Las pymes y gremios del calzado expresaron que el sector se encuentra en una “grave situación”, con despidos y cierre de medianos y pequeños establecimientos por la política de apertura de las importaciones que aplica el gobierno nacional. Además del deterioro del trabajo, las crecientes importaciones no abaratan el precio de los calzados para los bolsillos de los consumidores, como argumenta el macrismo para liberar el mercado.
La crisis en el rubro se enmarca en la caída de la industria manufacturera, que golpea también a los sectores textil, muebles y marroquinería, intensivas en el uso de mano de obra y con fuerte anclaje en el conurbano bonaerense.
Por las importaciones y la caída en las ventas, el sector perdió 6.000 puestos de trabajo en los dos últimos años
Desde la Unión de Trabajadores de la Industria del Calzado de la República Argentina (UTICRA) señalaron en un comunicado que desde diciembre de 2015 hubo un “aumento exponencial” en las importaciones de calzados del 53,19%. Y añadieron que sólo en 2017 “el gobierno batió todos los récords” al importar 34.603.032 pares, lo que significó un aumento del 25,93% con respecto a 2016.
“Por las importaciones y la caída en las ventas, el sector perdió 6.000 puestos de trabajo en los dos últimos años, entre despidos y retiros voluntarios, que son despidos encubiertos”, afirmó en diálogo con Contexto Agustín Amicone, secretario general de UTICRA. Este gremio le reclama al gobierno “tomar medidas urgentes” para salir de la crítica situación. “Necesitamos el cierre temporal de las importaciones y que el país tenga un programa industrial donde esté incluida la industria del calzado”, exigió Amicone. “Los países centrales hacen protección de determinadas actividades mientras el país tiene liberado el mercado. Esto genera una preocupación, porque, si las importaciones siguen aumentando, tememos una hecatombe final y que la industria quede reducida a una mínima expresión.”
Por su parte, el economista Martín Pollera sostuvo en comunicación con este medio que “el aumento de las tarifas, las altas tasas de interés y las devaluaciones, además de las importaciones, son otras medidas que traen consecuencias y determinan una nueva matriz productiva donde los sectores que ganan son los que no generan mano de obra, tienen alta concentración económica y generan divisas que se giran hacia el exterior, como la minería, el agro e industriales de alta concentración”.
Sobre el argumento del macrismo para permitir la avalancha de importaciones, el economista cuestionó que “la ola importadora no trae buenos resultados, ni por el lado de la producción ni mucho menos por el lado de los precios, porque una de las grandes falacias que se han establecido es que abrir las importaciones baja los precios. Hoy tenemos más importaciones y precios todavía más altos”.
Por último, Pollera refirió a la caída del mercado interno y su efecto en el sistema productivo: “Toda devaluación trae consigo un pasaje a precios que dinamita la capacidad de compra de los sectores trabajadores. Si merma la capacidad de compra y aumentan las importaciones, las empresas a su vez tienen cada vez menos posibilidades de aumentar sus volúmenes de venta, y mejorar en términos de productividad tampoco, porque hay altas tasas de interés y entonces no hay financiamiento a bajo costo que permita llevarlo adelante”, cerró el economista.
“Necesitamos el cierre temporal de las importaciones y que el país tenga un programa industrial donde esté incluida la industria del calzado”
Los despidos
En el último año hubo 1.500 despidos en la fábrica de calzados Dass, en Coronel Suárez, lo que generó que el Concejo Deliberante declare a principio de año la Emergencia Laboral en el sector privado.
También hubo despidos en la planta de calzado Extreme Gear de Esteban Echeverría, que hace zapatillas para Adidas, y en dos plantas más en Lanús que trabajan para la multinacional alemana. En tanto, la fábrica Alpargatas cerró sus plantas de Villa Mercedes (San Luis) y Florencio Varela debido a la baja producción por la apertura de importaciones.