La situación en la cooperativa Unión Papelera Platense es apremiante. Desde hace tiempo, la planta que se dedica al reciclado, producción y distribución de papel corre peligro de cerrar sus puertas debido a las impagables tarifas de gas, cuya tasa se incrementó de manera exponencial desde la llegada de Cambiemos al poder. Recuperada durante la crisis de 2001, la firma radicada en Ringuelet acumula una deuda de casi 8 millones de pesos que la empresa Camuzzi se niega a negociar, y unas trescientas familias ahora ven en riesgo su principal fuente de trabajo.
«Si bien hoy tenemos un 70% de producción, la planta puede salir adelante. Ahora tenemos este problema del gas, pero si en una semana no tenemos respuestas lamentablemente vamos a tener que salir a la calle, a cortar rutas. No es nuestro estilo, pero tenemos que defender nuestro trabajo», expresó José Mansilla, vocero de los trabajadores, durante una conferencia de prensa que ofrecieron ayer en la sede de la fábrica donde producen papel higiénico y papel para producción de cajas.
El reclamo de la industria fue escuchado por la diputada provincial de Unidad Ciudadana Florencia Saintout, quien se acercó a acompañar la actividad de los trabajadores para comunicar su situación. «Este es el resultado de las políticas de Macri, Vidal y Garro. El trabajo es primordial para una gestión municipal que piense en la gente», había denunciado la actual precandidata a intendenta en referencia al panorama que vive la cooperativa. Durante la conferencia, la jefa de bloque de Unidad Ciudadana ofreció «presentar la situación en la Cámara de Diputados» e indicó que «bajo una figura de recurso de amparo tiene que poder encontrarse una alternativa».
La actividad fue acompañada también por las referentes políticas locales Lorena Riesgo y Mercedes La Gioiosa. Según adelantaron, el problema de Unión Platense será tratado en el Concejo Deliberante de La Plata.
Desde la cooperativa explicaron que Camuzzi «no quiere acceder a brindarles un plan de pago, exigiendo de esta forma el total del saldo de la deuda», y agregaron que «los trabajadores tienen miedo de no poder llevar el plato de comida a la casa, no saben qué decirles a las familias».
De manera directa, la producción de la planta sostiene a sesenta familias, mientras que de manera indirecta el número llega a trescientos, que trabajan de manera periférica con la cooperativa, como recolectores, recicladores, fleteros, entre otros que se dedican a «changas» y trabajos temporarios.
«En un momento dado se comenzó a complicar el acceso a materias primas, entonces empezamos a ver la posibilidad de pagarle al carrero, después tenemos a los fleteros, que son quienes se lo entregan a los clientes. Los clientes mismos están preocupados porque, si bien algunos compran a otras papeleras también, no todos pueden producir lo que se demanda. Y si acá no tenemos las máquinas andando, no podemos producir y se rompe toda la cadena», resaltó ayer José Mansilla, durante la conferencia que ofrecieron en la sede de la planta, ubicada en Centenario y 515.
«Estamos con la Defensoría trabajando para ver qué podemos hacer, estamos en plena negociación. La empresa Camuzzi está muy cerrada en su postura», concluyeron.