Con el pasar de las horas, la versión oficial que el intendente de La Plata, Julio Garro, deslizó sobre el conflicto en la hamburguesería Otilia comenzó a perder fuerzas y las denuncias se direccionan al accionar de Control Urbano.
Es que el operativo comandado por Control Urbano no solo irrumpió en una fiesta privada y cerrada al público, sino que no dejó constancia del procedimiento y se solicitó apoyo policial luego de concluido el operativo.
«Festejé mi cumpleaños en mi local, no era una fiesta clandestina, era una fiesta privada que estaba haciendo con mi familia y seres queridos. Hicimos un karaoke y tipo 4 de la mañana dije ‘vamos cortando’. Vienen por primera vez los dos inspectores. Vienen con buena onda y nos dijeron ‘chicos tienen que cerrar porque tienen una denuncia por ruidos molestos’. Y nos hicieron un acta de comprobación. Nosotros ya estábamos cerrando. Apagamos la música y le dijimos que sí. Ahí se terminaba mi cumpleaños», relató el dueño de Otilia, Mauricio Tiravantty.
El dueño de la hamburguesería suministró a este medio los videos de las cámaras de seguridad, «que fueron aportados a la Justicia» para que se determine el accionar de los inspectores.
Sobre la intervención policial, este medio pudo corroborar que el llamado al 911 ingresa posteriormente a concluido el operativo municipal, llegando un patrullero al lugar minutos después del llamado, cuando no había nadie de Control Urbano.
Desde Otilia confirmaron que no hubo notificación de clausura del local y que al otro día volvieron inspectores de Control Urbano para proceder a clausurar: «Es una clara persecución. No había motivo alguno para la clausura y ahora el intendente nos persigue», relataron.