Este martes, la Corte Suprema de Brasil autorizó a la Policía Federal a interrogar al golpista Michel Temer en la investigación que se lleva adelante en su contra por corrupción, obstrucción de la Justicia y asociación ilícita.
El mandatario de facto será interrogado por las escuchas en las que aparece autorizando el pago de sobornos al que fue uno de sus socios en el golpe, el entonces presidente de la Cámara de Diputados (hoy preso por corrupción), Eduardo Cunha.
Si bien todavía el Tribunal no ha fijado la fecha, se sabe que Temer podrá contestar el interrogatorio por escrito y que las respuestas deberán ser enviadas en el plazo de 24 horas.
Cada día el grito “¡Fora Temer! ¡Diretas Ja!” (¡Fuera Temer! ¡Elecciones directas ya!) resuena con más fuerza en todo Brasil. Sin embargo, el mandatario golpista ha asegurado que no va a renunciar.
El escándalo de corrupción en torno al mandatario de facto brasileño llegó al punto en que los productores de la serie norteamericana House of Cards (cuyo protagonista es un político corrupto e inescrupuloso) hicieron un video en el que se burlan de la crisis política desatada en el gigante sudamericano.
“Gente de Brasil, esto no es una competencia. Ustedes no tienen idea de dónde sacan las personas su inspiración. Estén atentos ahora”, señala en el video publicitario el personaje Doug Stamper (Michael Kelly), principal asesor Frank Underwood (Kevin Spacey, protagonista de la serie).
Pero el principal problema de Temer no es que un grupo de productores norteamericanos (probablemente tan inescrupulosos como el propio Temer) hayan decidido publicitar su programa burlándose de la crisis política que él desató. Temer se encuentra cada día más solo. Ha perdido numerosos socios y su principal cómplice en el golpe contra Dilma Rousseff, la Rede Globo, parece haberle soltado la mano.
Por más esfuerzo y creatividad que puedan poner los productores de las series norteamericanas, una vez más, la realidad brasileña –tristemente– supera la ficción.