Por Fernando M. López
Como en Jujuy, pero la ciudad de Buenos Aires. En un nuevo acto intimidatorio, tres hombres con armas automáticas irrumpieron en la sede de la Tupac Amaru, ubicada en la esquina de San José y México, mientras se desarrollaba este vierns en Plaza de Mayo la multitudinaria concentración de las dos CTA en contra del ajuste de Mauricio Macri y por la libertad de Milagro Sala.
Luego de denunciar el ataque, Alejandro “Coco” Garfagnini, coordinador nacional de la Tupac, responsabilizó al Gobierno de Cambiemos, en particular a la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y exigió que de inmediato se esclarezca el hecho, «que no hace más que profundizar el debilitamiento democrático”.
Según indicó Garfagnini, los hombres que ingresaron a la sede buscaban plata, «dijeron que venían del acampe» y ataron a tres compañeros en distintos lugares del local. «A uno de ellos le gatillaron en la pierna y no salió el disparo». Además, dijeron que la Policía les había liberado la zona, que «dejen de joder con la Milagro y que les da asco la Tupac Amaru”.
«Esto es un nuevo acto de intimidación en el marco de un país que hasta tanto no libere a Milagro y cumpla con la resolución de la ONU, que forma parte del derecho constitucional argentino, estará al margen de la institucionalidad internacional. Difícilmente pueda cumplir Macri su promesa de traer inversiones si el país no tiene seguridad jurídica y es encaminado, tal como está sucediendo, a una profunda crisis social y económica», agregaron desde la Tupac.
Garfagnini también reclamó que «a 33 años de haber recuperado la democracia y de haber conquistado cada vez más derechos, sufrir un retroceso tan profundo debe alertar a todos los argentinos. No podemos permitir que se lesione de esta manera el sistema democrático atentando permanentemente contra el que piensa diferente».
Jujuy
El atentado mafioso en Capital Federal tiene muchas similitudes con las agresiones que padecen cotidianamente la Tupac Amaru y otras organizaciones en la provincia gobernada por Gerardo Morales.
Una comisión de partidos políticos y organismos de derechos humanos, como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), denunció hace apenas una semana que Jujuy “vive una sucesión inédita de ataques y de persecución” sindical, política y racial, a los que se suman numerosos casos de gatillo fácil y tortura.
Desde la detención de Milagro Sala el 16 enero, se desató “una verdadera cacería de opositores” y “luchadores sociales”, subrayó la comisión en su informe, y consideró que “el Gobierno de Morales busca transformar a Jujuy en la capital nacional de la represión y la impunidad”.
Durante la movilización que se desarrolló ayer en la capital provincial, en adhesión a la jornada convocada por las dos CTA, los sectores populares que se manifestaron en Plaza Belgrano, frente a la Casa de Gobierno, repudiaron la falta de garantías constitucionales y la profundización de un “Estado policíaco” en los últimos meses.
“Mientras haya trabajadores pobres y perseguidos, no habrá paz para el Gobierno”, remarcaron en un documento las diferentes organizaciones movilizadas.