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El sábado por la noche, Wanda Soraya de la Fuente fue asesinada en la zona roja de La Plata tras recibir una serie de disparos provenientes de un vehículo. Sin detenidos, sindicatos, organizaciones LGBTIQ+, familiares y compañeras de Wanda marcharon pidiendo justicia.
Wanda Soraya era migrante peruana y trabajadora sexual. El pasado sábado 18 de junio se encontraba en diagonal 73 y 64 cuando le dispararon a quemarropa desde un auto Ford Ka color gris. Fue asistida por sus compañeras, que la trasladaron en taxi hasta el Hospital Gutiérrez, donde fueron increpadas por policías y detenidas. Soraya murió, al menos, por dos impactos de bala.
La causa recayó en la fiscal Virginia Bravo, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 del Departamento Judicial La Plata, y aún no hay detenidos. Desde la organización Otrans Argentina detallaron que hay «testigas que aseguran que el sujeto iba en búsqueda de droga y ‘como nosotras no vendemos, él se fue enojado, y al rato regresó y le disparó a la Soraya'».
Desde Otrans denunciaron «la violencia institucional que sufrieron nuestras compañeras» y apuntaron contra el intendente Julio Garro «por las faltas de políticas públicas en la ciudad. Desde el inicio de sus gestiones se ha mostrado indiferente respecto a las problemáticas que atraviesa nuestro colectivo».
El sindicato de trabajadoras sexuales AMMAR repudió el hecho y convocó a una movilización que partió desde Plaza La Moma (Plaza Matheu) hasta la Fiscalía. «A mayor clandestinidad, mayor vulneración de derechos. La situación de violencia hacia las travestis-trans, y más aún migrantes y trabajadoras sexuales, se ha recrudecido, ha incrementado muchísimo en pandemia», detalló Valentina Pereyra, referente de la organización sindical en diálogo con Contexto.
«No solo la violencia institucional en las fuerzas de seguridad es moneda corriente, sino que estos hechos que se vienen dando en la zona de trabajo claramente tienen que ver con una desigualdad social estructural», consideró Pereyra. En ese sentido, para la referente de AMMAR La Plata «estos hechos de violencia contra las identidades trans se han ido incrementando» y tienen que ver con «el odio hacia las identidades no hegemónicas o no cis sexistas».
Vale recordar que en febrero de 2020, a pocas cuadras de donde fue asesinada Soraya, también ocurrió el travesticidio de Roberta Carabajal, atacada por dos hombres que le propinaron cuatro puñaladas y escaparon.
Soraya ya había sido atacada en la zona roja de La Plata, pero logró sobrevivir. En su momento publicó en sus redes un contundente mensaje: «Nací para ser libre, no asesinada».
Desde Furia Travesti, otra de las organizaciones convocantes a la movilización, recordaron el hecho y destacaron que «nadie intervino en aquella causa judicial ni la asistió de ninguna forma. El resultado de toda esa ausencia en contexto de genocidio social es la muerte evitable de Soraya, travesti peruana, graciosa, amiguera e inolvidable».