Por Miguel Croceri (*)
Dentro de pocas semanas, el lunes 20 de enero de 2025, Donald Trump asumirá por segunda vez como presidente de Estados Unidos (EU). Será el “sueño húmedo” de Javier Milei, quien entre todos los gobernantes del mundo es actualmente el más servil a los intereses imperiales norteamericanos. No obstante, la futura etapa “trumpista” presenta incertidumbres que solo podrán develarse con el transcurrir de los hechos.
Mientras tanto, la política exterior mileísta, basada en el fanatismo ideológico de ultraderecha y en los insultos y agravios -del jefe del Estado y/o de miembros de su gabinete- contra otros presidentes latinoamericanos, perjudica violentamente los intereses nacionales y envuelve a nuestro país en conflicto ridículos y eventualmente graves.
Ejemplos de ello, y solo en los últimos días, son por un lado la situación del gendarme argentino Nahuel Gallo, detenido en Venezuela cuando intentaba ingresar a través de un paso fronterizo desde Colombia, y por otro la rencilla diplomática con Chile debido a las declaraciones injuriantes del ministro Luis Caputo -sumadas a otras muchas, perpetradas en ocasiones anteriores por el propio Milei- contra el mandatario chileno Gabriel Boric.
Para atacar al proceso venezolano fundado y liderado en sus inicios por Hugo Chavez y continuado luego por el actual presidente Nicolás Maduro, han puesto todo su poderío en marcha tanto Mauricio Macri (en el periodo 2015/2019) como el mileísmo hoy en funciones, junto con los poderes de facto que integran su mismo bloque de intereses.
En ese sentido, la ofensiva permamente diseñada en EU contra la Revolución Bolivariana, en nuestro país ha sido y es ejecutada no solo por los mencionados presidentes sino por sus cómplices judiciales y de las demás corporaciones.
Fueron jueces y fiscales -y no el gobierno que encabezaba entonces Alberto Fernández- quienes a partir de junio de 2022 resolvieron secuestrar en Buenos Aires a un avión de la empresa venezolana Emtrasur y detener a los 19 miembros de su tripulación bajo acusación de “espionaje”. Esas personas (algunas venezolanas y otras iraníes) sufieron privación de la libertad durante semanas o meses, aunque de a poco fueron liberadas. La aeronave nunca se le devolvió a la compañía propietaria y en cambio fue decomisada. Finalmente, cumpliendo la estrategia norteamericana para destruir económicamente a Venezuela, un año y medio después (en febrero pasado) fue enviada a Estados Unidos. (Información de la plataforma periodística Deutsche Welle-DW, integrante del sistema de medios públicos de Alemania. Nota del 12/02/24).
El caso que aquí se conoció como el del “avión venezolano-iraní”, fue un ultraje a ciudadanos de otros países y un robo al patrimonio material de una nación soberana. Aquellos hechos se destacan entre los múltiples antecedentes de agresión contra Venezuela por parte de gobiernos argentinos, siempre siguiendo los planes de EU, que hoy desembocan en la situación del gendarme Gallo.
Gigantesco préstamo a Macri
El servilismo pro-estadounidense del régimen que encabezó Macri recibió como premio, en 2018, el enorme préstamo de 45.000 millones de dólares por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), que inicialmente era por más de 55.000 millones pero no llegó a desembolsarse por completo.
Ese préstamo causa estragos desde entonces en Argentina y lo seguirá haciendo no se sabe hasta cuándo, aunque poco se hable públicamente del tema. El propósito del crédito apuntaba a fortalecer el dominio imperial estadounidense en nuestro país y dentodo el sur continental.
La gigantesca maniobra político-financiera obedeció a presiones directas de Trump, presidente en funciones en esa época y hoy presidente electo. Así lo reveló tiempo después Mauricio Claver Carone, quien había sido responsable de asuntos del hemisferio occidental en el Consejo de Seguridad Nacional y asesor especial del primer mandatario en la misma temática. En 2020 el ex funcionario dio precisiones sobre cómo se gestó el crédito del FMI. Lo hizo durante un foro diplomático trasmitido por Zoom y del cual trascendió públicamente un fragmento.
El detalle y análisis de los hechos fue desarrollado hace más de cuatro años por el periodista Román Lejtman en el portal Infobae. La explicación vale doble porque tanto el profesional de prensa como el citado medio, son habituales portavoces de los intereses norteamericanos.
Escribió Lejtman: (Comienzo de cita) “Donald Trump consideraba a Mauricio Macri una pieza clave en el tablero geopolítico de América Latina y utilizó todo su poder institucional para sostener al gobierno de Cambiemos, que estaba en jaque por un plan económico recesivo que podía abrir la puerta para un triunfo del peronismo.
“Trump pretendía bloquear una eventual llegada del justicialismo a la Casa Rosada (…). En este contexto, no solo apoyó a Macri en público, sino que también utilizó en secreto todo su poder global para que el FMI saltara todos sus límites financieros y concediera a la Argentina un crédito histórico por más de 55.000 millones”. (Fin de la cita. Artículo publicado en Infobae, con un breve fragmento del video donde Claver Carone describe la trama oculta. Nota del 28/07/2020).
Aquel préstamo del Fondo Monetario equivale a una soga atada al cuello de nuestro país, que Macri dejó como herencia para las siguientes generaciones. El pago respectivo es uno de los gastos más grandes que soporta el presupuesto nacional, junto con el resto de la deuda externa y otros pasivos del sector estatal.
De eso casi nadia habla públicamente. En cambio, el discurso dominante le hace creer a la sociedad que el mayor “gasto” del Estado surge de la cantidad de empleados públicos, del dinero que cobran “los políticos”, o de los planes de asistencia social para personas que viven en la pobreza extrema.
