Por José Welschinger
“El reclamo es masivo, de todos los productores organizados y no organizados”, comentó Nazario, presidente de la Cooperativa Nueva Esperanza: “Porque, después del 10 de diciembre, los productores familiares y hortícolas quedamos desamparados”. Al igual que el resto de los pequeños y medianos productores agropecuarios del cinturón de La Plata, Nazario se convocó a la movilización ante la situación en la que lo está colocando el gobierno de Cambiemos, que con la liberación del dólar produjo un crecimiento del 40% para los sectores más concentrados, a la vez que ajustó un 80% la rentabilidad de los horticultores, frutícolas y florícolas organizados en empresas familiares y cooperativas.
“Nosotros compramos insumos a precio dólar, y los insumos nacionales como el gasoil y la luz también están a la par del dólar, un 500% más alto”, explicó Nazario. Ante la situación, los trabajadores resolvieron acudir a la movilización para que el Gobierno atendiera sus necesidades. “Esta es una movilización para que la gente tome conciencia de que el productor familiar existe”, sostuvo el presidente de la Cooperativa Nueva Esperanza. Y agregó: “no estamos cortando, estamos parando camiones que circulan con fruta y verdura para que no se abastezcan los que tienen los mercados concentradores; porque hay una regulación que marca que nosotros como productores nos quedamos con la parte más chica de lo que es la producción: sólo tenemos el 25%, y lo demás se lo llevan los intermediarios y los puestos de venta”.
«después del 10 de diciembre, los productores familiares y hortícolas quedamos desamparados”, denunciaron los pequeños productores del cordón hortícola platense.
Desde la Corriente Agraria Nacional y Popular (Canpo), la coordinadora Paula Fontana aseguró que la medida responde a la falta de atención y diálogo que los productores recibieron por parte del nuevo Gobierno. “La Secretaría de Agricultura antes tenía una Subsecretaría de Fortalecimiento Institucional, en la que participaban con diálogo; y luego de que esa subsecretaría se desmantelara, los productores perdimos cualquier instancia de participación en la decisión de las políticas públicas”.
Según explicó la coordinadora de Canpo, la situación de los productores ya era complicada antes del 10 de diciembre, pero lograban salir adelante gracias a la ayuda y los subsidios generados desde el gobierno kirchnerista. Con la caída de las políticas públicas que protegían al productor, los insumos necesarios para trabajar la tierra se dolarizaron, elevando todos los costos fijos de los pequeños y medianos productores agrarios de la región.
En ese sentido, Fontana explicó: “La quita del subsidio a la luz y al gas hizo que los costos fueran a otra escala, y sumado a eso debemos tener en cuenta que los productores no son fijadores de precios, sino que los fijan los camiones que levantan las verduras. Entonces, quedaron ahorcados, y la manera de producir nos dejó a todos muy apretados, porque los costos escalan muy alto y los productores abandonan la producción al no tener excedentes; y así empieza la autoexplotación”.
La referente comentó que en el partido de La Plata hay mucho trabajo familiar que sufre el aumento de las horas de trabajo y la dedicación, ya que esa es la única manera de sostener las escalas de producción. “Como la producción no da excedente, también sucede que los peones se van a trabajar a otros rubros, y el productor tiene que poner más de su trabajo y eso nos arrastra en otro sentido. Mucha gente que deja de producir se dedica a otras actividades, que no le lleven tanto sacrificio, ya que al ser arrendatarios además tienen que pagar un alquiler que sube todo el tiempo, y eso hace que todo presione; nos sentimos acorralados”.
Fontana agregó que, a causa de la reciente reestructuración de Renatea, se perdió la articulación que existía entre el sector de los pequeños y medianos agropecuarios y el Gobierno. “Antes había fuerte impronta territorial y fuerte articulación con otras dependencias del Estado en pro de fortalecer al sector, y ahora está mucho más reducido; algo más parecido a los noventa, cuando Renatre pasó a ser Renatea y se empezaron a hacer políticas direccionadas al sector rural, había un montón de cuestiones que tenían que ver con la bajada al territorio fuerte y muchos militantes que trabajaban para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores rurales. Ahora, lo que se ve es que volvemos al modelo anterior”.
Para concluir, explicó que en la región existen cuatro o cinco distribuidoras de insumos, que acomodan los precios con estrategia de cadena de producción concentrada, presionando para que el productor pague un 400% más de lo que pagaba antes de las elecciones nacionales. Respecto de la movilización, la coordinadora de Canpo sostuvo que la convocatoria fue alta, contando con la adherencia de más de seiscientos productores, ya que los años de políticas públicas favorables les permitieron avanzar en su capacidad de organización, integrando a una amplia diversidad de sectores que se atreven a reclamar.
El resultado del proceso mencionado por Fontana es que hoy existe en el partido de La Plata una mesa regional hortícola conformada por 35 organizaciones cooperativas. Ante las políticas de Cambiemos, la mesa reclama una respuesta sensata por parte del Ministerio de Agroindustria, y una regularización del precio de los insumos, las semillas, subsidios al combustible y la energía, y la consideración de su condición de arrendatarios que dejan un 70% de la ganancia en manos de los intermediarios.
Contra las medidas restrictivas, tractorazo popular
La convocatoria de las organizaciones consiste en cerrar el paso en la denominada “Ruta de la verdura”, las rutas 6, 36, 2 y 53, desde la mañana hasta el mediodía. Los productores piden auxilio, consideración, y la intervención del Gobierno para que los aumentos no se trasladen linealmente al consumidor, reduciendo el volúmen de la demanda.
Sometidos a un modelo productivo en base a agroquímicos, abonos, nylon y demás herramientas a precio de dólar, un mercado interno achicado por la inflación, una comercialización llena de intermediarios que le genera al consumidor aumentos de hasta 1.000%, y la suba incesante de los alquileres, las empresas familiares y cooperativas decidieron enfrentarse al Gobierno, que depositó sobre su trabajo el costo de la devaluación, poniendo en crisis al sector. Cuando recurrieron ante las nuevas autoridades, la única respuesta que recibieron fue un pedido de paciencia, esperanza en que se está reparando la macroeconomía, y la promesa de futuros programas y leyes.
“No hemos podido ni siquiera cobrar un subsidio por emergencia climática de 5.000 pesos que nos adeudan desde el año pasado”, comentaron los trabajadores; “Nosotros no producimos para exportar, ni cobramos en dólares, sino que producimos la comida que consume el pueblo”. Principalmente, los productores piden créditos blandos para adaptarse al ajuste, ya que muchos de los hortícolas, frutícolas y florícolas carecen de los recursos necesarios para llegar a la temporada de agosto.
Lisandro Olmos, presidente de la Cooperativa Agropecuaria Nueva Esperanza Limitada, encabeza una de las más de treinta organizaciones que se plegaron a la medida de fuerza. Su cooperativa integra a empresas familiares, que alquilan la tierra para subsistir. “Si no obtenemos respuestas, la lucha va a seguir. Yo vengo de una familia de trabajadores hortícolas, y esto es lo que sé hacer. Sólo queremos ser escuchados; queremos que se termine de reglamentar la ley de agricultura familiar, que es nuestra herramienta para acceder al derecho a la tierra y todo lo que requiere el productor famliar. Le falta media sanción en la Cámara de Senadores, pero sabemos que a este Gobierno no le gusta la ley; pero nosotros vamos a seguir peleando para tenerla, porque allí tenemos todos los derechos como productores y pueblos originarios”.