El caso de gatillo fácil que tuvo como víctima a Lucas González, joven de 17 años asesinado a manos de la Policía Metropolitana, tuvo su capítulo final con la sentencia de la Justicia: prisión perpetua para tres de los efectivos implicados en el asesinato y penas de tres a ocho años para otros cinco oficiales por encubrimiento y torturas. El fallo se conoció durante el mediodía del martes y dio resolución a un episodio que conmovió al país.
La lectura del fallo tuvo lugar en el auditorio AMIA de los tribunales de Comodoro Py. Allí, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 25 dio a conocer la condena a cárcel perpetua para el inspector Gabriel Alejandro Isassi (42), el oficial mayor Juan José López (48) y el oficial Fabián Andrés Nieva (38), todos miembros de la División Brigadas y Sumarios 6 de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad. Los tres fueron hallados culpables como coautores del asesinato de González, ocurrido el 17 de noviembre de 2021.
En tanto, los comisarios Juan Romero, Fabián Du Santos y Rodolfo Ozán y el subcomisario Roberto Inca recibieron penas de seis años de prisión por formar parte del entramado de encubrimiento del asesinato. De cuatro años fue la pena para Héctor Cuevas, el policía que tomó trascendencia pública en las últimas semanas al «quebrarse» y reconocer a quienes implantaron un arma en la escena para incriminar a González, gesto que rompió el «pacto de silencio» entre los efectivos.
Por otro lado, el oficial Sebastián Baidón fue imputado por torturas por haberle gritado insultos racistas a los chicos que viajaban en auto con Lucas mientras estaban detenidos. Los jueces lo condenaron a ocho años de prisión.
Vale destacar que los efectivos de la Metropolitana recibieron sus condenas bajo la figura de «homicidio quintuplemente agravado por haber sido cometido con arma de fuego, con alevosía, con odio racial, en concurso premeditado de dos o más personas y abusando de sus funciones como fuerzas de seguridad».
El episodio tuvo lugar el 17 de noviembre de 2021, cuando González volvía de un entrenamiento en el club Barracas Central junto a tres amigos arriba de un auto. En ese momento, un móvil policial atracó a los jóvenes e inició una balacera al considerar que eran delincuentes. Uno de los disparos impactó en el joven de 17 años, mientras que sus acompañantes quedaron detenidos en el acto.
«Se mandaron un mocazo», fueron las palabras del ahora condenado comisario Ozán al enterarse, en aquel momento, del hecho cometido por Isassi, López y Nieva, que terminó con la vida de Lucas González. La conversación quedó registrada en el teléfono del comisario Fabián Du Santos, quien ya se encontraba detenido. Al requisar las comunicaciones entre los comisarios y los efectivos, se logró constatar la hipótesis de encubrimiento.
«Estigmatizaron, lo discriminaron, los vieron dos veces porque eran morochos. Salen de una villa, de la 21-24 de un barrio carenciado como es el de Barracas, salieron de entrenar. Lo vieron, lo eligieron, lo esperaron, me lo acribillaron, me lo torturaron y me lo quemaron con cigarrillo», fue parte de la dura exposición de Héctor «Peca» González, padre de Lucas, en declaraciones a los medios al momento de ingresar a los tribunales de Comodoro Py.
En tanto, el tribunal integrado por Hugo Navarro, Ana Dieta de Herrero y Marcelo Bartumeu decidió absolver al comisario inspector Daniel Santana, a cargo de todas las dependencias de la Comuna N° 4, y al subcomisario Ramón Chocobar. También a los oficiales Ángel Arévalos, Jonathan Martínez y Daniel Espinosa.