Deseos de Milei, anuncios de Trump
A pesar de la catástrofe que significan para la economía nacional las distintas formas de endeudamiento improductivo y saqueador, Milei juega su futuro político a que otra vez el FMI ponga plata a favor de su gobierno y del poder financiero -y en contra del interés de nuestra Nación-, una vez que Trump asuma nuevamente la presidencia. (El titular del Poder Ejecutivo lo dijo días atrás en declaraciones al poderoso diario The Wall Street Journal. Algunos conceptos pueden verse por ejemplo en el sitio web del canal de noticias A-24, nota del 18/12/24).
Es posible que los deseos del gobernante argentino se concreten, como también es posible que el estadounidense provoque un terremoto económico con repercusiones mundiales y todo se desbarranque. En esta última hipótesis se pondría a prueba el esquema de baja inflación y dólar estabilizado que le otorgan al mileísmo un considerable respaldo social y político.
Lo que se conoce hasta ahora es que, apenas ganó la elección en noviembre pasado, el jerarca norteamericano anunció que en su primer día de gobierno impondrá fuertes aranceles a las importaciones desde México, Canadá y China. Serían del 25 % en los dos países que son vecinos suyos al sur y al norte respectivamente, y de un 10 % adicional a las tarifas ya existentes para los productos fabricados en la superpotencia asitática. (Tema detallado en un análisis del diario español El País, nota del 24/11/24).
Nadie sabe si los anuncios son solamente una forma de presión para negociar, o en qué medida se traducirán en hechos. En cualquier caso, los análisis, conjeturas y proyección de posibles escenarios ocupan el primer lugar, a escala planetaria, en el interés de los poderes económicos, políticos y de cualquier otro tipo.
Para el caso de que las amenazas se hicieran realidad, los afectados más seguros serían México y Canadá, con los cuales Estados Unidos mantiene un tratado de libre comercio (llamado precisamente T-MEC, es decir Tratado entre México, Canadá y Estados Unidos). Pero además, los efectos tendrían eventualmente un alcance mucho mayor.
“Precios más altos, guerras comerciales y más: lo que hay que saber sobre los aranceles de Trump”, fue el título de un texto firmado por una columnista del diario The New York Times, uno de los más influyentes a nivel mundial, días después del anuncio del presidente electo. La presentación del artículo destacaba que “los aranceles forman parte central del plan económico” del trumpismo, y que “los economistas advierten que podría haber consecuencias perjudiciales para (el propio) EE.UU. y para el mundo”. (Nota del 27/11/24).
Posible impacto en Argentina
Desde Buenos Aires, el diario La Nación publicó hace un mes las evaluaciones de varios economistas. En su gran mayoría son férreos partidarios del “libre mercado”. Aún así, algunos de ellos plantearon sus advertencias. El artículo fue titulado “Cómo puede impactar en Argentina y en el mundo la nueva era liderada por Trump”.
Claudio Loser, un ex integrante del directorio del FMI que nació en nuestro país y está radicado en EU, dijo respecto de la anunciada suba de aranceles que a Argentina “puede afectarla en forma directa, pero también porque otros países pueden poner limitaciones y porque China buscará nuevos mercados. Esa dinámica, por la competitividad argentina, puede ser perjudicial”.
Para Max Povse, un docente de la Univesidad de Buenos Aires y además investigador del Instituto Universitario Europeo, lo que genera “más ruido” es una probable “tarifa plana” de EU para todas sus importaciones. Dijo que si Trump “lo hace, será un cambio drástico para el comercio mundial”. Explicó que algunos países asiáticos que se verían complicados para ingresar sus productos al mercado estadounidense, profundizarían el intercambio con China, donde tienen arancel cero. “Una movida así afectaría a Argentina. El objetivo es fragmentar el comercio (internacional) y, así, el orden político”. En ese caso Milei “tendrá que ver cómo resuelve la situación; el nuevo canciller (Gerardo Wertheim) lo tendrá que ayudar a navegar estas aguas, que requieren destreza diplomática”, dijo Povse.
Otro analista que evaluó la situación potencial fue Jorge Vasconcelos, de la Fundación Mediterránea (de la cual resurgió a la escena política, a fines de los años ‘80, Domingo Cavallo, quien en su juventud había sido presidente del Banco Central durante la dictadura). El economista indicó que el sector energético y tecnológico norteamericano cobrará “nuevo impulso” debido a “menos regulaciones y por la posible extensión de rebajas tributarias”. Pronosticó que en tal situación “no habrá cómo competirle al gas licuado estadounidense. Argentina la tendrá difícil para entrar en la Unión Europea, tendrá que ir por otros mercados, más (en el eje geo-económico) sur-sur”.
(Las opiniones aquí resumidas, y varias más, pueden leerse en el artículo de La Nación antes mencionado. Nota del 21/11/24).
En nuestro país, desde las dirigencias y los medios de comunicación que aspiran a representar los intereses de las mayorías nacionales suelen lanzarse elogios hacia el futuro (y ex) mandatario estadounidense por sus posiciones “proteccionistas”, “industrialistas” y “nacionalistas”.
Esos halagos no tienen en cuenta que Trump no será unicamente el presidente de su país, sino ante todo el jefe político de un imperio trasnacional que somete a gran parte de la humanidad, y cuya prioridad absoluta en esta etapa histórica consiste en contrarrestar la expansión de China. Para ello impondrá decisiones que afectarán a todo el mundo -literalmente-, por más que nadie sepa de qué magnitud será el temblor económico y geopolítico.
(*) Publicado en www.vaconfirma.com.ar