Por R.G.M.
«Construye tu barco de la muerte, pues vas a necesitarlo», escribió D.H. Lawrence. Pero la voz grave de Manuel Sánchez Viamonte suena como si tal amenaza no lo amedrentara. Con palabras de este mundo, simples pero lúcidas, parte un barco de sí pero ya no navega solo. Los Sueños Raros, entre arpegios acústicos, teclados inquietantes, arreglos de cuerdas y tiempos avalsesados, se consolidan como una tripulación que sabe arropar con sutileza y sensibilidad las tonadas de un capitán que no pierde el temple para abordar aguas oscuras.
Y es que, si bien se mantiene ese estilo que jocosamente autodenominó como «sleepy rock», la pluma del también conocido como Päntro Puto se expande en registro y oscuro existencialismo. Pero no desde la estridencia o la crónica, sino desde cierta economía y elipsis.
Como ya hemos dicho en este medio a «El extraño», cruza coordenadas entre «Los hombres huecos», de Eliot, y El Extranjero, de Camus, Magnetic Fields y Sergei Gainsburg. «Lo aleatorio de la memoria» es una oda midtempo a la melancolía otoñal. «Me dice te quiero» traza un mapa de inseguridad y celos. «Martínez» es quizá uno de los puntos más altos, constituyendo un microrrelato sobre el poder y la rebelión de un peón. Y «Otro concepto del amor» materializa perfectamente la lógica circular de la canción folk: «La soledad me alcanzo tan de apoco que no la vi llegar / Y vos seguro estás esperando algo más / Pero yo solo te puedo dar otro concepto del amor».
En un océano de unos y ceros atestado de información y nuevas olas, Los Sueños Raros navega contra la marea como quien ya no persigue la ballena blanca, sino como quien sabe, citando a Caetano, que navegar es preciso, vivir no es preciso.
1) Parece un dato anecdótico, pero el hecho de firmar sin tu nombre por delante de Los Sueños Raros ¿qué significa, a diferencia del disco anterior?
Sí, para la grabación de este disco ya veníamos tocando con la banda más consolidada. El disco anterior fue un proyecto más bien solista, con la mayoría de los arreglos pensados por mí. Pero en esta ocasión fuimos armando las canciones en conjunto, con cada miembro de la banda haciendo sus aportes particulares. Y el resultado de esto es algo mucho más rico a mi entender.
2) Hablando de proceso, ¿sentís que Los Sueños Raros desafían la idea contemporánea del tiempo?
Me parece que vamos un poco a contramano de la velocidad e inmediatez de la época. No es una música para escuchar fugazmente, en playlists o algo así. Más bien creo yo que necesita un tiempo de escucha más largo y relajado. Creo que ahí cobra más sentido el sonido y la idea de lo que hacemos.
3) En todo ello, ¿cuán importante fue Lautaro Barceló?
Lauti es un músico y productor excepcional. Tiene muy buen gusto y enseguida entendió por dónde queríamos ir, así que fue un proceso muy fácil. Él además es muy inteligente, puede abarcar la grabación tanto desde la sensibilidad e intuición de un gran músico como desde el estudio de las ondas sonoras y cosas así. Al tiempo que grabábamos el disco estaba rindiendo (con notas sobresalientes) los últimos exámenes de una carrera sobre inteligencia artificial. Tenemos ganas de volver a grabar con él apenas podamos.
4) ¿Cómo trabajas los textos? Se advierte cierto control de la elipsis y economía para alternar las partes vocales con los intervalos instrumentales.
Hacer la letra de una canción me resulta algo sumamente complicado. Creo que estoy muy atado aún a la métrica de las palabras, así que armar algo coherente y que encaje bien en la canción se me hace bastante difícil. Algunas letras las he escrito a lo largo de varios años, de hecho, intentando encontrar la palabra justa. De todos modos siento que estoy más suelto con la lírica respecto al disco anterior, abarcando temáticas más amplias y buscando otro vuelo.
5) ¿Hacia dónde se dirige el barco? ¿Qué viene a futuro?
Esperamos presentar el disco en la mayor cantidad de lugares posibles, aunque admito que soy bastante vago para armar fechas… y de a poco estoy armando canciones para entrar a grabar.
