Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Tras más de siete meses en rebeldía, Stornelli se presentará el viernes ante Ramos Padilla

El viernes será finalmente el día en que el fiscal Carlos Stornelli se presente a la indagatoria que el juez Alejo Ramos Padilla le ordenó hace más de siete meses en el marco del escándalo de espionaje ilegal y extorsión en el que está implicado junto al falso abogado Marcelo D’Alessio y distintos funcionarios políticos, judiciales y legislativos. 

Según la resolución que se conoció este lunes, Ramos Padilla firmó la quinta convocatoria para realizar la indagatoria al fiscal de la causa de los cuadernos, que en los últimos días había anunciado que, finalmente, se presentaría ante la Justicia. 

Los motivos que había esgrimido Stornelli a través de su defensa estaban vinculados a la investigación que llevaba adelante en la causa por las supuestas anotaciones del chofer Centeno, que, según él, peligraba en caso de tener que presentarse en Dolores. En ese marco, la estrategia que había utilizado era la de dilatar los tiempos con los sucesivos pedidos de incompetencia que presentó contra el juez por considerar que quien debía intervenir jurisdiccionalmente era Comodoro Py. Pero la Cámara Federal confirmó a Ramos Padilla al frente del expediente. 

Recientemente, Stornelli le dio el visto bueno al juez Claudio Bonadio para elevar la causa de los cuadernos a juicio oral y decidió darle aviso al procurador general interino, Eduardo Casal, que se presentara a la indagatoria.

El 27 de marzo pasado, el juez de Dolores había declarado la rebeldía del imputado tras cuatro intentos por hacerlo comparecer que fueron desoídos por el fiscal. «La declaración indagatoria no implica más que poner al imputado en conocimiento de forma personal y conforme lo establece la ley de los sucesos ilícitos que se le imputan», había dicho en aquella resolución el magistrado. 

El viernes, el fiscal deberá responder por decenas de hechos que lo involucran en operaciones de inteligencia ilegal, obtención de información a través de las prácticas ilícitas de D’Alessio y su banda. Entre los casos también se destacan el reclamo de operaciones contra abogados defensores de algunos imputados de la causa de los cuadernos, entre ellos José Manuel Ubeira, a quien Stornelli y D’Alessio pretendían hacerle una cámara oculta; o el del piloto peruano y exmarido de la actual pareja de Stornelli, sobre quien el falso abogado le recomendó «plantarle algo» en la valija. 

Los vínculos entre Stornelli y D’Alessio se evidenciaron luego del allanamiento que se realizó en el domicilio del presunto agente de la DEA, fundamentalmente de sus teléfonos celulares, que contenían gran parte de los diálogos que ambos mantenían. 

Otro de los puntos fuertes que se desprenden de la causa de Dolores es que varias maniobras de espionaje ilegal terminaban en una intervención de la fiscalía de Stornelli que se nutría de la información que brindaba el falso abogado. 

Cabe recordar que el escándalo comenzó en febrero de este año, cuando el empresario agropecuario Pedro Etchebest denunció que D’Alessio y Stornelli encabezaban una extorsión en su contra en la que debía abonar una abultada suma de dinero para evitar aparecer mencionado en el expediente de las anotaciones de Centeno. Luego de esa denuncia y con las pruebas que se fueron acumulando en el expediente, otros casos se empezaron a sumar con prácticas similares. 

En la causa están procesados y detenidos el falso abogado Marcelo D’Alessio; el exespía Rolando «Rolo» Barreiro; y los excomisarios y presuntos agentes de inteligencia Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi. También está procesado el suspendido fiscal bonaerense Juan Ignacio Bidone, que afirmó haber colaborado con la banda proveyendo información de Migraciones; y el periodista Daniel Santoro, de fuertes vínculos con el falso abogado e implicado en al menos dos casos de los que se investigan en la causa, que son los aprietes al exdirectivo de la filial argentina de PDVSA, Gonzalo Brusa Dovat, y al empresario petrolero Mario Cifuentes.