El presidente Mauricio Macri no apartó a Carlos Regazzoni del PAMI por dilapidar más de 447 millones de pesos en nuevos e innecesarios cargos jerárquicos, mientras les sacaba medicamentos gratuitos a jubilados y pensionados casi por la misma suma. Tampoco por la precarización del servicio y el recorte de la cobertura sanitaria. Nada de eso. De hecho, recibió elogios del mandatario al haber cumplido al pie de la letra con el plan de ajuste de Cambiemos en la mayor obra social del país.
Macri le pidió la renuncia para que se enfoque en las elecciones legislativas de octubre próximo. “El presidente me impulsó a trabajar y caminar la provincia de Buenos Aires en la campaña”, reconoció ayer Regazzoni, quien dijo estar «muy entusiasmado con el desafío”.
Para reemplazarlo al frente de PAMI, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal cedió a su titular de IOMA, Sergio Cassinotti, otro experto en ajustes que además fue denunciado por profundizar la corrupción en perjuicio de los dos millones de afiliados que posee esa obra social.
Juan José Mussi, integrante de la Comisión de Salud Pública de la Cámara de Diputados provincial, afirmó a Contexto que la gestión de Cassinotti estuvo caracterizada por “recortes en la cobertura de medicamentos y menos prestaciones reconocidas”.
“Los afiliados se quejan porque encuentran muchas más dificultades que hace dos años atrás. Algunos sacan plata de sus propios bolsillos para la salud, pero la mayoría no tiene más opción que recurrir al hospital público”, expresó el legislador.
El deterioro de IOMA se dio pese al tarifazo del 45% aplicado en 2016 sobre la cuota mensual de los afiliados voluntarios, que aumentó de $695 en enero a $1.008 en septiembre; y también de los bonos de consulta médica, que se encarecieron entre un 6% y un 27% a principios de este año.
Cassinotti llegó a la obra social bonaerense luego de dirigir la Cámara Argentina de Droguerías y Distribuidoras Especializadas. Desde hacía tiempo venía incursionando en la salud privada, primero con Accord, en la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN); y luego con Nativus SRL, dedicada a la asistencia de prepagas, comercialización de software y equipos médicos, organización de eventos y contratación de servicios hoteleros hospitalarios en el país o en el extranjero.
Incluso, poco después de ser designado por Vidal, el funcionario constituyó una nueva firma en sociedad con el kinesiólogo Diego Norberto Villalvilla, según informó en su momento el portal Chequeado.com. La bautizaron “Soluciones Integrales para Empresas de Salud SA”. No se trata de un dato menor. El Colegio de Kinesiólogos de la provincia de Buenos Aires (Cokiba) denunció el año pasado que personas sin título ni habilitación legal atendían a domicilio mediante empresas contratadas por IOMA.
Los escándalos de corrupción en la obra social motivaron un pedido de interpelación a Cassinotti en la Cámara de Diputados bonaerense, pero la inacción premeditada del bloque de Cambiemos permitió que esa solicitud quedara en la nada.
“La Comisión de Salud no se reúne desde hace mucho tiempo porque la presidenta no convoca”, reveló Mussi, al apuntar contra la diputada macrista María Alejandra Lorden, y añadió que “esa es la realidad” en todas las comisiones encabezadas por el oficialismo.
Por su parte, el Sindicato Único de Profesionales, Trabajadores y Técnicos de IOMA (Supttioma), que venía cuestionando la gestión de Cambiemos por mantener en la obra social a muchos de los funcionarios involucrados en irregularidades, denunció a principios de este año que, con Cassinotti, “los actos de corrupción crecieron un 15%”.
Las críticas también se multiplicaron entre los profesionales de la salud. Semanas atrás, la Agremiación Médica Platense (AMP) y los Círculos Médicos de Tandil, San Pedro, Balcarce, Trenque Lauquen, Ensenada y La Plata (CEMIBO) volvieron a reclamar “políticas de transparencia en los acuerdos que firma y lleva adelante el IOMA”.
Con estos nefastos antecedentes, Cassinotti se hará cargo de PAMI, sus 4.800.000 afiliados y un presupuesto de 116.467 millones de pesos.