Por Estela de Carlotto
Néstor Kirchner fue un hombre excepcional. Si bien cuando se hizo cargo del gobierno para nosotras era un desconocido, a través de los años de su mandato lo fuimos conociendo y apreciando en toda su dimensión; porque además de ser un compañero de militancia de nuestros hijos, era un hombre que traía el compromiso de cumplir con los deseos de los treinta mil desaparecidos en cuanto a la justicia social.
Lo seguimos extrañando todavía, nos hace falta, pero ha dejado mucho sembrado por sus políticas y nada menos que a su compañera Cristina, que siguió sus pasos.
De manera que recordarlo da tristeza, pero alegría a la vez por haberlo conocido y recibido de él toda su solidaridad y apoyo.
Néstor era un visionario de la política, veía más allá de las circunstancias reales. Y también era un luchador. Por eso, ante el baldazo de agua fría que recibimos el domingo con las noticias desoladoras, tomamos su fuerza y compromiso para salir a luchar y conseguir la presidencia de nuestro candidato, y que de ninguna manera se complete esa cadena de impunidad que pretenden esos que prometen el olvido, la venta del país, la riqueza para pocos y la pobreza para la mayoría.
Para esto, tengo muchísima esperanza en la juventud actual, en los jóvenes que convocó Néstor desde sus primeros días de gobierno. Son ellos quienes van a mantener en alto su memoria y expresar en la calle las necesidades del pueblo.