Por Contexto
“Si la justicia no es popular, no es justicia”. El razonamiento, sencillo pero ajustado a la realidad, pertenece al juez Carlos Rozanski, quien ayer recibió el apoyo de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP por las amenazas de las que es víctima desde enero, luego de la finalización del juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino La Cacha, en La Plata. El presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata, que condenó a Miguel Etchecolatz, al cura Christian Von Wernich y al ministro de Gobierno de facto, Jaime Smart, entre otros represores, también cuestionó el fallo de los camaristas Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués que redujo la pena al violador de un nene de seis años, y recordó que al primero ya lo había denunciado hace quince años. “Son jueces que están en las Facultades formando gente, por eso me parece peligroso”, dijo.
Rozanski participó ayer de la reunión del Consejo Directivo de la Facultad de Periodismo en la que dicho órgano, por iniciativa de la agrupación estudiantil Rodolfo Walsh, expresó su solidaridad y apoyo al presidente del Tribunal tras las amenazas e intimidaciones que recibió luego de la sentencia contra los represores que actuaron en La Cacha. La reunión se realizó en la sede Presidente Néstor Carlos Kirchner de la unidad académica con el objetivo de manifestarle un fuerte y claro acompañamiento, solidaridad y apoyo.
“el problema es que son jueces que están en las facultades formando gente, por eso me parece peligroso», dijo Rozanski.
En la sesión, el juez se refirió al fallo de la Justicia ordinaria que benefició al violador. Y remarcó que, respecto a los mecanismos de designación de jueces, “habría que aceitar la legislación de jueces y después, en casos específicos, cabría la posibilidad de someterlos a juicios políticos”. Y agregó que “el problema es que son jueces que están en las Facultades formando gente, por eso me parece peligroso. Y, por otro lado, en contrapartida, es saludable que la reacción de repudio sobre sus acciones sea generalizada”.
En ese camino, recordó quién es el juez Piombo: “Yo conozco este caso desde hace mucho. Hace quince años escribí un artículo para Página/12 donde a jueces como Piombo los llamo Dinosaurios. Es decir, jueces absolutamente incompatibles con el modelo actual de derechos humanos de la Argentina, y por ende es preocupante que existan en el modelo actual. Es preocupante que se designen jueces que piensen de esa manera y engañen al sistema. Ahora bien, el problema es qué hacemos cuando ya los nombramos”.
«Es preocupante que se designen jueces que piensen de esa manera y engañen al sistema. Ahora, el problema es qué hacemos cuando ya los nombramos”, agregó.
En sintonía con Rozanski, el Consejo Directivo repudió categóricamente los argumentos del fallo de los jueces de la Cámara de Casación Penal bonaerense Piombo y Sal Llargués.
Por otra parte, el magistrado resaltó la gestión de la decana de la Facultad, Florencia Saintout: “Conozco la gestión de Saintout en la Facultad y la apoyo hace tiempo. Se ve en el clima que se vive en la Facultad que la gestión es positiva. Cuando se reeligió como decana a Florencia se vivió otro clima distinto a cuando yo estudiaba, y ese es el clima de una Facultad: no una Facultad de engominados, sino una Facultad donde se forman buenos comunicadores sociales”.
Saintout también expresó el repudio profundo a las amenazas recibidas por el magistrado, y sostuvo que “esto no solamente tiene que ver con la persistencia aún en este país de sectores tremendos que forman parte de las historias más siniestras”.
“No es casual que se amenace a este juez que ha sido y es un juez de los que nos producen un tremendo orgullo en la Argentina, porque ha tenido un papel que va a pasar a la historia, que ya es parte de la historia, y que nos permite pensar para todos un futuro mejor al que se hubiera imaginado cuando se decretaba el indulto o la obediencia debida”, finalizó la decana.
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