Por Roberto Álvarez Mur
Con un corte de servicio compartido por doscientos choferes, la línea Este se manifestó en denuncia por el despido de diecisiete trabajadores, más de ochenta suspensiones en las últimas semanas y las precarias condiciones de trabajo instauradas desde el marzo de este año.
El conflicto desatado posee larga data: la empresa Línea 7, propietaria hasta el año pasado, pasó a manos de Osmar Corbelli, quien posee el 80% de las líneas de colectivos en la ciudad de La Plata. “Cuando asumió Garro, no quería firmarle el traspaso. Tras negociaciones por parte del gremio, se logró asegurar el traspaso, bajo el argumento de que íbamos a estar mejor. Ahora estamos peor, ya que esta empresa tiene políticas casi esclavizantes”, dijo a Contexto Fabián Ayala, uno de los trabajadores de la línea Este y miembro de la Agrupación El Bondi, formada en lo reciente para encarar el plan de lucha. La empresa de Osmar Corbelli, Unión Platense, administra las líneas 202, 214, 273, 290, 411, 418, 518, 520, Norte y Sur. Esta disposición fue concretada al finalizar la gestión municipal de Pablo Bruera, luego continuada por Julio Garro hasta la fecha.
“Al no tener presencia del sindicato, la empresa hizo y deshizo como quiso. Tenemos despedidos, y solamente el mes pasado hubo 83 suspendidos.”
“Al no tener presencia del sindicato, la empresa hizo y deshizo como quiso. Tenemos despedidos, y solamente el mes pasado hubo 83 suspendidos”, aseguró el chofer Ezequiel Carone, en diálogo con Contexto.
“Hubo un acuerdo que ni siquiera sabemos si está bien homologado”, señaló Ayala.
“Por lo pronto, la línea Este se mantiene en retención de servicios, excepto los ramales 12 y 13 que pertenecen a otra empresa”, remarcó Carone respecto del rumbo a seguir con la medida de fuerza que afecta a la zona Sur de la capital provincial.
Entre las condiciones de trabajo que denuncia la agrupación en lucha, remarcan persecuciones permanentes y jornadas sin descanso para los empleados recientes: “Dieciséis horas sin descanso, con algunos trabajadores en blanco y otros en negro”. Muchos de los despedidos, según expresaron, fueron apartados con telegramas basados en injurias. “Ensuciaban al chofer y a causa de eso ya no podía conseguir trabajo por tener el legajo manchado. Así extorsionaron a muchos choferes”.
En tanto, desde El Bondi responsabilizan a la falta de atención de la Unión Tranviarios Automotor, a quien reclaman la posibilidad de elegir sus delegados gremiales. “Cuando ellos vengan a atender nuestros reclamos, vamos a levantar el paro y permitir que los micros salgan a trabajar”, sostuvo Carone. En este sentido, los trabajadores en lucha van por la recuperación de los despedidos y dejar sin efecto las sanciones realizadas contra los trabajadores de la línea. Reclaman la conciliación a través de Ministerio de Trabajo, la intervención de la UTA para el diálogo.
“Desde el Municipio no recibimos ninguna respuesta.”
“Desde que se realizó el traspaso de la línea 307, que presentó quiebra, a la propiedad de Osmar Corbelli, tenemos más de ochenta suspendidos y unos diecisiete trabajadores despedidos. Por eso decidimos presentarnos como agrupación, para, en principio, tener una mesa de delegados. Ni bien mandamos un telegrama a la empresa y una carta documento a la UTA donde se pide la votación, automáticamente nos despidieron a quienes conformamos la agrupación”.
Las miradas apuntan a la ausencia gremial que, en vistas de la situación, no da indicios de tomar parte por los trabajadores. “Hubo una reunión con Oscar Pedroza, el titular de la UTA, quien se desentendió por completo de la situación. Él da a entender que nosotros estamos en la mejor situación que puede haber. Y es todo lo contrario. Si así no fuera, no estarían los doscientos choferes avalando la decisión que tomamos. Más allá de eso, también tenemos las libretas de trabajo con las suspensiones, tenemos cómo demostrar lo que está pasando”.