Por Héctor Bernardo
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el vocero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP), Iván Márquez, anunciaron este fin de semana la concreción de un nuevo acuerdo de paz.
Tras seis años de negociaciones en La Habana, Cuba, el 26 de septiembre de este año las partes firmaron un acuerdo de paz que luego fue sometido a un plebiscito para refrendarlo. El domingo 2 de octubre, con una baja participación popular que rondó sólo el 37%, y con una diferencia muy escasa entre las dos opciones, el pueblo colombiano rechazó el acuerdo.
El supuesto triunfo del “Sí” que anunciaban las encuestas había “adormecido” a miles de colombianos que, luego de que se frustrase la posibilidad de concretar la paz en aquel momento, comenzaron a manifestarse por las calles del país. La consiga era sencilla: “Paz Ya”. La idea, más compleja, tratar de generar conciencia sobre la importancia de que, tras más de cincuenta años de conflictos, miles de muertos y millones de desplazados, el pueblo de Colombia pueda empezar a caminar hacia la paz definitiva.
Desde aquel momento, las partes volvieron convocarse para renegociar algunos puntos que habían suscitado las críticas de quienes impulsaron la campaña del “No”. La campaña contra el acuerdo de paz tuvo como principal figura al ex presidente Álvaro Uribe Vélez.
Cabe recordar que fue el propio Juan Carlos Vélez, jefe de campaña del Centro Democrático, principal fuerza que impulsaba el “No”, quien admitió que la campaña se basó en «tergiversar mensajes» y «dejar de explicar los acuerdos».
Tras nuevas negociaciones, el sábado 12 de noviembre se anunció la concreción de un nuevo acuerdo. El presidente Santos mostró su satisfacción por haber podido concretar estos cambios, y el vocero de las FARC-EP, Iván Márquez, destacó que las nuevas negociaciones “han permitido reafirmar la vocación de paz y reconciliación de un país, al tiempo que han posibilitado comprender y aclarar dudas e inquietudes razonables de diversos sectores de la sociedad y también desvirtuar tergiversaciones y falacias respecto al acuerdo suscripto el pasado 26 de septiembre”.
“Para fortuna de miles de compatriotas, la paz sigue su marcha irrefrenable”, aseguró. Más adelante agregó: “De nuestra parte hemos cedido, incluso extendiendo las fronteras que nos habíamos trazado, desplazándolas hasta los límites de lo razonable y aceptable para una organización político-militar cuyas armas no fueron vencidas y que acudió, por tanto, a una negociación y no a un proceso de sometimiento. Y que ha tomado la decisión de participar en la vida política legal si se cumple un conjunto de condiciones que lo haga posible”.
Por último, esperanzado, Márquez planteó: “Es tiempo de Paz, de despliegue de una contienda política que admita, sin ejercicio estructural de la violencia, ni el recurso de las armas, la existencia de diversas visiones de sociedad y en el que se pueda luchar por ellas por la vía democrática. Que la contienda se traslade al campo de ideas […] Que nadie trunque los sueños y las esperanzas de millones de almas”.
Por su parte, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, principal impulsor de la campaña del “No”, volvió a oponerse a la paz y aseguró que las modificaciones no eran suficientes. Una nueva pelea por la paz comienza.
El rol del pueblo colombiano en las calles y en los espacios de discusión de la vida cotidiana será clave para que la paz pueda llegar y quedarse definitivamente en esa tierra que ya tanto ha sufrido.