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Retenciones cero, ¿quién paga los costos?

Por Florencia Abelleira

Desde que asumió como presidente, Mauricio Macri se dedicó a firmar decretos presidenciales para aplicar lo antes posible su proyecto de país neoliberal. Ayer, en un acto en la localidad bonaerense de Pergamino, anunció uno de los más esperados por la Sociedad Rural: la eliminación de las retenciones.

«Sin el campo el país no sale adelante», dijo al anunciar la medida, pero al parecer quiso meter todo en la misma bolsa. El “campo” es amplio: hay economías regionales, hay grandes, medianos y pequeños productores, hay enormes pooles de siembra de soja y algunas hectáreas que son arrendadas para producir en pequeña escala.

Cuando Macri habla del campo, piensa en aquellos grandes productores que se opusieron a las retenciones móviles para las exportaciones agrarias, conocidas como la 125, que generó el conflicto agrario en 2008, un conjunto de paros agropecuarios, cortes de ruta y lock-out.

Según explicó Cristian Weber, secretario de Asuntos Académicos de la Facultad de Ciencias Agrarias de La Plata, el DNU anunciado por Macri “es una medida que atenta contra el consumo interno y apunta a favorecer a grupos concentrados que se benefician de un dólar con el cual exportan, que es un precio sostenido por la sociedad que en su inmensa mayoría no se beneficia de ese dólar para la exportación”.

Pero así anunció su iniciativa el nuevo presidente: “Hoy apenas llegue a Buenos Aires voy a firmar el decreto por el cual Argentina pasa a tener retención cero a las exportaciones regionales», refiriéndose al maíz y al trigo, cultivos que pasaron de tener un 35% de retenciones que iban destinadas al fisco del Estado, a 0%. En el caso de la soja, anunció una quita gradual del impuesto. Por el momento, se implementará una reducción del 5%.

“Los precios están regulados por el mercado. y si ese mercado obtiene una renta extra en el exterior, es un incentivo a que los productos no se coloquen en el mercado interno, con lo cual los precios que se manejaban interiormente son ahora objeto de presión de los grupos concentrados de poder para que estén a la altura de los precios internacionales, lo cual va en detrimento de los intereses colectivos de la población.”

Lo que ocurre cuando se eliminan estas retenciones es un aumento en el precio externo. Y ese monto, como consecuencia, aumenta los precios para el consumo interno. “Los precios están regulados por el mercado. Y si ese mercado obtiene una renta extra en el exterior, es un incentivo a que los productos no se coloquen en el mercado interno, con lo cual los precios que se manejaban interiormente son ahora objeto de presión de los grupos concentrados de poder para que estén a la altura de los precios internacionales, lo cual va en detrimento de los intereses colectivos de la población”, aclaró Weber.

Ahora, la pregunta ineludible es cómo va a suplir el Estado la entrada de ese dinero. El ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, admitió que «va a dejar de recaudar mucha plata», pero lo compensará con el cobro de otros impuestos. La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal sostuvo que «el campo va a ganar más», y se constatará esto «por vía (de impuestos tales como) Ganancias, Ingresos Brutos y Sellos”; y el propio presidente indicó que «si hay más ganancias, hay que pagar con alegría más Impuesto a las Ganancias, que es un impuesto solidario”.

Las repercusiones en la mesa de los argentinos

Abrir directamente las exportaciones, con retenciones cero, en conjunto con la devaluación que tanto se anuncia, invita a los productores a concentrarse en exportar antes que abastecer el mercado interno. Como explicó a Contexto Mariano Bondone, miembro de la agrupación Grito de Alcorta de la Federación Agraria Argentina, “en el país tenemos el 92% de la carne en el mercado interno y el 8% se exporta. Entonces, en gran medida la quita de las retenciones va a beneficiar a los frigoríficos exportadores”.

“Con el solo anuncio de que iban a eliminar las retenciones, la bolsa de harina subió un 100%.”

Según Bondone, primero hay que aumentar la producción y posteriormente ir abriendo saldos exportables de a poco. “Con el solo anuncio de que iban a eliminar las retenciones, la bolsa de harina subió un 100%”, aclaró, y ante la pregunta de a qué se debe, la respuesta es «a la especulación». “Con esta especulación se benefician los grandes productores y los intermediarios, sobre todo el 8% de los supermercados que manejan el 90% de los alimentos en el país”, agregó.

A partir de las medidas anunciadas y los Decretos de Necesidad y Urgencia firmados, Mauricio Macri está decidido a implementar el proyecto político que la oposición tanto le criticó. Mientras tanto, las políticas neoliberales que se están proponiendo van a pegar muy duro sobre la soberanía alimenticia y el consumo de los ciudadanos argentinos.


 

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