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Pentatónica | Matías Kraber

Por R.G.M.

«El silencio hablaba, ya no hay que atraparlo». Borges decía que «hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo». Pues bien, en la ciudad (al menos para Matías Kraber) ha de ser precisamente el instante en el que la tarde se hace noche. En esa suerte de interludio o transición, el cantautor sabe salir a dar una vuelta o sencillamente observar desde su ventana.

«Para el observador apasionado [escribió Baudelaire] es una alegría inmensa establecer su morada en el corazón de la multitud, entre el flujo y reflujo del movimiento, en medio de lo fugitivo y lo infinito […] Estar en el centro del mundo, y sin embargo pasar desapercibido».

Y Kraber ejercita una búsqueda consciente y constante de la observación a través de un EP gobernado por velocidad media, guitarras rasgueadas e imágenes que construyen más un clima que un relato. Entre el indie y la canción, Kraber edita Luces que vienen de noche, disponible en plataformas digitales.

1) ¿En qué sentís que este EP varía de producciones anteriores y en qué mantiene una continuidad?
Varía en la unificación de un sonido cancionero que en este EP se vuelve un poco más urbano con el intento de condensar mejor algo de un paisaje de La Plata, sobre todo de noche. Algo más de la noche y el caos que no es incómodo. Hasta puede resultar ameno ese collage de tanta info que tiene la ciudad. Hay algo más canción que narra por el lado de «Como Ruedas» y de letras que pueden estar más del lado de dar una impresión o un tono y una temperatura en el caso de las otras canciones del disco. Hay continuidades en relación con Juglares (mi anterior EP), en que ambos tienen algo del camino. De dar la sensación del movimiento y el desplazamiento a una velocidad crucero en auto o en bicicleta o a pie. Hay algo de ese mood: que tenga afluentes entre la ruta y las calles que pueden unir La Plata con el interior bonaerense de donde vengo.
 
2) Claro… las tres canciones responden a una velocidad mid tempo, guitarras rasgueadas, como en cierto estado de contemplación…
Sí, hay contemplación. Andar atento y pescar fragmentos desordenados. Creo que traigo muy incorporado salir a dar una vuelta en auto, que es una costumbre de pueblo que la trasladé acá. Me encanta la ciudad cuando empieza a calmarse. Esa hora de después de la cena un día común. Auscultarla un poco, poner el termómetro social o contemplar ese sonido de la calma. Creo que ese mood se instaló en el ritmo de cada una de las canciones que tienen un tempo parecido. Algo nocturno en «Rayo» y como ruedas y algo más diurno en «Mostruo».
 
 
3) ¿Cómo trabajaste las letras? Se advierte la utilización de imágenes no diría fragmentadas, pero que no responden a una narrativa definida o explícita…
Me gusta mezclar registros poéticos. Cuando la canción viene de cierta certeza que un poco define sin misterio acerca del verano que me quedé esperando la canción del árbol y que se escapó el gato…Después hacer alguna desviación a algo más de tormenta interna que es un poco entrar en el mundo del personaje de la historia que pasa por una nube espesa más allá de haber encontrado un barrio nuevo desde donde volver hacer pie. La música también un poco me sugiere la poesía: me permite desde alguna sonoridad ir hacia palabras que están más cerca desde un sonido que desde un sentido.
En «Rayo» se trabajó primero la poesía y la adaptación a la música. Fue un proceso distinto y desafiante que pude hacer junto a Ramiro Sagasti en mañanas prepandemia en las que experimentábamos el arte de armar y desarmar canciones mías junto con él y salió «Rayo».
 
 4) ¿Cómo continua esto? ¿Habrá presentación, nuevas grabaciones?
Pienso en algunas presentaciones más bien chicas el año próximo. Pienso en algunas canciones que quiero grabar también el próximo año.
 
5) ¿Querés agregar algo que no haya preguntado?
Gracias por escuchar y preguntar con tanto atino. Te agrego que el sonido del EP también tiene una presencia muy notoria de las guitarras eléctricas de Santiago Peri en «Rayo» y «Como ruedas» que también le dan una impronta al EP con un sonido singular que tiene el Tano a la hora de tocar y que ha plasmado en Los Valses o en canciones del rock platense, donde también él tiene una fuerte identidad. En «Mostruo» están las guitarras y la voz de Agus Pellendier, de Olavarría, con quien hemos aceitado un tándem desde Casiopea a esta parte, al igual que con Huber Machado en batería, que también está presente en los dos primeros temas del EP.
Después la comodidad de trabajar con Mati Olmedo, que es un todoterreno de la música: siempre atento a lo que la canción necesita y su estudio, que lo siento una extensión del living de mi casa cuando voy.

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