Este jueves, el Gobierno de Rusia se sumó al grupo de países y organismos que condenaron el ataque armado contra el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el Ministerio del Interior de Venezuela.
Durante una conferencia de prensa, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, María Zajárova, aseguró que “bajo el pretexto de mejorar la situación de Venezuela, pretenden destruir el Estado”.
Cabe recordar que este martes, Óscar Pérez, miembro del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), robó un helicóptero desde el que atacó con granadas y disparos al Tribunal Supremo de Justicia y al Ministerio del Interior. Un hecho que fue calificado por las autoridades del país como un acto terrorista.
Previo al ataque, López grabó un video en el que se autodefinió como “un soldado de Dios” y afirmó que era hora de acabar con el Gobierno de Nicolás Maduro, al que califica de “corrupto”.
Los vínculos de López con la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA) fueron denunciados por funcionarios y medios de comunicación.
El ataque fue condenado por varios países, entre los que están Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Guatemala, Cuba, Palestina y Turquía. La agresión también fue condenada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Sin embargo, Gobiernos que se manifestaban “preocupados” por la democracia en Venezuela (el mexicano, conducido por Enrique Peña Nieto; el argentino, de Mauricio Macri; el brasilero, del golpista Michel Temer; el colombiano, de Juan Manuel Santos; y el peruano, de Pedro Pablo Kuczynski; entre otros) no han dicho una sola palabra al respecto. Tampoco ha manifestado ninguna condena al atentado el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Esta agresión se llevó acabo a poco menos de un mes de que comience en Venezuela el proceso de elección de constituyentes, medida que reclamaban los líderes de la oposición y que hoy rechazan.