado a declarar no está dentro del orden jurídico- institucional. El cuerpo de abogados defensores de Milagro fue informado que, desde la fiscalía, iniciaron una causa por amenaza contra Paz, quien está citado a declarar el 14 de abril.
Existe en la Argentina una supresión del orden jurídico que se lleva adelante con la adhesión militante y corporativa de los sectores de derecha que gobiernan el país y que, desde hace tiempo, gobiernan también la provincia de Jujuy. En la Alemania nazi se gobernó bajo una Constitución Nacional y cuando se sancionó la Ley de pureza de las razas ningún juez ni nadie del ámbito jurídico señaló como inconstitucional el accionar del nazismo. El avasallamiento sobre los derechos de los trabajadores, la intervención de la AFSCA, los DNU de un presidente con minúscula y la detención ilegal de Milagro Sala – así como también, incluso en el gobierno kirchnerista, la de Fernando Esteche y el “Boli” Lezcano- son claros ejemplos de una estructura global de poder resentida en sus cimientos, que se sigue reinventando en sus prácticas mafiosas, en este tiempo, amparado también por el poder político nacional. Por eso ahora buscan, como en el caso de La Plata, avanzar sobre protocolos que institucionalicen la represión – hechos a imagen y semejanza del Protocolo de seguridad nacional- porque en Argentina, sin entrar en una reflexión obvia sobre los alcances de la libertad de expresión – que no puede estar restringida a la libertad de prensa- todavía es legal manifestarse. Lo que anhela la derecha es detenernos legalmente.
Tanto el Comité, conformado recientemente y que empieza a caminar distintas acciones concretas para lograr la libertad de Milagro, como la Tupac Amarú, a quien esta semana se le quitó la personería jurídica como un gesto más de cinismo, junto a todas las organizaciones políticas y sociales y el enorme arco de diversidad institucional que sumó y sigue sumando voluntades a esta causa, avanzan – en un escenario político, económico, jurídico y social que arremete contra la organización popular de modo feroz- con una fuerza y un andar poderoso, que da esperanza o al menos alumbra la lucha entre tanta oscuridad.
Milagro Sala fue la primera dirigente social que salió a la calle luego de las elecciones. “El acampe en Plaza Belgrano en contra de Morales fue una cuestión de supervivencia”, señaló Raúl Noro, compañero de vida de Milagro. En Jujuy ya se registran 20.000 nuevos pobres – la mayor cifra en la historia de la provincia- , entre los cuales se ubican 5.000 familias de la Tupac Amarú que han quedado en la calle y a los que se suman 5.000 familias más del circuito de programas sociales que fueron dados de baja.
“Para que los compañeros tomen nota: esto es lo que va a pasar con todos los luchadores sociales”, dijo Raúl Noro, con un tono de tristeza, bronca y desazón pero firme en su puesto de amor y de lucha, dispuesto – junto a otros miles que no estaban allí pero estaban en su voz- a seguir sumando voluntades a una causa que exige la inmediata liberación de Milagro Sala.
“Tenemos que despertar. Vivimos en un país que, como en los cuentos para niños, viene un Mago, lanza un hechizo y duerme a todo un pueblo. Tenemos que sacudir a la comunidad, que miren las cosas desde la óptica verdadera, que es la óptica de la dignidad”, lanzó Raúl con la esperanza de derrotar la pulseada macabra con los medios de comunicación.
*Secretaría de Género – Facultad de Periodismo y Comunicación Social – UNLP