Por Fernando M. López
En el Día Internacional de la Mujer, luego de recordar a las mártires de Nueva York –las 129 obreras textiles asesinadas por sus patrones en medio de una huelga–, del ruidazo, el paro y la multitudinaria marcha desde el Congreso a Plaza de Mayo, argentinas y venezolanas compartieron un homenaje a las mujeres latinoamericanas en el auditorio de la Casa de las Madres.
“Estos cuarenta años de lucha nos pusieron de pie frente a enemigos muy feroces. El enemigo que tenemos hoy, que viene armado de balas del capitalismo y de mucha soberbia, tiene los mismos amigos que en la dictadura, los mismos que secuestraron a nuestros hijos”, dijo la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien llamó a enfrentar las políticas neoliberales del Gobierno de Mauricio Macri, que ya dejaron a 750 mil trabajadores sin empleo, “ocupando las calles, las plazas y jugándonos la camiseta, la cabeza y lo que tengamos que jugarnos”.
Hebe abrió la charla contando la historia de su abuela, sometida primero por el padre y, más tarde, por el hombre con el que fue obligada a casarse cuando era apenas una adolescente: “Ese hombre de más de cuarenta años empezó a golpearla y un día ella tomó a sus cinco hijos y se fue de la casa, sin plata y sin trabajo”.
A pesar de todas las adversidades, con mucha valentía, ella y sus hijos lograron salir adelante. Por eso, la defensora de los derechos humanos le dedicó el Día de la Mujer “a las tantas anónimas que fueron capaces de romper con las cadenas de los hombres opresores”.
A su turno, la decana de la Facultad de Periodismo de la UNLP y concejala del FpV Nacional y Popular, Florencia Saintout, señaló que “nuestra América Latina está atravesada por las luchas de las mujeres”, y puso como ejemplo a Martina Chapanay, Juana Azurduy, Evita y “las compañeras de los años setenta”, que “creyeron hasta el último aliento que valía la pena luchar”.
También reivindicó a las Madres de Plaza de Mayo, porque “donde están ellas está el pueblo peleando por su emancipación”, y a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, “que es cada una de las mujeres y los varones que luchan”.
Para Saintout, “es imprescindible en estos tiempos” encarnar “la audacia revolucionaria que siempre tuvieron las Madres”.
“El enemigo es muy fuerte, pero vamos a darle batalla. De nada serviría homenajear a las mujeres si no sabemos que hay que pelear contra este neoliberalismo que todos los días repite, a través de los medios, que tenemos que salvarnos solos, callarnos la boca, quedarnos quietos, no confrontar, mientras mata a mujeres, varones y chicos. El mejor homenaje es saber que tenemos que estar dispuestos en todo momento, cuando haga falta, de todas las formas, a redoblar el esfuerzo, las convicciones, nuestra entrega y amor para seguir luchando por soberanía política, independencia económica, justicia social, memoria, verdad y justicia”, completó.
Keyrineth Fernández, diputada venezolana y presidenta del Parlamento Indígena de América, leyó un mensaje de la canciller Delcy Rodríguez, quien no pudo asistir a la charla en la Casa de las Madres por los actos que se realizaron este miércoles en Caracas, donde se condecoró a Milagro Sala con la Orden Libertadores y Libertadoras de Venezuela. “El suplicio y la tortura a la que la somete la oligarquía rapaz de Argentina hace acrecentar su fuerza combativa”, dijo el presidente Nicolás Maduro al reconocer en ausencia a la líder de la Tupac Amaru y parlamentaria del Mercosur, detenida arbitrariamente desde hace más de un año por el gobernador jujeño Gerardo Morales.
“Ustedes están también hoy en lucha contra el monstruo del neoliberalismo, contra ese renovado intento de saquear la nación y destruir los derechos sociales de la familia, de los trabajadores y las trabajadoras argentinas. Nosotras las acompañamos con todo nuestro corazón y con la convicción de que en esta lucha por la dignidad de la Argentina, más temprano que tarde, el pueblo de San Martín recuperará su destino de justicia, libertad y grandeza”, remarcó la canciller en su carta.
Otra de las oradoras fue Cristina Caamaño. La fiscal federal hizo un recorrido de la historia de las Madres de Plaza de Mayo y luego se refirió a las conquistas alcanzadas en materia de género durante los Gobiernos kirchneristas.
“La lucha debe continuar porque siempre habrá varones que quieran impedir que las mujeres tengamos más derechos. Sin ir más lejos, el martes, un grupo de jóvenes y fervorosos cristianos denunció a seis militantes del colectivo #NiUnaMenos, las cuales fueron inmediatamente detenidas en un operativo policial inédito y permanecieron presas por más de quince horas”, ejemplificó.
Asimismo, cuestionó la actual conformación de la Corte Suprema de Justicia, donde sólo quedó una mujer (Elena Highton de Nolasco), y repudió los intentos del macrismo de desplazar a la procuradora general Alejandra Gils Carbó.
En este marco, Caamaño detalló que la procuradora “ha desarrollado un programa con el objetivo de acercar la Justicia a las mujeres más vulneradas”, por lo que “se crearon varias dependencias internas articuladas estratégicamente, como la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres, la Dirección de Acompañamiento, Orientación y Protección a la Víctima y la Dirección General de Políticas de Género”.
Por último, tomó la palabra el ministro de Cultura de Venezuela, Adán Chávez, quien explicó que de la mano de su hermano, “el comandante eterno Hugo Chávez”, incorporaron “el feminismo revolucionario” en busca de “la igualdad y la paridad de género”.
“En la Constitución de 1999 se introdujeron artículos que se fueron transformando en leyes por esa igualdad y paridad de género para el reconocimiento de todos los derechos de las mujeres. Hemos avanzado mucho y, aunque todavía falta un largo camino por recorrer, Venezuela puede ser tomar como un país de referencia en lo que hace a esos logros”, indicó.
El funcionario planteó, además, la necesidad de revertir el avance de la derecha en América Latina, que golpea con “guerras económicas y psicológicas”.
“Como nos decía Chávez, la Revolución debe configurarse como un cuerpo con dos brazos: uno es la gestión de gobierno y el otro la gestión política. Ambos deben funcionar de manera armónica”, sostuvo, y añadió que ese cuerpo también debe tener “un enorme corazón, el de la Patria Grande, que palpite permanentemente, con mucha fuerza, convicción y unidad”, así como una “mente brillante” para “seguir elevando el nivel de conciencia del deber social, en la militancia y más allá, es decir, llevarla al pueblo en general”.
“Esa es una de las formas más eficientes de contrarrestar la guerra mediática y psicológica del imperio y sus aliados, las burguesías locales y extranjeras”, subrayó Adán Chávez.
Entre el público se encontraban Juan Martín Guevara, hermano del Che, el embajador de Venezuela en Argentina, Carlos Martínez Mendoza, el fílósofo Fernando Buen Abad, el presidente de la FULP, Marcel Aguilera, y el dirigente de la Agrupación Rodolfo Walsh, Lucas Vialey, quien conduce el Centro de Estudiantes de la Facultad de Periodismo de la UNLP.