Por Héctor Bernardo
El número de programas censurados y periodistas perseguidos por el macrismo aumenta cada día: 678, Duro de Domar, TVR, los programas de Radio Nacional, Víctor Hugo Morales, Roberto Caballero, Roberto Navarro, C5N, y tantos otros más engrosan la lista negra del ministro de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi.
Este fin de semana, el gobierno anunció que iniciará «el trámite correspondiente para dar por finalizada la participación del Estado argentino en Telesur«. Entre otros aspectos, está decisión generará que la señal de noticias deje de estar en la plataforma de Televisión Digital Abierta (TDA) que integran otros canales estatales, como la TV Pública y canal Encuentro.
En Argentina, las voces disidentes casi han desaparecido de los medios de comunicación. Hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) mostró su preocupación y decidió llamar al Estado argentino a una audiencia pública, el próximo 8 de abril.
El ejercicio de la libertad de expresión en Argentina parece haber quedado restringido solo a grupos monopólicos y a los escribas del macrismo.
En este sentido, la periodista y analista internacional, Stella Calloni, señaló: “Si uno ve la línea del gobierno en materia de comunicación, con la desaparición de programas, con los despidos masivos de periodistas, el asalto a la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) que debía hacer cumplir la ley de medios votada por el Congreso y que el Grupo Clarín se negó a cumplir, al ver esa línea uno se da cuenta que era inevitable que procedieran contra Telesur. No es casualidad ni coincidencia que esto se haga tres días después de la visita de Obama al país, que con su ambiguo lenguaje puede confundir a algunas personas, y que lo hagan después de que el grupo Clarín sacó de la grilla a Telesur”.
“Telesur es una víctima más del ataque que este gobierno está haciendo contra la libertad de expresión. Estamos ante una de las más graves acciones contra una de las pocas voces que informaba sobre lo que pasaba en el país. Estamos ante un apagón informativo. Esta actitud con Telesur fue tomada después del allanamiento a C5N, que tenía como única intención presionar para que no salga a luz la denuncia que iba a hacer el periodista Roberto Navarro contra el gobierno. El ataque del gobierno contra la libertad de expresión, así como los despidos masivos, son una violación a derechos humanos”, aseguró Calloni.
Argentina era uno de los socios fundadores de Telesur desde 2005. Aquel acuerdo entre Hugo Chávez y Néstor Kirchner permitió que la señal de noticias comenzara a distribuirse por toda América y Europa. La cobertura de esta cadena de noticias en momentos clave contrastó con el discurso de las grades potencias y logró mostrar otras realidades.
La periodista Telma Luzzani, al ser consultada por Contexto, señaló al respecto: “Lamento mucho que pase todo esto, porque es un canal que tenía mucha riqueza informativa y periodística. Para mí, que hago política internacional, es muy importante porque envía corresponsales a diferentes lugares del mundo. Por ejemplo, recuerdo muy bien cuando fue el ataque de Estados Unidos y la OTAN a Libia, que terminó con la muerte de Khadafi, era muy importante conocer los despachos del corresponsal de Telesur porque enviaba información alternativa que no coincidía con lo que decían las agencias europeas y norteamericanas. Después se confirmó que lo que decía el corresponsal de Telesur era la verdad. Es realmente un empobrecimiento grandísimo para conocer el mundo en que estamos viviendo. Algo que en este momento es muy importante, porque para tomar cualquier decisión es necesario saber en qué mundo estamos viviendo”.
Otra de las voces que criticó la medida comunicada por Lombardi fue el filósofo y especialista en medios de comunicación, Fernando Buen Abad, quien señaló: “Constituye una preocupación profunda que haya una insensibilidad tan clara por parte del gobierno de Mauricio Macri a propósito de casos tan concretos como Telesur. Sabiendo que hace falta que haya más voces, sabiendo que el mundo ha tenido una lucha importantísima por multiplicar los espacios emancipadores en materia de comunicación, el gobierno actual está tomando medidas para disminuir la presencia de esas voces, abandonar su compromiso con Telesur y con eso dar la espalda a una larga serie de compromisos internacionales que son parte de un proyecto de desarrollo regional, dejando todo librado a la concepción mercantil de la comunicación y de las noticias”.
“Habrá que discutir los marcos jurídico-políticos nacionales e internacionales que exigen libertad para la expresión de los pueblos, que demandan multiplicidad de voces. Habrá que ver por qué razones un gobierno como este decide retirarse de los compromisos, que por cierto no son compromisos a titulo personal de los presidentes, sino que son compromisos firmados, establecidos y sustentados por una vocación política que parece no tener mayor importancia para el actual gobierno”, aseguró Buen Abad.
Tristemente, los pasos que ha dado el actual ministro de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, le reservan un lugar en las hojas negras de la historia de la comunicación argentina; seguramente, al lado de Miguel Paulino Tato, el censor de la última dictadura cívico-militar, que se jactaba de la cantidad de películas y voces que prohibía cada año.