Por Ramiro García Morete
Cuando Antuantu volvió de Berlín -dice- fue hermoso pero un poco «shockeante». Después de un año y medio «quieras o no, te acostumbras a otros modos de vida». La histórica e intensa ciudad alemana le había cruzado con un estudio en las afueras, «muy preparado para la experimentación y una suerte de ‘internación’ que se dio gracias a la primer etapa de la cuarentena». Allí mismo surgirían muchas canciones junto a Manque, en un 2020 y una «internación» donde no parecía haber mejores planes que hacer música. Aunque a decir verdad, nunca hubo sido muy distinto para lxs hermanxs. Desde la adolescencia en Bariloche y junto a Joshua en el bajo, ya sea con formato trío o desafiando siempre los límites y las formas, la música fue el norte. En este caso habría que vencer las distancias no solo impuestas por la pandemia sino por el regreso del bajista al sur. Pero con Ariel Schlichter intercediendo eventualmente como músico y productor, todas las partes lograrían ensamblar un nuevo material.
Por eso a los tres o cuatro días, cuenta, Antuantu se volvería a sentir «en casa». Como en ese cuarto de la planta alta, poblado por teclas, controladores y cables. Allí, frente a frente con su hermano registrarían una sesión en vivo con algunos temas nuevos. Una fusión de electrónica, pop, punk y experimentación propia de una banda o proyecto que siempre ha eludido las clasificaciones. El mismo formato, más digital pero no menos vivo, que precisamente llevarán este jueves a medianoche a Pura Vida. Otro espacio familiar para estxs artistas que saben que en Bariloche, La Plata o Berlín, en un formato u otro, con un estilo u otro y como en una vieja canción, «mi casa es donde canto».
«El tema de la sesión surgió de parte de mi hermano Manque y Teo Palvi (Tropa) que andaban con ganas de filmar algo juntos y se nos ocurrió una buena oportunidad para ir adelantando temas nuevos -introduce Antuantu-. Y también mostrar el formato con el que venimos tocando últimamente, un poco alejado de lo que supo ser el power trío con Joshua Zenz (bajista) que -como ahora vive en Bariloche- se nos complica un poco hacer fechas con la banda completa. Igualmente el trío sigue funcionando en lo que son las grabaciones y el laburo del próximo disco que se está por venir. Además se agrega eventualmente Ariel Schlichter (maqueta) como productor y músico en algunos temas del nuevo disco. La pieza que se ve en la sesión es la misma pieza donde veníamos ensayando. Entonces nos pareció bien dejar el espacio lo más natural posible y mostrar un poco la intimidad de la banda».
Antuantu está feliz de volver a la ciudad y tras algunas restricciones que impidieron algunos concierto, ahora se está dando «el gusto de tocar un montón y por suerte salen muy bien las fechas. Las fechas acá a nivel social no tienen comparación, se vive de otra manera. Si bien allá me encontré en un circuito donde a la gente le interesa mucho lo que hago y hay una comunidad hispanohablante muy grande, el calor que se siente cuando vuelvo a tocar en La Plata o en el sur rara vez sucede. Volver a tocar con Nunca fui en el Pura es por demás revitalizante, y de alguna forma siento que me vuelve a conectar con mis comienzos que siempre es lindo tenerlo presente. Esta bueno siempre ser consciente de donde se partió como para tener un poco más claro hacia donde se quiere ir. Valoro un montón los espacios que se abren para nosotrxs acá porque se lo que ha costado y cuesta mantenerlos vivos».
En el último sencillo («Miles de metales», que cuenta con un video realizado por Pilar Falco y Parquee, la productora audiovisual de la banda) presenta un juego muy significativo, casi como un contrapunto de punk y pop, exponiendo el amplio registro de NFPD. «El single se dio justamente en la misma época que comencé a grabar ´Fracaso´- cuenta la artista y remite a su último disco solista-. Tiene que ver con toda la búsqueda que comencé a experimentar en lo que es grabación de bateras, guitarras eléctricas, bajos. Tiene que ver con el espacio en el que estaba trabajando que contaba con muchas herramientas que generalmente solo las encontrás en estudios profesionales. Como siempre trabajamos con la modalidad home studio, la dinámica de trabajo no cambió, pero sí cambio mucho la calidad de audio y en consecuencia el resultado estético esta mas pulido. Sigue siendo Nunca fui, pero tiene un cuotita mas de calidad de sonido. Además cuenta con la participación de Joshua en el bajo que creo que es muy importante para la estética final de la banda».
«A no tan largo plazo -anuncia- el plan es terminar el disco y sacarlo en lo posible este año. Estamos planeando algunas cosas bastante ambiciosas pero es muy pronto como para dar detalles». Y sobre el cierre invita «enfáticamente» al concierto en Pura Vida: «Que aprovechen a venir porque no sabemos bien cuando tocaremos de nuevo y el show esta bien potente e interesante. Tocamos cinco temas nuevos, y varios temas viejos. Casi una hora y media de show”.
(Foto: Ariel Valeri)