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Sin lugar para los débiles

Por Lisandro Gambarotta

En el pequeño pueblo se conocen todos. Saben qué hace cada uno, sus costumbres y varios secretos. Y las diferencias se notan rápidamente, como cuando llega un forastero, que encima provoca más de un suspiro en las mujeres. Siempre con anteojos oscuros, él intenta pasar desapercibido, pero su lenguaje elaborado y sus cuidados modales son señales de luz para los vecinos. El comisario es quien está más atento, tiene varios negocios fuera de la ley, y es indispensable que su bota mantenga a raya cualquier movimiento inesperado. El extraño se sabe observado, su pasado conflictivo le ha dado experiencia, y concluye que debería seguir viaje, pero la chica bonita del lugar lo mira de una forma que él no puede rechazar.

Esta es una fórmula que se ha utilizado en muchas ocasiones en el cine, particularmente en el western, donde abundan los films protagonizados por un galán heroico que se queda con la linda, el aprecio de los parroquianos y el público.

También el policial negro ha apelado a estos recursos para describir una sociedad en descomposición, donde ladrones y policías comparten cualidades. Pero no es frecuente una historia así enmarcada en nuestro país durante la última dictadura cívico-militar. Sebastián Borensztein (el hijo de Tato, el hermano de Alejandro) lo hace en Kóblic, su nuevo film, protagonizado por Ricardo Darín y Oscar Martínez.

Darín representa a un piloto de la Armada, quien en 1977 conduce uno de los “vuelos de la muerte” sin saber que desde su avión serán arrojados vivos hombres y mujeres. Su conciencia lo agobia y decide huir a Colonia Elena, un pueblito ficticio en la provincia de Buenos Aires, donde un amigo de confianza le facilita un trabajo como fumigador. Martínez, en una caracterización física y verbal muy destacable, es el comisario que vigila su «caserío de mierda» (como él lo define) desde la mesa del prostíbulo local, atento a las coimas del mes y a las visitas molestas. En este pueblo no se vive la opresión militar que agobia las principales ciudades, pero sí existen los pequeños horrores, la violencia propia de una sociedad donde varios socios poderosos concentran los principales recursos, y entonces usan y abusan de los habitantes de Colonia, un nombre que no parece casual. El piloto termina inmerso en esta realidad, la violencia y la muerte vuelven a perseguirlo y decide utilizarlas a su favor, planeando una venganza redentora, otro tópico clásico en el cine.

Kóblic es un gran paso realizativo en la carrera de Borensztein, luego de la olvidable Un cuento chino. Con una gran reconstrucción de época y fotografía estilizada, este nuevo largometraje utiliza una narrativa clásica para reflexionar sobre nuestra historia más reciente. El popular y carismático Darín personifica a un antihéroe de pasado oscuro, relacionado con delitos de lesa humanidad, en busca de una vida mejor. Naturalmente, el cinéfilo apoya la lucha del bueno contra el malo y ansía el final feliz, pero aquí entra en conflicto su moral: este justiciero ¿tiene perdón? ¿Su ataque a los malos de ahora lo salva de su connivencia en el pasado? El director pone en tensión relato y público, con un film destacable, un conjunto muy apreciable para la actualidad del cine nacional.

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Ficha Técnica

Kóblic (Argentina-España/2016). Dirección: Sebastián Borensztein. Elenco: Ricardo Darín, Oscar Martínez e Inma Cuesta. Guión: Sebastián Borensztein y Alejandro Ocón. Duración: 92 minutos.

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