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PLANETA AGUA | Un mundo de sensaciones

Por Ramiro García Morete
Fotos: Luis Migliavacca

Un niño pone su mano bajo un haz de luz azul y en el mapa proyectado sobre arena se comienza a distribuir el potencial alcance de una lluvia. Es como si fuera Dios, pero se trata de un dispositivo tan ilustrativo como bello. En frente hay pantallas con auriculares y casi como un anuncio de una muestra abarca setecientos metros cuadrados de obras interactivas, una pared celeste cita a Einstein: «¿Qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida?». Abundan las referencias poéticas del espacio y bien podría estar aquel verso de Larkin: «Si me convocaran / a crear una religión / haría uso del agua». Aunque suele sostenerse lo contrario, hay lugares a los que Dios no llega. Y ahí es cuando aparecen la ciencia para dar respuestas y el arte para hacer más preguntas. Ambos confluyen en el profundo e inabarcable mar del conocimiento para tratar de comprender un mundo que a pesar de su nombre está hecho en gran parte de agua. Del mismo modo que este elemento tiene la propiedad de mezclarse y convertirse, un loable trabajo colectivo logra fusionar en proporciones ecuánimes arte, tecnología y ciencia. A partir de la necesidad del Centro Universitario de Arte de realizar una muestra que representara el amplio espectro de una de las universidades más importantes y diversas del país, un tema de agenda mundial surgió como disparador. Articulando conocimientos de más de cien académicos y especialistas, se lograron los contenidos para que representantes de múltiples disciplinas artísticas concretaran una muestra integral e innovadora: Planeta Agua.

Esta maravillosa experiencia cuenta con dispositivos interactivos para comunicar perspectivas del agua que van desde los procesos de purificación hasta los inventos mecánicos a partir de su uso, desde los cascos de simulación virtual que nos llevan maravillosamente de Cataratas al Glaciar Perito Moreno, hasta el curioso aparato que proyecta nuestro peso en líquido, entre otros. Planeta Agua, origen y futuro de la vida es una exposición organizada por la Secretaría de Arte y Cultura de la UNLP, con capacidad para doscientas personas, de acceso gratuito y que se podrá visitar en el Centro de Arte de la UNLP (48 e/ 6 y 7) hasta el 24 de noviembre. De martes a viernes el horario es de 9 a 18 y los fines de semana de 16 a 22.

El diseño de la muestra y las experiencias estuvo a cargo de Andrea Sosa, egresada de Artes Audiovisuales y de Multimedia, mientras que María Laura Musso fue la responsable de lo escenográfico. Investigaron el tema y los criterios museológicos, entre ellos el rol del público: «No es la suma de experiencias. Es una muestra que piensa completamente su contenido», define Mariel Ciafardo, directora del Centro de Arte y Cultura. «Se convocó a escenógrafos, pintores, escultores, diseñadores industriales, diseñadores en comunicación visual, diseñadores multimediales, músicos, especialistas en acústica». Y agrega: «Tampoco es una feria de ciencia, que tal vez era la parte que más nos costaba que comprendieran tanto los científicos como los artistas. Que no es la suma de cosas que cada quien piensa, sino que es una sola cosa que ya está diseñada, que tiene una lógica en su recorrido, y lo que se necesita es pensarla espacialmente y darle una forma estética. Porque lo que nos parece original de la muestra no es tanto en el tema –porque hay ya museos de agua en el mundo–, sino que realmente reúne el arte y la ciencia. El arte no está decorando un contenido científico, sino que ambas cosas aparecen con el mismo peso específico».

Natalia Giglietti (prosecretaria de Arte) y Paula Sigismondo (prosecretaria de Cultura) se suman y coinciden con una sonrisa de alivio: «Se hizo en tiempo record. Este tipo de muestras se planifican en dos años y la hicimos en ocho meses. Y en un contexto muy complicado. El último tramo fue traumático». A pesar de las circunstancias económicas que son harto conocidas, y de muchas noches trabajando hasta que solo quedaba el sereno del Karakachoff, no solo se llegó a tiempo, sino que luego llegó lo más importante: «Mucho público. Sobre todo las escuelas». Para estudiantes de primaria y secundaria, las reservas de visitas guiadas se realizan escribiendo a educacion@centrodearte.unlp.edu.ar.

La reacción y entusiasmo de les chiques se puede ver, así como los adultos tratan de vencer el asombro y la timidez: «Nosotros tenemos dos guías por piso, porque siempre hacen falta. Pero también la idea es convocar a la gente a que se anime. Cuando uno va a un museo y ve los guías, en realidad están vigilando para que vos no toques. En cambio, acá están para que vos toques. Es una muestra donde está prohibido no tocar».