Este jueves se define la suerte del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski. El mandatario deberá presentarse ante el Congreso para dar su descargo y luego los legisladores deberán votar su destitución. Kuczynski está acusado de corrupción, y algunas versiones indican que su suerte ya estaría echada.
El mandatario es investigado por haber recibido dinero de la empresa Odebrech para favorecer sus negocios en Perú durante el período 2004-2006, mientras era ministro del presidente Alejandro Toledo.
Kuczynski dio una entrevista televisiva en la que esgrimió una floja defensa y sólo dejó más dudas sobre sus vínculos con la empresa brasilera, que desató un escándalo de corrupción mundial. Carente de argumentos que lo deslindasen de las acusaciones, sólo se dedicó a sostener “no soy un corrupto”.
Para destituir al presidente, el Congreso peruano necesita al menos 87 votos. Según algunas versiones, ya noventa legisladores habrían adelantado que votaran por la destitución. De ser así, la suerte del mandatario ya tiene el final escrito.
A Kuczynski aún le quedan dos ases por jugar para tratar de mantenerse en la presidencia. El primero, el Poder Judicial. El presidente de la Corte Suprema, Duberlí Rodríguez, anunció que ya existen presentaciones que piden que se declare inconstitucional un posible desafuero.
La otra jugada es la presión internacional. Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), se pronunció contra el posible desafuero y amenazó con aplicar la Carta Democrática en caso de que se apruebe en el Congreso.
Cabe recordar el silencio que Almagro guardó ante el golpe parlamentario en Brasil contra Dilma Rousseff, y la complicidad del secretario general de la OEA con los golpistas en Venezuela, a quienes no sólo apoya, sino incita a desestabilizar al gobierno democráticamente elegido de Nicolás Maduro.
El contexto regional también favorece al mandatario peruano, que ha tratado de sumarse al conjunto de alfiles de Washington en la región y ha llevado adelante, sin cambiar una coma, las recetas neoliberales del Fondo Monetario Internacional.
El futuro de Perú se definirá este jueves. Si Kuczynski es destituido, sería el primer mandatario en caer por el megaescándalo de Odebrecht.