Por Pablo Pellegrino
Tras poco más de un año al frente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), Guido Sandleris anunció el miércoles que él y parte del directorio nombrado por Mauricio Macri al frente del organismo renunciará al cargo a partir del 10 de diciembre, cuando asuma el presidente electo, Alberto Fernández.
El titular de la entidad monetaria estuvo en el puesto desde principios de octubre del año pasado, tras la eyección de Luis «Toto» Caputo, luego del abrupto salto del tipo de cambio entre agosto y septiembre de 2018 y la intensificación de la fuga de capitales.
la salida del funcionario se da, además, con un «cepo» a la compra de dólares más riguroso incluso que el que heredó del kirchnerismo.
En ese marco, la gestión de Sandleris estuvo signada por un fuerte sesgo contractivo de la política monetaria del Central y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional de avanzar en el desarme de la montaña de Lebac que dejó, tras su paso por el organismo, Federico Sturzenegger.
En octubre del año pasado, Sandleris anunció el programa de variación cero de la base monetaria, en el marco de ese acuerdo de emisión cero que realizó con el FMI, y la opción de las Letras de Liquidez del Banco Central (Leliq) para controlar el desarme de las Lebac.
Sin embargo, un año después de la implementación del programa contractivo, la inflación anotó escaladas récord, el tipo de cambio pasó de los 40 a los 62,94 pesos según el cierre del miércoles, la tasa de interés fue la más alta del mundo y las reservas cayeron fuertemente.
«El paso de Sandleris fue paupérrimo: tenía el mandato de controlar el tipo de cambio, estabilizar la economía en materia financiera trazando una convergencia de precios, y se va con una devaluación del 60% desde que asumió a fines de septiembre del año pasado, con una aceleración de precios que pasó del entorno del 40% al del 55%, la inflación más alta desde 1991», dijo a Contexto el economista de la Universidad de Avellaneda, Sergio Chouza.
«El programa de variación cero de la base monetaria es un programa que no existe en ningún lugar del mundo y se probó, a los fines empíricos, totalmente erróneo en la baja de los precios», consideró.
Sergio Chouza: «tenía el mandato de controlar el tipo de cambio, estabilizar la economía en materia financiera trazando una convergencia de precios, y se va con una devaluación del 60%».
«Se va con una transferencia fenomenal de recursos al sistema financiero con este dispositivo de las Leliq que venían a ser la tecnología superadora de las Lebac, en parte consensuada con el FMI, y terminó siendo una restricción más para el Banco Central a la hora de tener autonomía en su política de tasas, pero repercutió en 830 mil millones de pesos, que son los intereses diarios acumulados», agregó.
Durante la conferencia de prensa, Sandleris reconoció que durante su gestión los resultados económicos alcanzados estuvieron «sin dudas, por debajo de lo esperado», aunque sostuvo, sin embargo, que «lamentablemente, en nuestro país, esto ha sido la regla y no una excepción».
«Son maravillosos: toman promedios desde el inicio de los tiempos y dicen que Argentina tiene un promedio de inflación del 60%, y en esa comparativa la inflación de estos cuatro años no es tan alta», afirmó sobre ese punto el economista de la Undav.
Juan Valerdi, economista y docente de la UNLP, coincidió en que el resultado de la gestión Sandleris «fue un fracaso absoluto», e ironizó: «Lo bueno que tuvo es que dio por tierra con gran parte de la teoría monetarista: Sandleris congeló la maquinita de emitir, sacó todos los pesos que pudo de la calle y, a pesar de eso, la inflación fue de entre el 55 y el 60%».
«Al mismo tiempo, para tratar de contener el dólar y la inflación, terminó de destruir lo poco que había de actividad económica interna, primero por secar la plaza de pesos, y segundo porque para chupar los pesos con las Leliq –que solo podían tener los bancos y fue un gran negocio para ellos– esa tasa de interés terminó de liquidar a todos», indicó.
Juan valerdi: «Al mismo tiempo, para tratar de contener el dólar y la inflación, terminó de destruir lo poco que había de actividad económica interna».
«Lo que demostró el BCRA es que fue capaz de sacrificar actividad económica, empleo y demás por una cuestión electoral que era tener el dólar a raya y si era posible la inflación. Ambas cosas fracasaron y derivaron en el peor escenario del mundo, porque no pudiste controlar el dólar y la inflación subió con la actividad económica destruida. El título es fracaso absoluto», sentenció Valerdi.
Un dato que ninguno de los economistas obvió fue que la salida del funcionario se da, además, con un «cepo» a la compra de dólares más riguroso incluso que el que heredó del kirchnerismo. «No es una mala medida o buena en sí misma, pero es la demostración de todo lo que falló la gestión del Central», afirmó Valerdi.