Analía Eva de Jesús es inocente. Así lo determinó este jueves el Tribunal Oral en lo Criminal N° 7 de San Martín, luego de tres días de juicio.
A pesar de que los alegatos estaban previstos para la semana próxima, el jueves, luego de que cuatro personas testificaran y declarara la propia Higui, los jueces decidieron adelantarlos y dar su veredicto hoy. Así, el jurado compuesto por Gustavo Varvello, Germán Saint Martin y Julián Descalzo decidió absolverla, declarando su inocencia.
De la jornada participó una mujer policía que actuó el día del ataque contra Higui. Según relató, la encontraron muy golpeada, con las ropas rasgadas y sucia. «Esa policía dijo que estaba muy golpeada y que iban a cada rato a la celda a verla para que no convulsionara o para chequear que no estuviera quebrada. Eso es muy importante, porque convalida el relato de Higui», explicaron fuentes presentes en el recinto a Tel´ám.
También fueron parte su psicóloga, una psiquiátrica y un perito psiquiátrico, quienes coincidieron en que Higui no mentía y se refirieron también al estrés postraumático.
El testimonio de Higui, coinciden quienes pudieron ingresar al recinto, fue muy claro y detallado. Según reveló el portal Presentes, «la declaración fue larga. Muy parecida a lo que dijo en su declaración indagatoria, donde repasó aquella noche violenta. Pero hoy lo contó con muchos detalles, de manera vívida, ilustrando ante el tribunal con su propio cuerpo cómo fue cada tramo del ataque y de su defensa».
En sus alegatos, las abogadas Gabriela Conder y Claudia Spatocco pusieron el foco en el derecho a la defensa y pidieron su absolución. La fiscalía, en tanto, pidió diez años de prisión. Finalmente, los jueces determinaron la absolución.
Cuando salió, Higui no dejó de agradecer el acompañamiento de las personas presentes y las organizaciones. «Gracias por toda la fuerza, el cariño, la sabiduría, el respeto y la protección que ustedes solamente me dieron. Gracias por esto. Vamos a seguir peleando por la defensa, guaches», dijo.
Los hechos
Analía Eva de Jesús tiene 47 años. Le dicen Higui porque cuando jugaba al fútbol estaba en el arco, como el arquero colombiano René Higuita. Su vida transcurrió en un entorno familiar por demás complejo, donde el abuso y la pobreza eran moneda corriente. A los ocho años tuvo que comenzar a trabajar, alejándose de los estudios y sometiendo su cuerpo a trabajos de changa principalmente: desde niñera hasta albañila, cartonera y jardinera. Una historia que se repite hasta el día de hoy.
Desde chica sufrió violencia por parte de las parejas de su madre. Lesbiana, de barrio, conurbana, era hostigada por vecinos que incluso decidieron quemarle su casa, con uno de sus perros dentro. Higui buscó tranquilidad en otro lugar, donde armó su casita. Eventualmente volvía al barrio Mariló de Bella Vista para visitar a familia.
El día que todo pasó había ido de visita, el 16 de octubre de 2016. Cuando se fue, al menos dos hombres la interceptaron en un pasillo de esos angostos donde la oscuridad y el silencio abundan. Ahí la atacaron. La tiraron al piso, la golpearon a patadas y, mientras le rasgaban la ropa, le prometieron que le iban a sacar lo lesbiana. Espósito se abalanzó sobre ella e Higui se defendió, hiriéndolo de muerte. Cuando se despertó, estaba en un calabozo. Golpeada, con las ropas rotas y acusada de homicidio. El intento de violación nunca fue investigado. Higui pasó ocho meses detenida, hasta que con un fuerte acompañamiento feminista pudo salir en libertad a esperar su juicio.